No Es Suficiente

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POV: Meena Chatamonchai

Tras amenazar los nobles y el asegurarme de que esos idiotas realmente hubiesen comprendido lo que les ocurriría si es que no acataban correctamente la orden que yo amablemente les había brindado, tomé la decisión de regresar por mis propios pasos en busca de mi esposa. En silencio me detuve frente a la habitación de Aoom sin saber realmente el por qué me sentía tan ansiosa, por impulso me llevé mi mano derecha contra el pecho sintiendo la violencia con la que estaba latiendo mi corazón. En sí, era tal la fuerza de su bombeo que podía sentir la violencia con la que estaba golpeando mi palma, parecía que en cualquier momento huiría de mi pecho, acaso... ¿Estoy asustada de verla? y la propia pregunta me desconcertó lo suficiente así que de inmediato negué esa posibilidad, no hay manera, afirme la vez que sacudía mi cabeza en negación intentando de esa forma poder restarle importancia al asunto, pero a pesar que estaba haciendo un gran esfuerzo por fingir indiferencia, no podía negar el hecho de que mi órgano latente parecía estar advirtiendo que se marcharía si no lograba tranquilizarlo. Al final, tras no poder comprender la propia reacción de mi cuerpo decidí simplemente estirar una de mis manos hacia el frente presionando mis dedos sobre la fría manilla de la puerta, bruscamente arrugué el puente de mi nariz al sentir como las yemas de mis falanges comenzaban a quemar, como si mi propio organismo estuviese rechazando la idea de estar a solas con otra persona.

¿Qué te sucede? me cuestioné con genuino interés a la vez que que giraba mi muñeca escuchando el crujido de la puerta, simplemente ignóralo, me ordené mientras que tomaba una buena bocanada de aire haciendo mi mejor esfuerzo por no pensar en el temor que abrumaba mi sistema. A pesar de haberme dado una orden mi cuerpo era incapaz de poder moverse por su propia cuenta, me mantuve en mi sitio aún cuando la puerta ya estaba entreabierta. Por instinto agaché mi mirada observando mi cuerpo, era consciente de que no había lastimado a los nobles o por lo menos no con mis propias manos, pero por algún extraño motivo que aún desconocía, me daba pavor el simple hecho de pensar que el hedor de la sangre estuviese impregnada en mi piel y que ella fuese capaz de sentirlo. Mantuve mis pies anclados en el suelo, el recuerdo de mi comportamiento frente a mi esposa me paralizó; había perdido el control, la había lastimado aun cuando me prometí él jamás ser como mi padre, maldición, pensé apretando con fuerza de mis dientes. Impulsivamente di un paso hacia atrás mientras que alejaba mis yemas calientes de la manilla, no puedo hacerlo, acepté la realidad a la vez que me giraba comenzando a caminar rápidamente en dirección contraria de donde se encontraba su habitación. En sí, era incapaz de entender las emociones que me abrumaban sin parar, estaba experimentando sucesos que creí que jamás serían posibles de vivir así que no tenía ni la menor idea de como tenía que afrontarlos.

No tardé nada en notar a Changbin junto con Preeda conversando al final del pasillo sin estar muy interesados en lo que sucedía a sus alrededores. A pesar de que era consciente que, en cualquier otra ocasión hubiese ignorado por completo su presencia, esta vez simplemente decidí continuar caminando hasta quedar detrás de Preeda. Changbin fue el primero en percatarse de mi presencia, sorprendido el chico simplemente amplió sus párpados provocando que su acompañante frunciera el ceño desconcertado por la expresión que había sido su acompañante. Lo más seguro es que no lo había pensado bien, pero antes de que Changbin hubiese tenido el tiempo suficiente como para poder advertirle, él ya había dado un paso hacía atrás consiguiendo el pisarme. Preeda bruscamente se quedó quieto, como si las alertas se hubiesen activado en el interior de su cabeza, con lentitud tomó la decisión de girarse viendo primero de mis hombros para luego enfocarse en mi fría expresión; él se paralizó. Sinceramente, esta era la primera vez que veía un rostro tan asustado, ni siquiera cuando estaba a punto de acabar con la vida de mi contrincante me daban esa tipo de espectáculo. Rápidamente se alejó de mi para tratar de hacer una reverencia, pero antes de que tuviese el tiempo suficiente para hacerlo como correspondía, yo ya había estirado mi mano sosteniendo toscamente de su antebrazo.

La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora