Seré Todo Lo Que Quieras Que Sea

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POV: Narrador Omnisciente

Meena se quedó en un completo silencio sentada frente a su amplio escritorio en el interior de aquella desolada habitación en la que se había transformado su despacho, no hizo movimientos innecesarios, como de costumbre recostó su espalda sobre el respaldo de la silla mientras que, entre sus delgados pero firmes dedos sostenía un pequeño vaso de cristal con su contenido aún a medio beber. Durante las dos últimas horas se mantuvo con sus ojos fijos en las hojas que Chai amablemente le había entregado sin siquiera tomarse la molestia de verle a los ojos, a pesar de que no le hizo frente, su cuerpo desprendía preocupación y ansiedad, jamás fue bueno para esconder sus emociones, pero esta fue la primera vez en que ella se tomó la molestia de cuestionarse que demonios le ocurría. Meena mantuvo una expresión indiferente fingiendo en todo momento no tener ni la más menor idea de lo que le sucedía, aun cuando sabía a la perfección que sus preocupaciones, aquellas que se desbordaban de su menudo cuerpo masculino se debían netamente por lo que él había visto en la habitación de la nueva Duquesa.

La luna continuó danzando por sobre el gran ventanal iluminando la oscura habitación, ya era de madrugada, ella ya debería estar recostada, pero no podía conciliar el sueño cuando aun ni siquiera era capaz de olvidar lo que había vivido, su mente no la dejaba tranquila, una y otra vez le repetía la escena que había hecho cuando vio a su esposa estando con otro hombre, específicamente cuando él sostenía de su mano. Francamente no entendía el por qué le molestaba tanto su manera de actuar, en sí, estaba acostumbrada a resolver las cosas de esa manera ya que esa era su naturaleza, fue criada de esa forma; durante los últimos veintisiete años realmente creyó de todo corazón que lo normal sería sacar su espada o simplemente torturarlos al punto que ni siquiera fuesen capaces de hablar sin tener el recuerdo de lo que ella les hacía, pero entonces, si lo normal para ella era lastimar, ¿Por qué ahora me siento tan culpable? se preguntó a la vez que se llevaba el vaso contra los labios para darle un pequeño trago a su amargo contenido, sinceramente, jamás fue buena para tomar alcohol, mucho menos el que se vendía en el Norte, era muy raro las veces en que lo probaba ya que le generaba malos recuerdos, aquellos donde usualmente su padre era el personaje principal. Su piel se erizó mientras que bajaba el vaso, no le gustaba el alcohol porque le recordaba los días donde su padre, ya borracho decidía ser aun más indiferente de lo que ya en sí, lo era cuando estaba sobrio, así que lo detestaba.

Sus acciones comenzaron a dejar de ser acorde con lo que comúnmente pensaba, en esta ocasión se debía a su odio justificado por el alcohol, siempre dejó en claro cuanto lo detestaba, pero ahora lo estaba consumiendo como si no fuese la gran cosa para ella, sucedía lo mismo con respecto a su esposa, se encargó de hacerle saber que jamás la amaría, que jamás cumpliría con su papel como esposa, y que mucho menos mostraría interés si ella decidía tener un amante, pero ahora de verla interactuar con otra persona la volvía loca, como si estuviese nuevamente experimentando esas extrañas emociones que tuvo en su adolescencia, pero que su padre como no, se encargó de pisotear antes de que ella pudiese comprender lo que le ocurría. Los sentimientos para Meena era un completo fastidio, comenzaba a ser un dolor de cabeza, ni siquiera sabia que era lo que realmente quería de su esposa, ¿Amor? ¿Odio? ¿Cariño? ¿Comprensión? se cuestionó a la vez que volvía a llevar el vaso contra sus labios bebiendo bruscamente de lo poco que le quedaba. Soltó un jadeo en alto a la vez que se limpiaba sus comisuras, sus ojos se mantuvieron fijos esta vez en el vaso notando que tenía que nuevamente rellenarlo. ¿Acaso la veía como un reemplazo de lo que alguna vez soñé? ¿O deseaba otra cosa de ella? Meena no lo sabía, porque nadie se tomó la molestia de enseñarle las emociones que ahora mismo estaba experimentando y de la cuales no podía huir aún cuando lo había intentando; fue criada a base de un odio tan intenso que calaba hasta los huesos, de una tristeza tan dolorosa que ni siquiera olvidando se podría calmar, una ira tan abrumadora que hasta le causaba dolor de estómago y una indiferencia tan grande que en su momento la hizo llorar sin ningún tipo de control, pero todas esas emociones no la ayudaban a entender que era el amor, así que... ¿Cómo se suponía que podría ofrecer algo más si solo tenía eso?.

La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora