Mariel estaba puntual como siempre, parada frente al imponente edificio corporativo donde había comenzado a trabajar hace unas semanas cubriendo el puesto de asistente personal de María Victoria; la dueña del mismo, convirtiendo su vida en una carrera contrareloj, llena de órdenes repentinas y constantes cambios de planes.
Una vez vio el vehículo en color negro estacionarse frente a ella, respiro hondo y rápidamente abrió la puerta trasera de este.
"Sostén esto" dijo Victoria sin mirar a su contraria, extendiendo un pequeño cachorro dorado de ojos llorosos envuelto en una manta antes de descender del auto con un café en la mano.
"Ah... claro" murmuró Mariel confundida mientras acomodaba al perrito entre sus brazos.
"Esta enfermo. Tiene moquito. No lo sueltes" dijo la mujer que comenzó a caminar hacia la puerta del corporativo ignorando completamente que la puerta del carro permaneció abierta.Con un suspiro de resignación Mariel cerró la puerta y comenzó a trotar intentando alcanzar a su jefa.
"Hoy no estoy de buen humor. Evita que cualquier otro ser humano que no seas tú respire cerca de mi. ¿entendido?" continuo caminando dando pequeños sorbos a su café.
"Claro señorita Victoria pero hay..." se limito a responder intentando mantener al perrito estable pues le estaba oliendo el cuello.
"y otra cosa" frenó de golpe siendo imitada por quién iba tras ella "Necesito que revises los reportes que dejó mi antigua asistente. Algunos están mal corrigelos cuando antes... Pero primero prepárame un café, quiero verlo en mi escritorio al salir de la junta. Ah.. y por nada del mundo sueltes a Oro, últimamente está muy sensible". Victoria se detuvo una vez estuvieron frente a la puerta de la sala de juntas para ponerse detrás de Mariel dándole unas dulces palabras al cachorro "Mami, volverá enseguida, comportate ¿si?" finalizó dejando un beso en la cabeza del animalito.Mariel se limito a abrirle la puerta a su jefa viéndola desaparecer cerrando la puerta.
Cargar a Oro no era una tarea sencilla. Pues el este nuevo accesorio la hacía ser objeto de susurros y miradas curiosas mientras se encontraba caminando por los pasillos con el objetivo de terminar el café que le habían pedido. Para Mariel era tierno pensar que el perrito parecía una extensión de su propia jefa: pequeño pero demandante, ya que apenas sentía que Mariel dejaba de acariciarlo este comenzaba a llorar.
De vuelta al escritorio de su jefa, dejó el café justo a tiempo antes de verla salir de la junta con esta expresión furiosa y azotara la puerta de su oficina haciendo que todos se sobresaltaran.
El teléfono sobre el escritorio de Mariel sonó estruendosamente.
"¡Ven a mi oficina! ¡Ahora mismo! De lo contrario no te molestes en volver mañana"
Mariel no dudo mucho y camino con el pequeño cachorro en brazos tocando la puerta antes de entrar.
"¡Pasa!" le gritaron del otro lado de la puerta.Al entrar Mariel se encontró con Víctoria sentada en su escritorio despeinandose el cabello con frustracion.
"¿Sabes lo que ese maldito imbécil acaba de pedirme?" Exclamó Victoria poniéndose de pie. "¡Que le venda la mitad de mi empresa! ¿puedes creerlo?"
Mariel sorprendida por este tono que uso intento formular una respuesta pero sus palabras parecían no querer salir. "Señorita Victoria yo..."
"Pero ¿sabes que? ¡no voy a darle nada! Es MI empresa. No me importa si ese anciano tiene que pasar sobre mi cadáver. De aquí no me va a hacer nadie"
Mariel únicamente asintió lentamente conectando su mirada con la de su contraria por unos segundos antes de recibir la siguiente orden.
"Cancela todas mis citas de hoy" le ordenó acomodando su cabello nuevamente "Dame al perro, parece ser el único que no busca hacerme enojar.. y Mariel" se detuvo como si quisiera decir algo más "Eso es todo, puedes salir." sin decir más entrego al perro cerrando la puerta detrás de ella.Ahora comenzaba con esta incomoda tarea de cancelar las cuatro reuniones restantes intentando encontrar una excusa convincente según el interlocutor.
"Buenas tardes señor Álvarez. Hablo de parte de la señorita María Victoria. Me pidió informarle que la reunión de hoy tendrá que ser pospuesta debido a un asunto personal de urgencia. Si, claro. Le enviaré una nueva fecha cuando antes. Muchas gracias"
Este ritual se repitió de forma exitosa y ahora con todas las reuniones canceladas termino con los pendientes restantes ahora sin interrupciones pero sintiendo todavía un par de miradas sobre ella.Unas horas después su turno había terminado, Mariel se dirigió nuevamente a la puerta de su jefa para despedirse tocando la puerta un par de veces. "Pasa" en un tono algo cansado en la voz de su jefa fue lo que le permitió entrar.
La escena con la que se encontró le pareció enternecedora. Victoria tumbada boca abajo en uno de los sillones con la cabeza viendo hacia el lado contrario con Oro haciéndole compañía recostado en su pies.
"¿Se encuentra bien?" preguntó Mariel en un tono más suave de lo usual.
Victoria apenas volteo la cabeza viéndola notando sus ojos cristalizados y rojos comenzando a llorar. "He tenido días muy difíciles" apenas se le escuchaba mientras su voz se cortaba un poco "Lo siento mucho Mariel, he sido un monstruo contigo desde que llegaste"La mencionada estaba algo confundida pero no tardó mucho en agacharse quedando a la misma altura acariciando un poco el cabello de su contraria. "No se preocupe, todos tenemos días malos... o también semanas malas"
Victoria rio un poco limpiando sus lágrimas "No tomes tan en serio lo se despedirte ¿si?. Después de todo eres el único ser humano que me soporta" Está última observación recibió como respuesta una pequeña risa de parte de Mariel.
"Ese es mi trabajo señorita" dijo apartando su mano de la cabeza de Victoria.
"No, no, solo Victoria" corrigió está última "así suena mejor" finalizó mientras se levantaba del sillón.
Mariel no paraba de sonreír ante este cambio de actitud.
"Quiero pedirte una cosa más" continuo Victoria "Llévame a casa por favor. Hoy no me siento bien para manejar"
Por primera vez en dos semanas había escuchado salir el primer por favor de la boca de su jefa. Y si realmente esto no era un gesto de confianza algo le decía que la mujer frente a ella no era tan mala como aparentaba.
holaaaa reinassss su amiguisima más íntima resucitó por hoy, muchas gracias por leer. ¿cuéntame si les gusto?