5.

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Enojada; ese era mi estado de ánimo justo ahora.

Después de haber estado mil horas frente al Auditorio opté por ir a un Seven Eleven y conseguir algo de agua. ¿Qué si no había vendedores de agua? ¡Por supuesto que había!, eran miles y miles, bueno, tal vez estaba exagerando un poco. La verdad estaba tan aburrida que decidí caminar y así hacer tiempo en lo que abrían las puertas.

Compré mi agua de litro y medio, todo perfecto. El problema fue cuando llegamos a la entrada y el guardia dijo algo como: ― Lo siento, no puedes entrar con la botella.

Para no hacer larga la historia, discutí con él un rato y al final el ganó. Las chicas detrás de mí estaban más que furiosas, no paraban de dar empujones, gritar y silbar.

Cabe mencionar que perdí a Marie apenas entramos; no me preocupé, de igual manera nuestros asientos estaban juntos y llegaría con ella tarde o temprano.

Tarde era una buena opción.

A través de empujones y pisotones me encaminé a la fuente de sodas del Auditorio.

Agua 600ml $25

Era broma, ¿no?

―Hola ―sonreí lo más amable que pude.

―¿Qué tal? ―respondió un chico que lucía de mi edad, en su etiqueta podía leer Óscar―. ¿En qué te puedo ayudar?

―Un agua de 600ml y un descuento ―me miró con el ceño fruncido―. Ahora veo cual es la finalidad de quitar toda la comida a la entrada, esto es una estafa ¿sabes?

Escuché al chico reír y luego alejarse al refrigerador detrás de él. Busqué un billete de veinte en mi mochila y se lo extendí, me entregó mi agua y un ticket, mismo que le devolví; sabía que cada vez que me lo encontrara en la mochila recordaría este maldito día y no, gracias.

+ + +

―¡Sofía! ―gritó Marie cuando por fin llegué a su lado.

El escenario realmente estaba muy cerca de nosotras. Lo que pagó su papá, valió la pena.

―Te me perdiste en la entrada, casi me muero ―me abrazó.

―Si, bueno ―pausé―, fui a qué me robaran los únicos veinticinco pesos que me sobraban ―me encogí de hombros y le mostré la botella de agua para después destaparla.

―¿Qué?

―¡El agua aquí está carísima!―grité y abrí los ojos de par en par―. En general, todo lo está. Nunca compres en esa fuente de sodas. ¡Nunca!

Y esa fue la conversación más decente que pude tener con Marie en ese rato, pues enseguida comenzó a hablar con una chica. Para ser más específica, con la misma chica del puesto de tazas.

Aproveché y saqué el celular de la mochila, mis audífonos y después puse play a una canción de John Mayer.

It's not a silly little moment, it's not the rain before the calm. This is a deep and dying breath of this love that we've been working on.

La voz de John llenó mis oídos. No es que fuese mi artista favorito, en realidad sólo me gustaban como cuatro canciones de él pero esa canción me encantaba, el ritmo, la letra, su voz; podría decir que era perfecta en todos los sentidos.

Cuando la canción terminó me di cuenta de que las luces se habían apagado. ¿Cuándo demonios pasó esto? 

Me salí del reproductor y me quité los audífonos para después guardarlos en mi mochila; coloqué el celular en mi bolsillo trasero y me senté.

Una música comenzó a sonar y en las pantallas comenzaron a aparecer los nombres de los integrantes acompañados de una foto. El lugar estaba estallando a gritos, la música continuó y entonces salieron.

Era algo increíble; ver como esas chicas sacaban todo el aire de sus pulmones con tal de gritar fuertemente, era admirable. En cambio yo, no podía recordar la última vez que había hecho eso, tal vez hace ya un par de años cuando había acudido a un concierto de una emisora de radio en la que había estado Camila.

Traté de no prestar mucha atención, pero no voy a negarlo, uno de los chicos llamó mi atención. Parecía ser la voz principal del grupo ya que era el que más cantaba; era guapo, o al menos de donde estábamos así se veía.

+ + +

Habían pasado ya alrededor de mil ocho mil canciones. Solo bromeo, habían pasado cuatro canciones sin contar la primera, y yo sentía que ya había pasado una eternidad.

La siguiente canción comenzó y se me hizo conocida, quiero decir, todas las conocía gracias a Marie, pero si no me equivocaba esta era la que...

Un día vas a despertar con la nostalgia a flor de piel y volverás a recordar...―cantó el chico de los ojos bonitos. Si mal no recuerdo, él era Jos, el chico del cierre.

Comencé a cantar pero no tan alto.

Marie se giró a verme y luego sonrió triunfal, como si acabara de ganar una pelea o un maratón, después se agachó y me abrazó.

―Eres toda una coder.

¡Carajo no!

Vaya que no lo era.

El resto del concierto me la pasé sentada en mi butaca viendo a las chicas brincar, gritar, llorar e incluso tratar de subir al escenario. Por parte de los cinco chicos allá arriba, bueno, estaba este chico que se la pasaba dando vueltas, parecía un trompo; luego teníamos al que no paraba de decir las amamos, el que bailaba de una manera un tanto provocativa, el chico de los ojos bonitos y hermosa voz, y por último el de la voz principal que cantaba con muchísimo entusiasmo.

No lo puedo creer, estuve afuera por cuatro horas y media para un concierto de una hora y media.

Vaya día.

+ + +

¡Volví!

De acuerdo, yo dije que subiría capítulo hoy y aquí me tienen c:

Espero que les haya gustado y bueno, si fue así, voten, comenten, recomienden♥

Quiero agradecerles a las chicas que han comentado y votado, la razón por la que escribo son ustedes. Debo admitir que pensé en borrar la historia cuando apenas subí el primer capítulo pero ahora no lo haré y llegaré al final de esto, lo juro.

Si alguna vez quieren una dedicatoria, díganme :) 

Si alguna vez quieren hablar conmigo, háganlo :)

Debo confesar que hace poco que comencé a seguir a éstos chicos y bueno, si un día quieren hablar conmigo de ellos, yo estaré más que encantada.

+ ¿Cuándo es su cumpleaños? El mío es el 13 de agosto.

Cit.


Metanoia | Alonso Villalpando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora