7.

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Había pasado exactamente una semana desde que había acompañado a Marie al concierto de sus castores. Se había mantenido callada durante esta semana y yo estaba eternamente agradecida con ella. Los exámenes finales comenzaban la siguiente semana y yo tenía una gran cantidad de proyectos y guía por entregar, casi no había dormido los últimos seis días.

―¡María González! ―gritó la profesora de Metodología haciendo que me sobresaltara―. Quiero ese teléfono en mi escritorio ―Marie negó.

―Ya lo guardo.

Solté una risita y volví a lo que estaba haciendo.

―Pssst.

Marie.

Me giré hacia ella y me señaló la bolita de papel en el piso. Maldita costumbre de mandar mensajitos en clase, esta chica no aprende.

Estiré el pie para acercar la bolita y luego me agaché para levantarla. La desdoblé con flojera y agarré la pluma con la que estaba trabajando anteriormente.

Adivina q.

Qué* 

No sé, ¿qué cosa? :c

Me acaba de seguir Alonso!

Te faltó un signo de admiración e.e, ¿Alonso el de la primera fila tiene twitter?

No seas tonta, Alonso Villalpando, el de CD9.

Ahhh...

Hablamos a la salida.

Decidí no responder su recado y me limité a verla y asentir.

Las clases se habían pasado rápidamente, esto de poner atención en clase y hacer las guías de cada materia no era tan pesado al final de todo; tenía casi todas completas, sólo había algunos ejercicios de cálculo que aún no terminaba.

Me esperaba un largo fin de semana.

―Bendito sea ―dijo parándose frente a mí mientras yo guardaba mis libros.

―No es para tanto ―levanté la mochila y luego me levanté yo―. Sólo dos semanas más y adiós preparatoria.

―Eso dices tú ―rodó los ojos y fruncí el ceño―. Voy a presentar extemporáneo de Derecho, te juro que ese profesor me odia ―comenzamos a caminar a la salida.

―Es porque te la pasas pegada al celular ―me acomodé la mochila ya que se me venía cayendo.

Marie se limitó a bufar y luego dio un pequeño grito al mismo tiempo que golpeaba mi hombro. Hice una mueca de "¿qué demonios te pasa?" , y me detuve.

―¡ALONSO ME HA MANDADO UN DM! ―brincó y me sacudió al mismo tiempo. Extraño ¿no?

―¿Y? ―traté de enarcar una ceja pero fracasé. Siempre se me había hecho algo imposible.

―Dice que le encantó el libro que les di, mira ―me pasó su celular y mientras leía ella bajó las escaleras por completo y comenzó a brincar en la jardinera.

―¡Las plantas Marie! ―reclamé pero mi comentario fue inútil.

¡Hola Marie! Sólo quería decirte que los chicos y yo amamos el libro que nos diste, eres increíble, muchísimas gracias por apoyarnos siempre 2:08

Y tomarte el tiempo de hacer esto tan hermoso, Jos dice que le ha encantado la carta, más tarde te tenemos una sorpresa, ¡te queremos! 2:09

Sonreí para mí misma. La verdad es que nunca me imaginé que estos chicos leyeran las cartas de sus fans. Era cierto que las seguían en twitter o Instagram, y algunas hasta conseguían un DM con ellos, pero jamás me hubiese imaginado esto.

Bloqueé el celular y baje hacia donde estaba Marie. La jalé del brazo para sacarla de la jardinera, algunas flores ya habían sido aniquiladas por mi mejor amiga y yo me sentía apenada al respecto.

―¿Cuál crees que sea la sorpresa? ―dijo arrebatándome el celular.

―La verdad es que no tengo ni la más mínima idea ―comenzamos a caminar a la salida.

Su madre llegó por nosotras y el camino a casa había sido un poco molesto, pues Marie no había parado de hablar de Alonso y la dichosa sorpresa que le tenían. Su mamá se limitó a no decir nada, sabía que si lo hacía Marie jamás se callaría.

Para cuando llegamos a mi casa, Marie ya no estaba hablando. Ojalá lo hubiese dejado de hacer hace diez minutos y no hace tres.

Agradecí a su madre y entré a mi casa; dejé mi mochila sobre el sillón y caminé a la cocina para buscar algo de comer. Mi mamá trabajaba casi todo el día en una empresa como contadora y mi padre también era contador pero de otra empresa, por lo general comía sola.

Me movía de un lado a otro en la cocina mientras la comida se calentaba. Mi celular vibró sobre el pequeño desayunador y entonces me acerqué, era una notificación de twitter, dos, tres, cientos de ellas.

Pasé el dedo sobre la campanita de las notificaciones y entonces un montón de niñas me estaban siguiendo. Fui a mi perfil y le puse en seguidores, ahí estaba.

Alonso Villalpando y la palomita azul. Si, los seguía, pero si lo hacía era porque Marie prácticamente me había obligado.

Silencié el celular y entonces continué con mi comida, moría de hambre.

+ + +

¡Está muy corto y lo sé!

Aquí les dejo un capítulo más c:  Me gustaría que si conocen algunas coders (seguro que sí), las inviten a leer la fic.

Espero que les haya gusto el capítulo.

 ¡Yo les escribo desde Qro, México!

Quiero compartirles mi alegría. Resulta que mi cumpleaños ya se viene y me he llevado con la enorme sorpresa de que que CD9 viene justo ese día y tengo muchísimas ganas de ir, lo malo es que los boletos los regalan en la radio y bah soy mala para esos concursos. 

¡Ya se viene el berdeeeeei de Alonso! ¿Qué dicen de un especial de dos capítulos? Ayúdenme a llegar a los 70 votos♥

Nos leemos el 28 :)

+ ¿Cuál es su canción favorita de ahora? ya saben, que no pueden dejar de escuchar.

Yo no paro de escuchar Hasta la Raíz de Natalia L.

Cit.


Metanoia | Alonso Villalpando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora