6.

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Aquí estoy yooooo, abriéndote mi corazóóóón...

No es cierto, en realidad estoy muriendo de ganas de llegar a casa y dormir, dormir y dormir.

Gracias al cielo el concierto por fin había acabado pero para mí mala suerte, Marie tenía boletos VIP y ahora teníamos que ir al backstage a la dichosa foto.

Evidentemente no me tomaría nada con nadie.

Un par de personas de seguridad nos guiaron a Marie, otras chicas y a mí a la parte de los camerinos del auditorio. Nunca había estado en esta parte y la verdad es que no eran feos. Una vez me había presentado en un teatro pequeño para una obra escolar y los camerinos eran pequeños y horribles.

Al final entramos a una especie de sala de conferencias, no lo sé. Era un lugar algo espacioso y no parecía un camerino, había un fondo negro colgado frente a una pared y una cámara fotográfica sobre un tripie.

De inmediato las chicas con las que veníamos hicieron una línea y comenzaron a dar brinquitos, algunas se pusieron a llorar.

Marie y yo quedamos casi al final de la fila, sólo dos chicas estaban atrás de nosotras.

―¡AAAAAAAAAH!

Solté mi celular del susto. Lo busqué con la mirada y lo vi debajo de una mesa.

Caminé despacio y luego me agaché para alcanzarlo.

―Les voy a pedir que se controlen y mantengan la línea ―dijo uno de los guardias mientras las chicas se estiraban para poder ver a los muchachos.

Las chicas que pasaban debían colocar sus bolsas o mochilas sobre la mesa que estaba por donde había caído mi celular anteriormente. No estaba prohibido entregar regalos así que cada vez que una pasaba, les daban desde cartas hasta libros, ropa, e incluso objetos más costosos.

Vaya ganas de gastar el dinero en alguien que casi ni conoces.

―No puedo creer que estemos respirando el mismo aire ―dijo Marie apretando fuertemente mi brazo.

―Marie ―me miró―, siempre respiramos su aire ―la miré mal pero luego sonreí y negué con la cabeza.

Me daba gracia ver a las chicas que se tomaban la foto. Algunas estaban llorando a moco tendido, ni siquiera quiero imaginar cómo saldría su foto; otras estaban tan nerviosas que su sonrisa era muy parecida a la del gato de Alicia en el País de las Maravillas y había otras que pedían a los chicos que las cargaran, las abrazaran o las tomaran de las manos.

―Dos chicas, Sofi ―susurró Marie en un tono de pánico.

Ay no.

Saqué de mi mochila el agua que había comprado y le regalé un poco. Marie solía tener ataques de pánico y cada que esto ocurría algo malo pasaba, una vez incluso se desmayó, pero como la buena amiga que soy aprendí a controlar este tipo de situaciones.

―Ten esto ―le extendí un chicle mientras ella me devolvía la botella de agua.

―En serio te amo ―me abrazó.

―Señorita, sus cosas sobre la mesa ―el guardia señaló a la mesita y Marie asintió. Caminó a la mesita y dejó la mochila no sin antes sacar su libro que había hecho.

Cuando volvió, el guardia la empujó suavemente hacia los muchachos, no paraba de decirles te amo y de abrazarlos. El fotógrafo les hizo una seña para que miraran al frente y justo antes de que el fotógrafo hiciera la toma, el chico de los ojos bonitos besó la mejilla de Marie.

Cuando se separaron de ella, Marie les dijo algo que no pude escuchar pues estaba de espaladas a mí. Enseguida el chico de la voz principal tomó el libro en sus manos y la abrazó diciéndole algo que tampoco pude escuchar.

―Señorita ―miré al guardia―, es su turno.

¿Qué?

Fruncí el ceño y él hizo lo mismo.

―¿No vas a pasar a tomarte la foto?

―¡Hola! ―gritó alguien de los chicos pero no supe quien fue.

―Yo... Lo siento ―hice una mueca―, en realidad no soy fan.

Las chicas que estaban detrás de mí bufaron y me llamaron estúpida.

Tomé una respiración profunda para tranquilizarme, pues su comentario no había sido nada agradable y no me quedaría con ganas de responderles.

―El hecho de que no me gusten sus topos o tejones o como sea que les llamen, no me hace una estúpida ―me acerqué a ellas y ambas dieron un paso atrás―. No pueden ir por la vida llamando así a las chicas que no gustan de la música de CD9 así que evítense ese tipo de comentarios tan fuera de lugar. Con permiso.

Levanté mi mochila que por alguna razón había acabado en el piso y me acerqué a Marie.

―A la próxima que me invites a verlos con un boleto VIP, recuérdame esto que pasó ―dije y comencé caminar a la salida.

―¡Oye! ¿Y la foto? ―me giré de mala gana y todos señalaron a...

―¡Fue Bryan! ―gritaron al unísono y señalaron a uno de los chicos.

―Se los agradezco, pero a comparación de ellas ―señalé a las chicas de antes― yo no me desvivo por ustedes.

Les regalé una pequeña sonrisa apenada.

+ + +

―Muchas gracias por traerme a casa ―dije después de bajarme del carro de la madre de Marie―. Y lamento lo que pasó allá ―me encogí de hombros.

―Descuida ―sonrió Marie―. La pasé genial, y me encantó como asustaste a esas chicas, lo merecían.

Sonreí y entonces me despedí sacudiendo mi mano. Esperé a que se fueran y luego entré a la casa; casi todas las luces estaban apagadas, solo la de la cocina seguía encendida. Caminé despacio hacia ésta y dejé mi mochila sobre el desayunador; tomé un vaso de la alacena y lo llené de leche, busqué algo con que acompañarla y me encontré con unas galletas Oreo, no eran mis favoritas, pero eran deliciosas.

―¡Hey! ―dijo mi madre entrando a la cocina―. Creí que llegarías más temprano.

―Ya ves que no ―sonreí.

―¿Cómo te fue? ―caminó al refrigerador y sacó un galón de jugo.

―Unas chicas me llamaron estúpida ―me miró angustiada―. Nada de qué preocuparse ―sonreí―. Las puse en su lugar.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos.

―Por cierto, te traje tu taza.

Rebusqué entre mi mochila y encontré la bolsa, misma que la extendí para que la tomara.

―Este chico es lindísimo, no me cansaré de decirlo ―abrazó la taza contra su pecho y reí.

―Es como veinte años menor que tú ―negué divertida.

Me enseñó su lengua como si fuera una niña pequeña y luego caminó hacia el lava trastes para dejarla ahí.

―Es más lindo en persona ―dije y salí corriendo de la cocina o empezaría molestar.

+ + +

¡Hola, hola!

Primero que nada, ¡GRACIAS POR LEER LA FIC!

Segundo, aquí les dejo un capítulo. Probablemente vuelva a subir el sábado o domingo :)

Si les gustó, no olviden votar.

Díganme, ¿De dónde me leen?

Les mando un beso gigaaaaaaante.

P.S: si os gusta Jos (apuesto a que lo escucharon con acento español *inserte emoji coqueto*) les recomiendo una fic que se llama Número equivocado de SoyJacquelinne.

Paaaaaz x.

Cit.

Metanoia | Alonso Villalpando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora