Herida.

24 1 0
                                    

(Sam)

No vi a Ren por el resto del día y eso me alteró. Ella nunca falta a clase a menos que en sí vaya al hospital o esté justificado por alguna actividad extra del instituto, como un concurso o alguna presentación que deben de dar poco alumnos. Al parecer la desaparición de Ren tampoco pasó desapercibida por la demás, y juntas comenzamos a pensarnos lo peor. Sus cosas estaban allí, donde siempre ahora. Cerca de las mesas que hay un tanto más allá de la cafetería. Ahora no tan ceca del edificio de las plantas. Algo que nos causa incomodidad y miedo. Continúo caminando acompañada por Kat, que está a mi lado. La noto un poco distraída, lo cual me resulta totalmente lógico, yo igual lo estoy así que no llego a prestarle más atención a aquello.

Al llegar a mi casa de despide mucho antes de siquiera haya abierto la puerta y comienza a correr hacia su casa. Suelto un suspiro y abro la reja. Y luego la cierro, me dirijo a la puerta principal y hago lo mismo. Dejo mi mochila en el suelo a un lado de los sofás de la sala y saco mi celular de la bolsa de mi pantalón. Inmediatamente marco el teléfono de Ren, su celular, esperando a que me contesta.

Al tercer timbre lo hace.

— ¿Bueno? —es la respuesta de Ren. Se oye cansada, y al oír un bostezo de su parte me siento más tranquila.

—Hola, Ren. Llamo para ver cómo estas —hago una pequeña pausa, pero no contesta—.Así qué, ¿cómo estás?, ¿qué te pasó?

Guarda silencio y luego suelta un suspiro. Me siento en un sillón para estar más cómoda.

—Estoy bien ahora —dice lentamente—. Y nada importante. Espera aún momento antes de agregar— ¿qué más hicieron en clase?

Sonrió un poco. Puede que parezca cansada pero siempre está pendiente en la escuela. Y seguro de las chicas también de preocupa. Se le nota con aquella sobreprotección que realmente a mostrado pocas directamente, pero muchas discreta.

—En sí nada importante —le resto toda la importancia posible, ya estamos a un día de terminar medio año. Ha pasado tan rápido. Así qué lo único que nos ponen hacer son actividades aburridas y hasta algo tontas.

—Ah, vale —Oigo como cierra una puerta—. Y, ustedes, ¿hicieron aló divertido?

Reí un poco.

—La verdad no —admito. Cambio mi posición. Me acierto en el sillón, y pongo un cojín debajo de mi cabeza—.Pero sí que te extrañamos, ya nos parecía raro que no estuvieras. Así qué, ¿qué te pasó? —continuo.

Guarda otro momento silencio.

—Pues nada en sí —responde, aún, lento.

— ¿Cómo que nada? —pregunto inmediatamente—. Faltaste a clase, eso no es par nada normal en ti. Debió de haber sido algo terrible para irte.

—Ay, Sam —suspira Ren. Su actitud hasta ahora me está empezando a poner de los nervios. ¿Qué le había pasado? —. Me sacaron de la escuela por un asunto familiar —dice simple. Se me hace un nudo en la garganta. No había escuchado en ninguno de esos meses que mintiera de forma directa, hasta descarada.

— ¿Qué? —es lo único que digo con logro decir, soñando como un hilo.

—Sí, Sam. Tuvieron unos problemas, necesitaron sacarme y ya no regresé, así de simple —continua Ren.

¿Por qué mientes? Me pregunto. Sus cosas se había quedado en la mesa hasta que desaparecieron en el cambio de la última clase. No más no menos, y extrañamente en el asunto de salir lo hacen demasiado prisa, apenas máximo pasa una hora no tres para que te vayas con tus cosas o hasta mucho menos.

Historia de Winwilds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora