Tregua.

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Hace una semana.
(Gab)

                  

"—Este chaparrito de aquí se llama Gabriel —pronuncia mi nombre con lentitud. La posición de Ren se balancea hacia adelante y acaba por bajar la cabeza. Julián espera un momento... Y luego ríe y se voltea a mí—. El ángel guardián de Renée cuando no estoy yo.

Sus pasos se acercan a mí. Sus profundos ojos azules me envuelven y me da la impresión de estar encarando a un enorme felino en vez de a mi maldito hermano... Al único hermano que tengo.

—Tú no tomas las responsabilidades en serio —le digo sin más.
Julián sonríe de manera torcida. Y a su espalda escucho un golpe en seco.

—Oh, yo creo que me las tomo muy en serio —dice con lentitud. ¡Peligro! Y me encuentro apresado por sus manos. Su rostro se me acerca hasta el oído y susurra arrastrando las palabras—. Y voy a recuperar a mi familia.

Luego puedo ver el cuerpo de Ren tirado en el suelo. Elizabeth está sentada a su lado. Ya no hay ninguna silla o mesa, taburete o piano que estorbe la vista. Ya no hay paredes que sostienen la estructura de una casa. Ya sólo están esas dos chicas, Ren tirada dando la espalda a lo que yo creo es el techo y Elle con la cabeza gacha, con sus cabellos largos cubriendo la mayor parte de su rostro.

—Pequeño niño, ve por donde vas —susurra Julián.
Y todo vuelve a ponerse oscuro. "



El aire vuelve a mis pulmones. Inhalo con rapidez dando una gran bocanada. Mi corazón acelerado, la espalda, manos y rostro sudorosos. Sentí presión en el cuello mientras soñaba... eso. Como si mi hermano fuese el responsable. Como si me quisiese asesinar con sus propias manos. Parpadeo e intento tranquilizarme un poco. Me levanto hasta quedarme sentado en el colchón que rechina bajo mi peso. Está todo oscuro, apenas alguna poca luz entra por la ventana de entre la tela de la cortina. Cierro y restriego mis ojos. Doy otra bocanada de aire. Sigo sintiendo una presión en la garganta. Esto se está poniendo horrible. Se me revuelve el estómago y comienzo a toser.
Salgo de la cama y continuo tosiendo al caminar por mi habitación a oscuras.


-.-.-.-

(Sam)

Una semana. No hay más mensajes. No hay mayor información que sea relevante. Y todo desaparece por el aire que se lleva los papeles. Y a Ren... bueno ella parece más invisible que lo que estamos buscando.

Frunzo el ceño al escuchar la voz de la maestra. Lenta, arrastrando cada sílaba, haciendo la hora interminable. Explica algo acerca de las mezclas de quién sabe qué. Me inclino hacia delante. Mi cabeza acaba arriba del escritorio.

Por el rabillo del ojo capto a Marie a lo lejos junto con Flor, la cual al parecer está leyendo igual que siempre. Marie hace una mueca. Pero igual noto que comienza a utilizar los plumones de su estuche, seguro estará rayando alguna cosa en la mesa. Por la otra esquina del salón está Kat, ay Kat, ¿por qué estás tan lejos de mí? No puedo evitar preguntarme. A las maestras se les ocurrió aquella idea. ¿Yo? ¿Lejos de mis amigas? Ay, por favor.

Ren no ha venido a clases... no creo que lo haga tan repentinamente. Pero sí espero que se encuentre bien.

La chicharra suena y todo el mundo se levanta. Yo con pereza comienzo a guardar mis cosas también.

— ¿Sam, vienes? —me pregunta Marie, caminando hacia mí.

Asiento con la cabeza y ella se sienta en la silla a un lado, esperándome. Alzo una ceja, intentando cuestionar su acción, pero acabó por sonreír.

Historia de Winwilds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora