Historia de Winwilds.

Algo esconden. ¿Qué le sucede?

(Ivonne)

 

Es lunes por la mañana, entro arrastrando los pies hacia la puerta del instituto. Mi padre me toca el claxon por última vez, me despido con la mano antes de que arranque y se vaya, no me volteo. Sigo caminado en mi estado zombie, hasta que llego al edificio cuatro, en donde es mi clase de matemáticas, historia, ciencias, etc.  

Todas las materias excepto informática, laboratorio de ciencias, educación física y artes. Esos están en otros edificios esparcidos por el terreno gigante del instituto. 

Mi padre ha vuelto, espero que se quede al menos tres años me digo esperanzada por un momento, para luego ver que es imposible. Mi padre tiene muchas cosas que hacer. Suelto un resoplido antes de dejar caer mi mochila sobre la mesa. El camino es rápido, y no es tan cansado, pero es mejor salir de aquí.

Avanzo a la salida y veo como Ren va con su mochila turquesa en la espalda subiendo lentamente las escaleras. Parece que no trae mucha prisa, o al menos hasta llegar a la mitad de las escaleras y comenzar a caminar lo más rápido posible con la mochila llena de cosas. La sigo de cerca. Al no tener nada que hacer creo que es buena idea, o al menos una idea con la cual dejar el aburrimiento a un lado. 

Ren entra en su salón, y oigo como se cae algo al suelo. ¿Que pedo? Me acerco a la puerta y asomo la cabeza. Ren esta abrazando a Sam con cariño, su mochila turquesa esta tirada en el suelo. Debió de haber sido eso me digo. Entro al salón, "admirando" (ironía) como esta casi completamente vacio por excepción de algunos chicos que andan platicando sentados en un penta y las chicas en sus lockers sacando sus útiles. 

Sam y Ren están calladas mientras sacan sus libros y cuadernos del locker, Ren lo hace lentamente pero de manera ordenada también, en cambio Sam saca todo del locker y revisa en un papelito que materias tienen este día. 

—Hola, chicas —las saludo. Ambas al oír mi voz dan un respingo, y Sam se sienta y Ren se levanta dificultosamente. 

—Hola —responde Ren en un susurro, y mostrándome una sonrisa forzada. 

—Hola —dice Sam seria y sin desviar la vista de lo que esta haciendo. 

Me quedo callada esperando a que Ren diga algo mientras guarda sus libros en la mochila, su lonchera en el locker y lo cierra poniéndole su candado para que no lo abran. Mas no dice nada de nada, se queda en un silencio donde parece estar reflexionando algo. Me siento encima de la mesa a un lado de Ren. 

            — ¿Les sucede algo? —pregunto intentando hacer una conversación. 

—Nada —responde simple Ren, sin quitar su mirada a la mochila. Con mi mano le doy un lleve empujón—. Que no me pasa nada —reafirma molesta por mi acción. Le sonrío y suelto una pequeña carcajada. Me encanta molestar a las personas. 

—Ren —la llama Sam. 

Ambas volteamos para ver como Sam se coloca su mochilita al hombro y comienza a caminar hacia nuestro salón de matemáticas. Ren hace lo mismo, poniéndose en la espalda su mochila turquesa, y yendo detrás de Sam. Las sigo cuando ya andan cruzando el umbral de la puerta. 

— En serio, ¿Qué les pasa? —les pregunto. Ellas no se inmutan. Se quedan calladas, y Ren solo se encoje de hombros. 

Sam se va por el pasillo de la derecha, al llegar al piso de abajo, y Ren al de la izquierda. Sigo a Sam. 

— ¿Sam? —Ella ni me voltea a ver. Deja su mochila en su asiento y sale del salón. 

Salgo al pasillo de nuevo y veo las puntas de la cabellera de Sam agitarse y las mangas de la chamarra de Ren, antes de que desaparezcan por las escaleras. Y a éstas ¿Qué les picó?