Evita que se quede. Un sueño tras otro.

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(Kat)

Cuando Ren echa a correr la sigo casi de inmediato. Ella es rápida, pero su mochila hace que se vea algo torpe. Bajamos corriendo la calle y luego vamos en "zig zag" por las demás calles hasta que pasamos por delante de la caseta de departamentos. Ren continúa su camino, cuando yo me detengo enfrente de la caseta. 

— ¿A dónde vas? —le pregunto en un grito. La figura de Ren, que veo a lo lejos, se detiene un momento. Ella da media vuelta y regresa conmigo. 

—Lo... Lo siento —apenas y puede hablar. 

No pronuncia otra palabra, y va directo a la caseta. El guardia esta ahí y no la deja entrar, no sin antes dar datos. Ren intenta decir algo, pero lo que dice no se entiende. 

—Venga Ren, tranquila —La alejo de la caseta—. Yo me encargo. 

Los datos yo se los doy al guardia. Y cuando volteo Ren va de derecha a izquierda, nerviosa. Con las manos juntas, acariciando con las yemas de sus dedos sus palmas. 

—Deberías tranquilizarte, en serio. Todo estará bien —La intento detener agarrándole el bazo.

—No, no me toques —me dice, evitando que la detenga.

Da unos pasos atrás, y da media vuelta para seguir caminando. La dejo irse, está molesta, es mejor que no lo empeore. Dejo mis cosas a un lado de la caseta y me cruzo de brazos, apoyando mi espalda en la caseta. Oigo cómo el guarda intenta llamar al departamento, y como cuelga una y otra vez. Él me conoce, me ha visto por aquí muchas veces pero quiere asegurarse que esté Ivonne en casa antes de dejarnos pasar. Me quedo mirando la espalda de Ren, viendo como se aleja y luego da media vuelta y regresa. Pasa enfrente de mí, y oigo que murmura algo, algo que no entiendo ni jota. Pasan los minutos, hasta que alguien contesta en el departamento el guardia de disculpa y le avisa que estamos aquí Ren y yo, y luego cuelga.

—Ya pueden pasar —me avisa al colgar. Yo solo asiento con la cabeza. 

—Vamos, Ren —exclamo, recogiendo mis cosas y pasando por la reja, ya abierta. 

Al pasar al lado de los arbustos a unos dos o tres metros de la entrada, Ren pasa a mi lado, y se aleja corriendo hacia el departamento del padre de Ivonne. Acomodándome un poco la mochila, la sigo, igualmente corriendo. 

(Ivonne) 

Dejo qué caigan las monedas de mis manos, y cuando estoy por ver la respuesta alguien toca el timbre. No creí que tardaran tan poco me digo sorprendida por lo rápido que llegaron Ren y Kat al departamento. 

— ¡Ahí voy! —grito asomándome por las escaleras. 

Mi habitación está al lado del balcón del Penthouse de mi padre. Bajo las escaleras tranquila y cuando toco el suelo vuelve a sonar el timbre como unas tres veces seguidas apurándome a la puerta. 

— ¡Ya, güey! —exclamo abriendo la puerta molesta. 

Ahí en el pasillo están Ren y Kat, la primera más alterada que la otra, con sus mochilas en la espalda, las manos y mandíbula temblorosas. Abro la boca para exclamar algo, pero Ren se me lanza y abraza como orangután. 

—Ay, que bien, que bien que estés bien —murmura y luego suelta un suspiro, parece aliviada. 

— ¿Okey? —digo alargando la palabra por lo extrañada que estoy en este momento —. ¿Qué ocurre? 

Historia de Winwilds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora