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Lo que fueron horas, se convirtió en días y finalmente terminaron siendo casi dos meses desde que Bill se había ido.

Pero no todo era malo.

Porque ciertos amantes no habian dejado de hablarse, llamarse y extrañarse en ningún momento.

O al menos eso querían pensar, cada vez que hablaban por videollamada ambos solían sonreirse y conversar como si nada, hablando sobre sus días, sobre lo que querían, pero nunca sobre "su relación".

Bill había mejorado en cuanto la depresión que había empezado a tener, ahora comía normalmente y no lloraba constantemente

Aveces la extrañaba, aveces quisiera estar con ella y oír su voz.

Pero finalmente entendió que ella necesitaba espacio y tiempo, él debía ser comprensivo y sobre todo esperar por ella aún que cierta espera parecía bastante larga.

—Entonces el Gimnasio será remodelado a fin de mes, lo expandire, por algún motivo hay muchos más clientes y aveces el espacio colapsa —Tom hablaba a través de la pantalla.

—Eso está genial, cada vez es mejor ¿No crees? —una sonrisa nostalgica salió de Tom.

—Si... ¿Que hay de ti? ¿No bailaras?

—Bueno he estado buscando una academia aquí, quizás...

—Oh... Entonces planeas quedarte mucho más tiempo —aquello había sido un murmuro, pero Bill lo había escuchado claramente.

Y nuevamente esa barrera entre ellos volvía a aparecer, como si no pudieran estar tranquilos y juntos del todo, siempre habia algo que los alejaba un poco más.

Y Bill tenia miedo.

Había notado extraño a Tom, ya no le decía apodos cariñosos y se notaba tenso cuando hablaban, no quería pensar demás, ni hacerlo sentir incómodo hablando del tema, pero justo ahora le preocupaba a dónde llegarían con todo esto...

—Bueno yo...

—¡Tomi una máquina está causando problemas ¿Podrías ayudarme? No puedo continuar mi rutina —una voz para nada conocida y bastante chillona se escuchó al otro lado de la pantalla, para Bill todo se congelo mientras Tom parecia inmutarse.

—Si Lía ya iré.

—¡Gracias cariño!

La sonrisa que Tom puso después de aquellas palabras no pasó desapercibida por Bill, decir que no estaba ardiendo en celos sería una completa mentira.

"¿Tomi?"

"¿Cariño?"

¿Quien mierda se creía? Además se supone que Tom estaba en su oficina, ni siquiera tocó la puerta solo entro chillando, y si...

—Bill...

—Ya escuché, adiós.

Ni siquiera escucho nada del otro lado cuando colgó la llamada sintiéndo una fuerte presión en el pecho, es que ¿Que más podría ser? Si se lo hizo a su madre ¿Por qué a él no? Era un completo estúpido.

Todo el tiempo pensando en él, en si estaba bien, extrañandolo y soñando cada día con estar en sus brazos y él...

Ni siquiera sabía que mierda hacia él, si bien le contaba de sus días en ninguno de ellos incluia a una mujer.

Dejo el teléfono en la cama y miro la laptop en su peinadora, ahora no tenía nada mejor que hacer, quizás debería distraerse un poco, jugar algún juego o...

Editar algún vídeo...

[...]

Tom quedo demasiado confundido con la actitud de Bill, parecía bastante molesto pero no le dijo absolutamente nada.

Y es que las cosas se habían tornado un poco inseguras y distante para ambos.

Quería creer que era por la situación en la que se habían alejado.

Pero habia algo más.

Culpa...

Tom no podía dejar de sentir culpa, no podía evitar sentirse mal al pensar que Bill tenía que estar en una ciudad diferente tratando de organizar su vida y dándose tiempo para mejorar cuando debería estar aquí, en la academia, bailando, con su madre y siendo completamente feliz.

Si tan solo él no se hubiera metido en su vida todo sería completamente diferente.

Pensó que con el tiempo la sensación en su pecho mejoraría pero todo fue peor hace una semana, cuando decidió salir con Georg, Liam y Jake a beber unos tragos para despejar su mente y la vió.

No parecía la misma mujer, estaba sola en la barra bebiendo trago tras trago, no sonreía y no dejaba de mirar su fondo de pantalla.

Una foto de Bill.

Eso fue un duro golpe para él, al darse cuenta que no solo habia dañado a Bill si no que a ella también.

Recuerda que esa noche la vio ponerse tan ebria que él mismo la llevo a su casa, ambos sin decir nada aún que él quisiera pedirle perdón y ella lo mirara con los ojos cristalizados, sabía que no era el momento.

Cuando la dejo en su casa segura y se dió la vuelta para irse la escucho decir:

"Aún que mi corazón los haya perdonado mi mente no olvida, no le hagas lo mismo a él."

Volviendo a la actualidad y saliendo de sus pensamientos, Tom se levantó dispuesto a ir a revisar la máquina, dejando su teléfono en el escritorio.

Si algo tenía seguro es que él nunca podría engañar a Bill, él nunca podría engañar a la persona de la que estaba tan enamorado, lo extrañaba con todo su ser, deseaba verlo, tocarlo, consentirlo.

Pero sabía que el tiempo era algo necesario y él no podía dejar de pensar en que era él la causa principal de todo el problema.

Pensó en dejarlo.

Pensó en terminar todo.

Pero, ¿Cómo tomas una decisión que sabes que va destruirte? Ya lo hizo una vez cuando le pidió al señor Kaulitz que se llevara a Bill, y hasta ahora todo había ido en picada para él.

Aún así, veia a Bill mejor y eso debería ser suficiente para él.

Tratando de enfrascarse en lo que tenía que hacer, Tom empezó a revisar la máquina, encontrado que no tenía ninguna falla solo un pequeño inconveniente.

La mujer al ver que Tom había resuelto todo salto de felicidad a sus brazos gritando con emoción.

Aún que para él su voz fuese irritante, no dudo en sonreirle y desearle que tuviera un buen día antes de irse nuevamente a su oficina y hundirse en el manojo de pensamientos.

Los mismo que fueron interrumpidos por aquella notificación.

<Bk a subido un nuevo video.>

Sus ojos se abrieron con sorpresa y sin dudarlo abrió el vídeo llevándose la más grande sorpresa de todas al leer aquel título.

«My man fucks me.»

Seguramente Bill lo quería volver loco y estaba funcionando.