Corina Smith es Jesús

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En los cielos celestiales, el tiempo de espera había terminado. Jesús, observando el caos en el mundo moderno, comprendió que era momento de volver a la Tierra. Pero esta vez, no sería un carpintero humilde en un pueblo olvidado. Esta vez, su mensaje de amor, justicia y redención necesitaba llegar a través de los lenguajes universales de la música y el arte.

Cuando llegó el momento de elegir un nuevo cuerpo y vida, Jesús decidió algo inesperado: reencarnaría como Corina Smith, una cantante venezolana que ya tenía una voz capaz de tocar corazones y un carisma que inspiraba a multitudes. 

En un cálido atardecer caraqueño, Corina Smith acababa de terminar un concierto en una pequeña plaza del centro de la ciudad. Las luces del escenario parpadeaban, y su voz, tan melodiosa como siempre, había dejado al público en éxtasis. Pero esa noche, algo inusual estaba por suceder.

Entre la multitud, una fanática avanzó con determinación. Vestía de blanco, y sus ojos brillaban con una mezcla de devoción y emoción desbordante. Al llegar al frente del escenario, esperó a que Corina la mirara. Entonces, sin mediar palabra, la mujer se arrodilló lentamente, levantando ambas manos hacia ella como si estuviera frente a una figura divina.

El gesto impactó a todos, pero especialmente a Corina. Al principio, pensó que era una expresión exagerada de admiración, pero en el fondo algo despertó en ella. Una sensación cálida, casi sobrenatural, recorrió su cuerpo. De repente, la fanática habló con una voz profunda y solemne:

—Tú eres el Alfa y el Omega. Estás aquí para guiarnos nuevamente.

El corazón de Corina se detuvo por un instante. Miró a la mujer, luego a la multitud, y sintió una conexión inexplicable con todos los presentes. Fue como si pudiera ver sus corazones, sus miedos, sus esperanzas. Sin darse cuenta, le dijo a los encargados que por favor la ayudaran con la fanática y la excluyeron del concierto.

Esa noche, al regresar a su casa, Corina no pudo dormir. Recordaba fragmentos de sueños vívidos: desiertos ardientes, multitudes siguiéndola, y una cruz que, en vez de pesarle, parecía darle fuerzas. Buscó respuestas en libros y textos antiguos, y cuanto más leía, más coincidencias encontraba entre su vida y la historia de Jesús.

Los días pasaron, y Corina empezó a notar cambios: sus palabras inspiraban una paz que nunca había sentido antes, sus canciones adquirieron un tono más espiritual, y personas desconocidas comenzaban a acercarse a ella en busca de orientación. Finalmente, en una noche silenciosa, se enfrentó a su reflejo en el espejo y dijo en voz baja:

—¿Podría ser cierto? ¿Soy yo la reencarnación de Jesús?

Una suave brisa entró por la ventana, moviendo las cortinas, y un susurro que no parecía humano le respondió:

—Sí, Corina. Eres la luz en estos tiempos oscuros.

Desde entonces, Corina Smith no solo fue reconocida como una talentosa cantante de Venezuela, sino también como eso que le pasó con esa fanática de ahí en adelante.

Los fanáticos empezaron a adoptar su mensaje y su estética, creando un movimiento cultural. Podía haber en las calles vendiéndose camisas con frases como"Corina Smith", joyas con símbolos universales de amor, e incluso líneas de velas aromáticas con nombres de sus canciones, gracias a esto que pasó y Dios estaba feliz con su plan.

Por lo tanto Jesús volvió a subir al cielo a contar todo lo que había pasado.

Jesús mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora