La Diosa De La Ira

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El bosque parecía un lugar sacado de un sueño. Los árboles se extendían altos hacia el cielo, con hojas que brillaban en tonos dorados y plateados, y un aire cálido que susurraba canciones de calma. Arlette se permitió relajar un poco los hombros mientras admiraba el paisaje, con Jianyu siguiéndola a regañadientes.


—Este lugar es hermoso... —murmuró, con una leve sonrisa en su rostro—. Por lo menos no tiene un...


Antes de que pudiera terminar su frase, un grito furioso rasgó el aire:


¡Selena!


Arlette apenas tuvo tiempo de girarse antes de que una figura oscura y letal se abalanzara sobre ella con la fuerza de una tormenta. Fue derribada al suelo, y un pie fuerte y bien colocado presionó con brutalidad sobre su pecho.


—¡Viniste a destruir mi hogar, Selena! —gruñó la atacante, su voz impregnada de odio puro.


—¡Espera un segundo, no soy...! —trató de protestar Arlette, jadeando mientras la presión en su pecho aumentaba.


La atacante inclinó la cabeza, evaluándola con una mirada oscura y furiosa. Era una mujer alta, con un maquillaje que parecía salido de una pesadilla elegante: Cara pintada de blanco, labios pintados de negro, ojos delineados con líneas oscuras que le daban una mirada de amenaza, y runas brillantes en su frente. Su cabello estaba perfectamente recogido en un estilo tradicional, realzando su porte imponente. El kimono negro y azul oscuro que llevaba acentuaba su figura, y no pasaban desapercibidos sus pechos prominentes, apretados contra la tela ajustada.


—¿De verdad crees que me puedes engañar? —gruñó, aplastando aún más el pecho de Arlette con su pie—. ¿Crees que soy estúpida, Selena?


Arlette jadeó, luchando por respirar mientras levantaba las manos en un gesto de rendición.


—Te lo digo... ¡no soy Selena! ¡Escucha! —dijo con dificultad.


Finalmente, después de unos segundos de tensión mortal, la mujer aflojó la presión y retrocedió, observando a Arlette con desconfianza.


—...Es verdad. No eres Selena. —Su aura oscura, un humo vibrante que parecía rodearla, comenzó a disiparse.


Arlette se levantó con cuidado, frotándose el pecho y tratando de recuperar el aliento.


—¿Y tú quién eres? —preguntó, con un toque de irritación.


—Soy Yinou, espíritu serpiente de estas tierras. —La mujer dijo su nombre con un tono de orgullo, cruzando los brazos mientras su postura seguía siendo intimidante.


Jianyu apareció en ese momento, sacudiéndose el polvo tras haber sido lanzado contra un árbol en el ataque inicial.


—¡Hey, idiota! ¿No podías preguntar primero antes de atacarnos? —le gritó, claramente molesto.

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⏰ Last updated: 20 hours ago ⏰

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La Señora de La MagiaWhere stories live. Discover now