Valken Sullyvan

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En un desierto de sombras y niebla, un lugar que parecía existir fuera del tiempo y del espacio, Valken Sullyvan estaba de pie frente a un círculo de figuras oscuras, cuyos cuerpos eran indistinguibles de la misma niebla que los rodeaba. Su rostro, endurecido por la determinación, mostraba pocas emociones, pero sus ojos delataban la lucha interna que lo atormentaba.


Las sombras se movían a su alrededor, susurrando en un idioma antiguo, llenando el aire con un eco que resonaba en el vacío. Valken se mantuvo firme, su mano descansando sobre el mango de una espada brillante que parecía ser lo único con vida en ese lugar.


Sombra 1: en un tono susurrante y arrastrado —Tu hermana... está siguiendo el camino de Selena.


Valken: apretando los dientes, con voz grave —Lo sé. Lo he visto.


Sombra 2: —Ese camino no es solo peligroso, Valken. Es una condena. Selena destruyó reinos, universos enteros... y Arlette la sigue como si fuera su destino.


Valken: dando un paso hacia adelante, su voz resonando en el vacío —Arlette no es Selena. Ella no hará las mismas cosas.


Sombra 3: con una risa baja y burlona —¿Estás seguro? Ella está tomando las mismas decisiones, enfrentando a los mismos enemigos... incluso aceptando los mismos aliados.


Las sombras formaron una proyección frente a Valken. En la imagen, podía ver a Arlette luchando en un templo, enfrentándose a criaturas imposibles, mientras sostenía su bastón con una mezcla de furia y esperanza.


Sombra 1: —¿Lo ves? Ya está perdiendo el control, como Selena lo hizo antes que ella.


Valken: con una expresión de conflicto —Ella... no cometerá los mismos errores. No lo hará.


Sombra 2: deslizándose cerca de él, como si susurrara directamente en su oído —¿Y si lo hace? ¿Podrás cargar con la culpa de haberla dejado caminar hacia el Arriba?


Valken miró hacia el horizonte oscuro, como si buscara una respuesta en el vacío. Sabía lo que el camino al Arriba significaba. No era solo un lugar de poder, sino un lugar que desafiaba la existencia misma.


Valken: —Yo también quiero llegar al Arriba. Pero no para seguir los pasos de Selena. Quiero cambiarlo todo.


Las sombras rieron al unísono, su eco parecía envolverlo.


Sombra 3: —¿Cambiarlo? Eres ambicioso, Valken, pero ingenuo. El Arriba no es un lugar que puedas cambiar. Es un lugar que te cambia a ti.


Sombra 1: —Tu hermana ya está cayendo en la trampa. ¿Cuánto tiempo más antes de que pierda su humanidad?


Valken cerró los ojos, la tensión era palpable en sus hombros. Cuando los abrió, había una determinación férrea en ellos.


Valken: —Entonces, haré lo necesario. Si Arlette no puede ver el peligro, seré yo quien la detenga.


Las sombras aplaudieron suavemente, sus movimientos etéreos formando una espiral a su alrededor.


Sombra 2: —Muy bien, Valken Sullyvan. Ve y haz lo que es necesario. Pero recuerda... si fallas, no solo perderás a tu hermana. Perderás tu propósito.


Las sombras se desvanecieron, dejando a Valken solo en la niebla. La espada en su mano brilló con un resplandor intenso mientras él apretaba su puño.


Valken: murmurando para sí mismo —Arlette... espero que entiendas. Esto no es solo por ti. Es por todo lo que alguna vez amamos y eso lo entiendes.


Con un giro, se adentró en el desierto de sombras, su mente llena de recuerdos de su hermana, sus risas y las promesas que hicieron de niños. Ahora, esas promesas parecían tan lejanas como el mismo Arriba.

La Señora de La MagiaWhere stories live. Discover now