31 | "𝐵𝑎𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜́𝑛"

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Castiel's pov.

Lo que me dijo Lysandro cayó encima de mi como un balde de agua fría, mi mente se fue a otro plano y me dio una baja de presión terrible.

Mi cuerpo quería quedarse sin aire y asfixiarme, pero no se lo iba a permitir, no puedo volver a esos estúpidos ataques de pánico.

Respire hondo, conté hasta 10 unas 3 veces, toque cosas para saber que son reales, que yo soy real, y finalmente ceso. Detesto esto, no me daba un ataque desde los 19 años, desde que ella se fue.

Ella... ¿Cómo es posible que siga afectandome tanto luego de todo este tiempo? ¿Luego de todo lo que me hizo vivir? sin embargo... Los bellos recuerdos siempre pueden más que los negativos.

Yo solía ser un tipo tan insoportable, una persona muy negada y cerrada a todo, pero ella, ella me cambio, ella logró que yo le viera los colores a la vida. Y luego me abandono.

Y con un carajo, Ann se parece tanto a ella.

Bebí alcohol, tome tanto alcohol... claro, otras veces he bebido más, pero creo que esta vez si me pase un poquito.

No estoy en condiciones de manejar, eso es claro, pero mi corazón y estúpido instinto de borracho me dicen que suba a esa motocicleta, y soy tan débil.

Ya en la moto no podía parar de pensar en Sucrette, maldita castaña, eres mi condena eterna.

Manejando sin rumbo alguno, decidí ir a casa de Ann ¿por qué? no lo se, no me pregunten.

Camino hacia allí reaccione ¿qué diablos creo que hago? ya estoy grandecito como para hacer esto, deja de comportarte como un crío Castiel.

...

Eso fue lo que ella me dijo, lo que me dijo en una de esas tantas peleas por la idiota de Debrah, esa arpía, siempre trato de arruinarlo todo, y lo logró...

No, ya no puedo seguir haciendo lo mismo, culpar a los demás por mis errores, yo lo arruine todo, tengo que aprender a convivir con eso.

Tome un respiro y el casco se plago de un olor a 100 grados de alcohol, que puto asco.

Pare la motocicleta a un lado de la carretera y me saque el casco para respirar aire fresco.

¿Qué hare? si la llego a ver... No quiero saber de que seria capaz, esa chica me saca de mis casillas, no estoy en mis cinco sentidos con ella cerca.

Y tomando en cuenta mis acciones de hace unos minutos, creo que se pone en evidencia.

Debo volver a mi departamento y recostarse unos momentos...

Brr* Brr* Brr*

Sonaba el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta de cuero rojo, lo saque y conteste rápidamente al ver el nombre de "Mamá Mar", sí, así agregué a Marcela, no pude evitarlo, aveces se comporta como mi madre.

—Hola bebé, que sucede?— el alcohol en mi sangre hace que me ponga a decirle apodos cursis a todos, por alguna razón siempre es así.

—Maldito imbecil... ¿estás borracho?— escuché al otro lado como retumbaba la batería de Nath, carajo...

—Noup.— dije lo más calmado posible, no engaño a nadie.

Be mine ; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora