Y aquí estoy yo, a punto de escribir las palabras más duras que voy a escribir jamás.
Hoy -como había avisado- hace un año que se fue el amor de mi vida a "corretear con los angelitos".
Hoy hace un año, que ella me salvó, y fue entonces ahí cuando comprendí que se convirtió en mi ángel de la guarda.
Me cuesta horrores hablar de esto, ya que nunca lo he hablado con nadie.
Pero por otra parte, creo que necesito sacarlo, como si hablar de ello con claridad y sin tapujos, me ayudase a poder sacar una parte de este dolor.El día 5•12•23 llegó a mí, la peor noticia que podía tener, ese día, una parte de mi ser, murió con ella.
Y aquí estoy yo, recordando perfectamente como comenzó y terminó ese día.
Hace un año, a estas alturas, vivía con mi ex novio, y mientras él se dirigió a comprar el pan, como cada día, yo me fui a la cocina a preparar la comida.
Según entró Dani por la puerta, con la barra de pan en sus manos, noté una mirada de preocupación.
Ven, amor, vamos a sentarnos- me decía con un tono cariñoso, tranquilo y pautado mientras me agarró las manos y me guió hasta ese naranja sofá que teníamos.
Ana, amor, me acaba de llamar tu padre...Gu...-no le dejé terminar la frase.
No, es mentira, es imposible, me estás mintiendo- corté su frase con unos ensordecedores gritos de loca, mientras ya notaba los síntomas de una crisis de ansiedad, y mis ojos no paraban de arrojar unas lágrimas incontrolables.
Si, cariño, me acaba de llamar tu padre, para que yo te lo pudiera decir de una forma suave- seguía hablándome con un tono sereno, intentando calmarme.
Intentando controlar mis sentimientos, que estaban a flor de piel, rebuscando entre el sofá, conseguí encontrar mi móvil, y conseguí encontrar el contacto de *Papii*. Le di a llamar a duras penas, con la esperanza que este, me desmintiera lo que minutos atrás Dani me había comentado.
En el teléfono sonó un *pii* y acto seguido, escuché la voz de mi progenitor.
Ana...-solamente le dió tiempo a decir eso.
Dime qué es mentira papá, por favor- le corté rápidamente mientras esas saladas lágrimas ya se habían apoderado de mi ser por completo.
Si es verdad, nena- rompió a llorar.
Y justo, en ese momento, mi mundo se cayó de golpe, y con esta realidad, una tremenda hostia.
De los temblores que esta crisis me estaba provocando, perdí mi móvil entre los cojines del sofá, mientras se resbalaba entre mis manos sudorosas aunque frías como el hielo.
Lo siguiente que recuerdo, fue desplomarme en el suelo. Gritando a pleno pulmón, llorando como nunca antes lo había hecho.
No tenía noción de que existiera una forma tan rompedora de llorar y gritar.
Como varias personas podrían decir -una rabieta de niña pequeña-.
No recuerdo tener una crisis de ansiedad, más fuerte en mi vida. En todos los años que llevo teniendo de estas, nunca jamás, tan fuerte, dura e intensa como esta.
Mientras Dani consiguió recuperar mi móvil para seguir la llamada con mi padre, la cual escuchaba a su hija histérica, gritar y llorar.
Lo siguiente que recuerdo es verme sentada en el suelo de la cocina-no recuerdo como llegué allí-.
Ese suelo frío.
Mi boca llena de pastillas para la ansiedad que me estaban tratando, y en mi mano derecha, un cuchillo bien afilado, mientras de fondo escuchaba a Dani decirle a mi padre - Carlos, ven a casa por favor, Ana necesita ir a un hospital.
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Y aquí estás tú. En mi mente.
DiversosUna historia tan triste como real. Se tocan temas sensibles pero que existen, y son poco visibles. La salud mental es lo más importante del ser humano. En esta historia le daremos la importancia que conlleva.