La lloradita "semanal"

20 2 0
                                    

Y aquí estoy yo, recién llegada a mi lugar seguro, mi cama.

He tenido consulta nuevamente con mi psiquiatra privado.

La lloradita semanal, por decir de alguna manera, ya que mis lloraditas son diarias, pero no tan intensas que cuando tengo terapia.

Tengo que admitirlo, cada día me cuesta más ir a terapia pero bueno, buenas noticias supongo.

-Sería conveniente que fuera derivada a un hospital de día, como forma de sacarla de su encierro en si misma- terminó este hombre con este párrafo tras un largo informe en el cual cuenta mi vida en verso, y todas las medicaciones que he probado con él, con escaso resultado.

Este informe será derivado principalmente a mi médica de cabecera, segundo a mi psiquiatra de la seguridad social, y como último recurso a mi psicóloga la cual fue la culpable de esta maravillosa idea.

Digo culpable, por decir algo, pero según me ha comentado ya este "colega", me ha explicado en lo que se basan estos hospitales, me parecen muy buena opción.

Todo lo que no implique un ingreso hospitalario al 100%, como en un principio se había pactado me parece buena opción.

Parece que esta idea se les ha esfumado a todos de la cabeza, y siento un alivio enorme por esa parte.

Un problema menos en el que pensar -por ahora-.

Cuéntame Ana, ¿Sigues pensando en Daniel?- preguntó de una forma directa, sin dejarme pensar la respuesta.

A veces- confirmé- pero quiero que salga de mi vida, al igual que entró, fácil. Pero este ser, me lo hace imposible.

Ha vuelto a intentar ponerse en contacto conmigo, de nuevo, a través de cuentas falsas- le confirmé mientras le enseñaba mi móvil con la nueva petición de amistad enviada hace tan solo 2 días.

Ana, tiene que salir de tu vida, te está pillando en una época muy mala de tu vida, en la cual, ahora mismo estás formando tu personalidad, y como sigas así, esta ansiedad y depresión, se volverá crónica y nadie será capaz de sacarte de ahí - musitó de una forma un poco suave para poder pensar en cada palabra que estaba soltando de su boca.

¿Y si ya es tarde?- susurré bastante aturdida.

Eres muy joven aún- sí, se atrevió a volver a decir la frase que todo el mundo me repite en bucle, y que tanto odio.

Soy joven para muchas cosas, claro que sí, pero apuesto que gente más mayor que yo, no ha pasado el infierno que tengo yo como vida propia.

Y aquí estoy yo, pensando en toda esta semana tan rutinaria que he tenido.

Salvo por una cosa, he superado un miedo.

Pasar la ITV de mi coche.

Un riesgo bastante innecesario al que tuve que acudir.

Un lugar en el cual, me pongo muy nerviosa.

Mientras esta gente hace su trabajo ordenándome que haga cosas en mi coche, yo me quedo en blanco y no atino a ni una sola orden.

Menos mal que vino mi padre conmigo, supongo.

Cuanta más órdenes me mandaban, mi ansiedad crecía por momentos.

Y cosas normales que a la gente no le importan, me tuvieron en vela toda la semana.

¿Pasará la revisión el coche? ¿Iré segura en él? ¿Y si tengo que volver a ese lugar por cualquier cosa que le vean? Esos fueron principalmente mis pensamientos toda esa semana.

Hasta que al final, ese hombre amable de gafas, me dió esa pegatina y se despidió con una gran sonrisa- Ana, hasta el año que viene, todo está perfecto-.

Otra preocupación menos, supongo.

Cálmate, es solo la ITV del coche, y si no la pasa, pues a volver, tranquila, es un mundo para ti una simple revisión- no paraba de repetirme la gente que no está puesta al día de mi vida.

Pues claro que sí, para mí, una hormiguita, se convierte en elefante por arte de magia en cuestión de un segundo.

No me juzguen, soy una ansiosa depresiva, nuevamente lo vuelve a remarcar mi colega de bata blanca en ese informe tan extenso.

Y sí, mientras todas esas personas deciden y se ponen en común para ver que hacer o no, con mi vida, a mí me toca esperar.

Con la excusa de que estoy acatarrada, me he tirado casi toda la semana en mi cama.

Hasta mañana, que Aitor ya ha planeado el desayuno, el cual hemos dejado pasar varias semanas por mi gripe.

Pero ya se acabó la excusa supongo.

Así que ahora, de nuevo, voy a hacer "vida normal" dentro de lo que cabe.

Y aquí estás tú. En mi mente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora