Salir de la jaula.

39 2 0
                                    

Y aquí estoy yo, en mi cama, donde llevo metida dos días sin poder ni querer salir.

Son esos días que te hacen pensar.

Lleno de pesadillas en las cuales las pocas horas que consigo dormir, no me hacen poder descansar.

He soñado con Dani, supongo que el otro día al enseñarme un colega su nueva foto de perfil, no ayudó.

Siento que le tengo superado, pero me dió un vuelco al estómago -que no al corazón-.

Nunca les he explicado lo que realmente fue esa relación, y con quien me engañó durante meses, o incluso años. Creo que se lo merecen, aunque no sea bonito revivir todo eso, creo que necesito sacarlo, ya que nunca lo he hablado con nadie.

Como buena Piscis, mi cualidad más preciada es la intuición.

Desde ese mismo día, en la celebración de mi cumpleaños, presenté a Daniel a una familiar -de sangre- que para mí, era como la hermana que nunca tuve.

De aquella Dani y yo, no teníamos nada serio, ni nada formal, más allá de unos cuantos polvos que habíamos echado.

Ese día nació un sentimiento de recelo que nunca había sentido.

Nunca fui una persona celosa, ni desconfiada, pero ese día, intuía que algo iba a pasar entre ellos dos, y eso me hacía desconfiar hasta de mi propia sombra.

Los meses fueron pasando, y nuestra relación se hizo formal, y oficial, él conocía a mi familia, y yo a la suya.

De vez en cuando -cuando podíamos por motivos de trabajo- nos íbamos a casa de sus padres, ya que estos viven en otra ciudad.

Los primeros meses fueron mágicos, nos queríamos, había confianza, me compraba con regalos carísimos, me mandaba rosas todos los meses, en fin, compró y manipuló mis sentimientos, y mi ser.

Sin quererlo, yo estaba manipulada radicalmente, perdí varios amigos en el camino, -casi todos, he de admitir- perdí mi vida por completo, solo por complacerle a él, y perdí casi todos mis ahorros puesto que este pretendía tener una vida de lujos que no todos los bolsillos pueden permitirse, incluso los nuestros.

Después de enterarme de unos cuernos que me había puesto al principio de la relación, decidí perdonarle puesto que era un principio de relación, en la que aún no sabes muy bien cómo funcionan las cosas.

He de admitir que soy una persona muy insegura, y rencorosa.

Perdono, pero no olvido.

Después de estar unas semanas separados, decidimos irnos a vivir juntos.

Ir a ver casas juntos, mientras planeábamos nuestro futuro, me entusiasmaba demasiado, veía que esto iba totalmente en serio.

Después de ver demasiadas -para mi gusto- casas, encontramos la perfecta.

Ese mismo día que nos mudamos, decidimos invitar a esta mi -ya no, aunque compartamos sangre- familiar a una cena para así presentarle el piso diminuto, pero el cual sería nuestro hogar.

Esa cena duró prácticamente tres meses.

Tres meses en los que esta persona -por llamarle de alguna manera- se acopló en nuestro hogar.

Nosotros ya cansados de su presencia, decidimos decírselo.

A los pocos días se fue, pero cada pocos días volvía.

Ahí mis celos crecieron por momentos, y ahí empezó mi declive.

Sinceramente, no creo que me llegase a enamorar de Dani, simplemente estaba manipulada a su antojo .

Y aquí estás tú. En mi mente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora