Capitulo 12. Nos reencontramos, pero ¿Eres quién dices ser?

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Me apoyaron contra una pared, estaba muy asustada y mis ojos se mantuvieron cerrados, tenía miedo de quien pudiera ser. ¿Qué tal si era aquella chica? No quería ni pensarlo.

—Vamos abre los ojos.

Esa voz, me pareció que ya la había escuchado antes, cuando era niña. Claro, ahora su voz era un poco más varonil que antes. Aterrada, abrí los ojos y mis nervios reaccionaron dándole un golpe en el estómago un poco fuerte, sólo pude ver que algo cayó al suelo pero cuando lo detallé un poco más, pude ver una cabellera azul un poco oscura.

—O-oye Rin... ¿Esa es tú forma de saludar a un viejo amigo?

Dichas estas palabras, aquella persona se levantó del suelo. Pude notar su gran estatura, su tez blanca y unos ojos del mismo color de su cabello. Espera... ¿Acaso no es... Kaito?

—¿Kai...to...?

—El mismo. — Sonrió.

—¡Kaito!

Me abalancé sobre él para así poder abrazarlo, mis ojos se volvieron agua. ¿La razón? Hace muchos años que no veía a Kaito, no desde que éramos unos niños y... Sufrió un accidente que implicó que estuviera en coma mucho tiempo, los médicos no creían que fuera a sobrevivir y en un tiempo sus padres nos dijeron que él... Ya no estaba más con nosotros y que se había ido a un lugar mejor, la mejor forma para decirle a un niño que él, había muerto. ¿Cómo estaba él ahí? No lo sé, pero lo importante es que estaba con nosotros.

—¿Me extrañaste Rinny? — Correspondió el abrazo.

—Sí, mucho. — Me separé de él y con mis mejillas mojadas debido a las lágrimas.

Él tan sólo me dedicó una sonrisa resplandeciente y secó mis mejillas con delicadeza.

En eso escuché una voz a lo lejos, era la voz de Miku. Giré la cabeza para verle, Miku y Len corrían hacía donde nos encontrábamos.

—Oh. ¿Esa es Miku? Que grande está. — Mencionó Kaito.

—Así es. — Sonreí.

En ese instante llegaron Miku y Len agitados.

—Oye Rin. ¿Por qué te alejaste? Estábamos preocu... — Giró la cabeza y vio así a Kaito quien le sonreía.

—Tú... Tú... ¿Kaito...?

—Tanto tiempo sin vernos Miku, veo que has crecido. — Sonrió.

—Pero... ¿Cómo...? — Lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Miku.

—Oh vamos, no llores pequeña azulada. — Kaito procedió a abrazarla.

—Kaito... Creí que... Creí que... — Miku correspondió el abrazo.

—¿Qué estaba muerto? Bueno, no lo estoy.

—Te extrañe... Demasiado...

Voy a contarles una pequeña historia sobre Miku, cuando Miku llegó a la ciudad, era una pequeña a la cual admiraban por su belleza, los chicos siempre fueron amigos de ella y tiempo después, conoció a un chico de cabellos azules oscuros, Kaito. Miku se enamoró de él, pero cuando quería confesarle su amor, él sufrió el accidente.

Voltee la cabeza hacía Len, en su rostro no se demostraba una expresión que no podía significar nada bueno, sin duda, algo le incomodaba.

—Dime Kaito, ¿Estás estudiando aquí? — Pregunté.

—¡Sí! Pero... Estoy en otro salón, creo que en el... 2B.

—Oh, nosotros estamos en el 2A.

Me enamoré de mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora