¿Qué puedo decir? Los días han sido maravillosos junto a Len; ya han pasado dos semanas, dos semanas en las que nos hemos divertido bastante pero a su vez, hemos tenido que estar bastante concentrados ya que los exámenes finales en la escuela nos han estado acosando.
Aunque es perfecto, Len me ayuda a estudiar y cada vez que respondo bien una pregunta o resuelvo bien una ecuación, él me da una recompensa que me motiva a seguir estudiando; claro, él también debe estudiar, ya que, él fue el que decidió estar ahí en la escuela en primer lugar así que debía ser un chico normal. Yo también le recompensaba cuando respondía bien, creo que nos divertíamos bastante.
La semana de los exámenes pasó como si fuera un año, se nos hizo eterno, pero... ¡Por fin! Habíamos terminado, ahora estabamos libres y yo, decidí jugarle una pequeña broma a Len.
— ¿Rin? — Preguntó Len al aire, yo sonreí.
Todo estaba a oscuras en la habitación, y yo estaba escondida en el armario de la habitación, viendo de manera sigilosa sus movimientos.
— ¿Estás aquí...? — El tono de su voz bajó un poco más; yo estaba evitando no reírme.
Salí del armario de repente y lo abracé por la espalda. — Bú. — Solté a reírme después, Len aún estaba congelado del susto que le había dado.
Pero cuando reaccionó... — ¡Rin! ¿Qué rayos te sucede? — Estaba enojado, se notaba. — Empecé a asustarme de verdad porque no aparecías, no vuelvas a hacer eso. Nunca. — Terminó con un tono serio, me había reprendido y sólo pude agachar un poco la cabeza.
— Lo siento... No fue mi intención... — Fue lo único que pude decir.
Entonces él sonrió. — Tranquila, sólo... No vuelvas a hacerlo, ¿bien? Es que... No sabría que hacer si te vas de mi mundo mi niña hermosa. — Me brindó un beso en la mejilla y así yo también sonreí.
— Está bien, lo entiendo. — Suspiré pero sonreí al instante, me gustaba que Len me llenara de mimos.
— Ven. — Agarró mi mano derecha y me llevó con él a la cama, nos acostamos y nos quedamos a oscuras. — Dime dulzura, ¿eres feliz?
— ¿A qué viene la pregunta?
— Pues... No lo sé, sólo respondeme. ¿Sí? — Me abrazó por la espalda apegándose más a mi.
— En este instante, lo soy; pero en mi vida díaria, quiero decir, antes de que llegaras a mi mundo, mi vida era un desastre... No era feliz.
— ¿De verdad pude llenar de felicidad tu mundo?
— Sí, no debes volverlo a preguntar... — Sonreí viéndole a los ojos.
La completa oscuridad de mi habitación hacía que el ambiente se volviese más frío y gélido, lo único que nos mantenía calientes era nuestro calor corporal, además de que lo único que veía en ese momento eran sus ojos... Pude notar en ese instante que eran vacíos, les faltaba algo, tal vez sea la vida misma lo que le faltaba pero estaba hipnotizada...
Enamorada.— ¿Me amas? — Pregunté sin vacilar.
— Esa palabra le queda pequeña a todo lo que siento por ti.
— ¿Y qué sientes por mi? ¿Qué te gusta de mi?
— ... Tus ojos, tu encanto, tu sonrisa... Tu hermosa forma de ver las cosas... Amo todo de ti...
— Entonces... — Me volteé y estiré un poco para que nuestras narices se juntaran. — No nos separemos nunca...
— Me gusta la idea... — Sonrió y entonces me besó con suavidad y lentitud, yo correspondí más que encantada.
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Me enamoré de mi reflejo
FanfictionRin Kagamine es una chica dulce y dedicada, alguien a la que desgraciadamente la vida no le paga como debería pues esta, es simplemente un desastre. Sin embargo, cuando un chico llamado Len de apariencia similar aparece en su espejo y le promete que...