Capítulo 29: Ángel.

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Me desperté de golpe, como si estuviera muy asustada y es que lo estaba.

- ¿Ya has despertado...? - Escuché la voz de Shizuka a lo lejos. - Vaya, y dime, ¿qué te ha parecido el sueño? O más bien... ¿El recuerdo?

- Len... ¿De verdad murió de esa manera?

- ¿Ahogado? Sí. - Vi una gran sonrisa mientras se acercaba. - Trágico, ¿no? Y sobre todo cuando fuiste la culpable.

- .... Yo fui la que....

- Sí, ¿y te digo lo mejor? - Preguntó mientras se colocaba de cuclillas. - Sufrió bastante al intentar volver a respirar, pobre... ¡Eso me convierte en una heroína! Yo lo salvé de su sufrimiento.

- ¿Salvarlo? Já. - Bufé. - Lo único que hiciste fue causarle más sufrimiento.

Ella rió. - No me arrepiento, además amo a mis dos marionetas, y estas me aman a mi. ¿Verdad?

Levantó las manos con brusquedad y ahí aparecieron, Len y Kaito, encadenados de manos y pies.

- ¡Cállate! ¿Quién podría amarte a ti? Bruja. - Exclamó Kaito.

- Ahg... Que mal niño. - Chasqueó los dedos y Kaito empezó a retorcerse de dolor. - ¿Te gustó?

- ¡Déjanos en paz Shizuka! - Esta vez Len grito.

- Los niños malos merecen un castigo. - Hizo lo mismo y esta vez Len era el que gritaba de dolor. - ¿Te gusta el espectáculo? - Sonrió.

- ... De-déjalos... - Estaba cabisbaja, me sentía fatal por ser la culpable de la muerte de Len. Intenté moverme, pero de nuevo estaba amarrada con grilletes, ¡eran los mismos de aquella vez!

- ¿Sabes qué es lo mejor de ti? - Preguntó sonriente. - Que eres predecible, débil y una simple humana.

- .... - Bufé, no podía hacer nada, esto había sido mala idea.

- ¡Oye Rin! - Gritó Shizuka y yo levanté la cabeza. - Te tengo otra sorpresita.

Y como si de magia se tratara, Miku apareció enjaulada en un extremo de la habitación.

- ¿¡Qué hace ella aquí!? - Grité llena de ira.

- Sólo quise traerla, después de todo... Será mi nueva marioneta.
Vi a Miku y estaba confundida, asustada. - ¿Dónde estoy? ...

- ¡Bienvenida al limbo querida Miku! - Gritó Shizuka. - Tu nuevo hogar...

Intenté desatarme de mis ataduras, pero no podía, se me era imposible.

- ¡Bienvenidas Rin y Miku! A su nuevo y permanente hogar. - Empezó a reírse con fuerza.

Todos sólo le miramos con rabia, ella... No puedo creerme aún que era un ángel.

- Ahora... - Agregó ella y se acercó a mi, levantando mi barbilla. - Es hora de atraer a tu hermanito.

Dicho esto, empezó a golpearme con bastante fuerza y frecuencia, gritaba de dolor pero obviamente, ninguno podía ayudarme.

Todos estaban aterrados viendo, y yo, intentaba no caer en la inconsciencia.

En eso, apareció una luz blanca y era quien esperábamos, mi hermano.

- ¡Déjala! Y pelea conmigo, cobarde. - Mi hermano se acercó a ella.

Miku, Len, Kaito y hasta yo, quedamos impresionados de verlo, sus alas ya podían verse en totalidad y eran enormes, hermosas alas blancas que me pregunto si... Yo tendré.

Me enamoré de mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora