Capítulo 28: Un recuerdo. Parte 1

1K 112 40
                                    

— ¡Mamá! — Grité con fuerza, estaba muy pero muy feliz ese día. — ¿Viste el dibujo que hice para ti?

— Sí pequeña. — Ella sonrió y me levantó entre sus brazos. — Eres muy buena dibujando mi amor.

Solté una carcajada. — ¡Lo sabía! — Volví a reír y después le agarré con suavidad el rostro a mi madre. — Te amo.

Sonrió. — Y yo a ti mi niña linda. — Entonces me bajó. — ¿Quieres ver lo que te traje?

— ¡Sí! — Estaba emocionada, un regalo para mi. — ¿Qué es?

Ella rió por lo bajo y me entregó una caja de color rosado. — Abrela y lo sabrás.

Retiré la tapa de la caja y pude ver lo que era, era un vestido al parecer pero tenía una forma muy extraña.

— ¿Qué es mamá? — Pregunté con curiosidad y levanté el vestido.

— Es un kimono, un vestido que se utiliza para ciertos eventos especiales aquí en Japón; como un festival, por ejemplo.

— Oh... ¿Y por qué me lo das?

— Porque a un festival es a donde te llevaré dentro de un rato, ¿te gustaría? — Se puso de cuclillas y me vio directo a los ojos.

— ¿¡De verdad!? — Ella aceptó con la cabeza. — ¡Gracias! — Y entonces la abracé. — Pero... ¿Qué se hace en un festival?

— Bueno... Muchas cosas, podremos ver y comer dulces tradicionales, también podremos ver lindos fuegos artificiales y bailes, también habrán más niños para que te diviertas con ellos.

— ¡Entonces sí quiero ir! — Sonreí. — Uhm... Pero... ¿Me ayudarías a colocarme esto? — Me separé de mi madre y levanté el kimono.

— Claro princesa.

— ¡Bien!

Mi madre me llevó a la habitación y ahí empezó a ayudarme.

Ella se encargó de vestirme, peinarme y hasta maquillarme un poco, ¡quedé muy bonita!

— Mamá... ¿Papá no irá con nosotras?

— Uhm... — Suspiró pero sonrió al instante. — No princesa, él.... Él está trabajando, iremos solas pero nos divertiremos muchísimo, ¿te parece?

— ¡Sí! — Sonreí.

Yo quería que papá fuera con nosotras... Nunca está en casa y mamá siempre llora por eso... En fin, mostraré mi mejor sonrisa. ¡Por mamá!

Ella me llevó en auto hasta el lugar donde al parecer era el festival, estaba tan emocionada pues, nunca había venido a uno.

Mi madre me ayudó a bajar del auto y caminó de la mano conmigo, subimos unas escaleras y lo primero que vi al llegar, fueron muchas tiendas coloridas y muchos niños grandes tomados de la mano, ¡se veían lindos!

— ¿Te gustaría ir al carrusel? — Preguntó mi madre con una sonrisa.

— ¡Sí! — Contesté feliz, me encantaba el carrusel.

Me dirigí hasta ahí con ella y me ayudó a subir a un caballo amarillo, me encanta el amarillo por cierto. El paseo empezó y mi madre se quedó de pie sosteniendo mi cuerpo para que no cayera.

Después comimos dulces y me compró algunos dangos que estaban en un palito, eran de muchos colores y tenían caritas, ¡eran muy tiernos! Los llevaba en la mano cuando a lo lejos vi un niño, de cabellos rubios y piel blanca, estaba sentado en una banca y lloraba al parecer.

Me enamoré de mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora