Capítulo 28: Un recuerdo. Parte 2

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Desde entonces, soy muy amiga de Len, incluso hacemos travesuras. 

— Rin... ¿Estás segura de esto? — Preguntó Len algo preocupado.

— Tú no te preocupes, no notarán nunca la diferencia. — Sonreí.

— ¡Bien! — Sonrió Len.

— Recuerda que debes hablar como yo.

— Sí, sí...

Y ese día, Len se vistió con mi ropa y yo con la de él, salimos a donde estaban nuestras madres y... ¡No podían reconocernos! Fue muy gracioso, se llevaron una gran sorpresa cuando se enteraron de que Len estaba vestido como yo y yo como él. Aunque, al final...
Nos castigaron a ambos.

Nos divertíamos mucho juntos, incluso ya no me pagaban una niñera sino que me dejaban en casa de Len para que me cuidaran allá. Era genial, demasiado.

Me fui dando cuenta con el tiempo, que Len era un chico muy atento y servicial, sobre todo, suele sonreír muchísimo, somos como hermanitos... Me quiere mucho y yo a él, siempre dice que soy muy caprichosa, pero aún así él cumple todos mis caprichos para hacerme feliz.

¡Wow!
Como pasa el tiempo, ya tenemos cinco años de edad... Lo curioso es que Len cumple un día después que yo, el 28 de diciembre, yo cumplo el 27 de diciembre. Celebramos nuestros cumpleaños juntos y fue perfecto.

Entramos a la misma escuela primaria y allí nos dicen las maestras que somos mellizos, pero... No sé que significa en realidad.

Ese año volvimos al festival e hicimos las mismas cosas, fuimos a aquella pequeña montaña y vimos desde ahí los fuegos artificiales.

Le rogaba al cielo que esto fuera para siempre.

Cierto día, mientras estaba haciendo los deberes de la escuela, mi madre me comentó que la madre de Len me había invitado a un paseo con ellos; por supuesto me coloqué muy pero muy feliz.

— ¿Me dejarás ir mamá? — Sonreí.

— Uhm... — Ella lo pensó un poco.

— ¡Por favor! ¿¡Sí..!? — Dije insistiendo.

— Está bien, puedes ir pero sólo si terminas los deberes.

— Está bien. — Sonreí.

En ese tiempo... Mi madre no podía ayudarme con los deberes de la escuela, mucho menos mi padre, entonces debía aprender a hacerlos sola... Que mal.

Al final pude terminar y alisté mis cosas para el viaje que sólo sería el fin de semana, pero aún así, estaba muy feliz; mi madre me llevó a casa de Len y de ahí partiriamos.

— Rin, querida... ¿Trajiste tu inhalador? — Preguntó la madre de Len.

— Sí señora. — Sonreí. — Traje todo.

— Me alegra oír eso... — Sonrió. — Ahora váyanse los dos a alistar para irse a dormir, partiremos en la mañana.

Los dos aceptamos y corrimos hasta la planta de arriba, nos cambiamos a la pijama y nos cepillamos los dientes, después nos acostamos juntos.

— ... Oye Len... — Susurré.

— ¿Qué pasa Rin...? — Él también susurró.

— ¿Po-podría hacerte una pregunta...?

— Uhm... Sí..

— ¿Dónde está tu papá..?

Le escuché tragar saliva. — Mi papá... No está con nosotros porque según mamá, está en el cielo...

Me enamoré de mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora