Capítulo 30: Venganza.

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Era bastante difícil estar estable con aquellas alas colgando de mi espalda, pesaban mucho.

Suspiré y vi a mi hermano, llenándome de coraje; sus ropas, su rubio cabello, su piel blanca y sus heridas alas, estaban cubiertas de sangre.

Len y Kaito me veían anonadados, y Miku, bueno, ella seguía con los ojos cubiertos, mejor así.

— No me gustan los espectadores. — Dijo ella y chasqueó los dedos provocando que todos quedaran sin conciencia. — ¿Le gustaría empezar? — Preguntó sonriendo de oreja a oreja.

— Bien... Empecemos esto. — Agregué seria.

Dicho esto, ella se elevó en el cielo, yo tendría que intentarlo por lo menos; abrí mis alas y las agité un poco logrando así elevarme, me costó un poco pero lo logré.

Ella rió una vez estuve arriba y me golpeó con fuerza en la espalda, yo sólo me retorcí de dolor.

— ¡No sabes cuanto he esperado esto! — Gritó Shizuka mientras dirigía su próximo ataque hacía mi y golpeó mi estómago. — ¡Por fin podré acabar con los gemelos!

Yo intenté no caer del cielo al suelo y volví a elevarme, no sabía como defenderme, si quiera sabía volar bien. Tendría que descubrirlo pronto o sería el fin de todos.

— Oye, Rin. — Susurró a mi oído. — ¿Te digo algo genial? Los ángeles pueden morir si sus alas son cortadas, es decir y te lo resumo... — Soltó una leve carcajada y continuó. — Sólo tengo que esperar a que tu hermanito muera desangrado.

— ¡Maldita! — Grité y le propiné un golpe en el rostro. — ¿¡Por qué te desquitas con nosotros!? ¡Tú fuiste la causante de que te echaran del cielo! ¡Es tu culpa!

Volvió a reír. — ¿No lo entiendes niña? No deseo ser un esclavo de Dios, es así de simple. ¡Por eso planeaba asesinarlo tal y como lo hizo con mis padres! — Intentó atacarme pero le esquivé con facilidad.

— ¿Una venganza? ¿¡Y así te hacías llamar ángel!? — Grité mientras volvía a golpearla.

Ella se retorció esta vez y sonrió. — ¿Acaso no recuerdas que pasó con tus padres? ¡Fueron desechados tal y como todos los demás! ¡Asesinados!

Y cuando iba a intentar atacarle de nuevo, un recuerdo se reflejó ante mis ojos; eran mis padres... Estaba ahí mi hermano, y de repente, cambiaba la imagen y yo estaba escondida detrás de mí hermano, oía gritos y llanto. ¿¡Qué estaba pasando!?
Entonces pude ver a mi hermano llorando sin control y a mi padre,muerto en el suelo de aquel sitio, sin alas... Como si se las hubiesen cortado.

El recuerdo me pesó tanto que me hizo caer del cielo, me dolía la cabeza, gritaba de dolor, me había desestabilizado. ¿Shizuka tenía razón? ¿Se habían desecho de nuestros padres...?
Caí al suelo casi que inerte por aquel golpe tan grave que me había dado, estaba deshorientada, no podía creerlo... ¿Acaso Shizuka tenía razón...?

Pude ver que bajó hasta donde me encontraba. — ¿Qué te he dicho? ¡Ha sido su culpa! ¡Yo sólo quería vengar a mis padres! ¡Hacerlo junto a tu hermano! ¡Pero él me aventó! ¡Lo odio por eso!

Yo me quedé en silencio, brotaba sangre de mis piernas y poca de mi boca, estaba... Muy herida y no sólo físicamente.

Empecé a pensar, ¿de verdad ella tenía razón? ... No.
Ella juró lealtad y traicionó, no es correcto.

— ... ¿Te digo una diferencia entre mi hermano y tú? — Sonreí levemente. — Que él no necesita vengarse para poder sanar sus heridas.

Entonces me levanté y la vi a los ojos. — Tú eres una traidora, juraste lealtad a Dios y lo traicionaste.

Me enamoré de mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora