♡ "MF ! one shots

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𝐝𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐡𝐚𝐥𝐞¡

Desde el momento en que cruzaste la puerta, buscaste a ciegas el camino hacia la cama. Ambos tropezaban con sus propios pies mientras se desvestían. Parecía que no podían quitarle la camisa lo suficientemente rápido.

Tú y Derek mantuvieron las demostraciones públicas de afecto en público al mínimo, el habitual tomarse de la mano, los besos dulces de vez en cuando, las cosas simples.

Sin embargo, hoy fue diferente y, si eras completamente honesta, todo era culpa tuya. Sabías lo serio que era Derek. Eras completamente consciente de lo en serio que se tomaba las reuniones de la manada, pero, sin embargo, sentías la necesidad de tantear el terreno. Te encantaba burlarte de él. Por lo general, nunca hasta ese punto, pero tenías curiosidad por saber hasta qué punto podías presionar al hombre que amabas.

Te recordó una y otra vez lo mala que eras mientras se desabrochaba el cinturón y lo sacaba de las trabillas con una mano. Ya podías sentir su bulto presionado contra tu estómago mientras tu boca atacaba la suya con besos hambrientos.

—No podías esperar hasta que llegáramos a casa, ¿eh? —gruñó contra tus labios, agarrando tu cabello para atraer tus labios ávidos hacia los suyos. Su mano libre trabajó para desabrocharse los pantalones mientras te llevaba de regreso a la cama

—¿Por casualidad olvidaste tus bragas hoy?-

Asentiste con la cabeza inocentemente y hiciste un pequeño puchero. Intentaste no reírte.

Ambos sabían que no habían olvidado sus bragas y, con toda seguridad, no se inclinaron sin querer frente a él con ese vestido que tanto amaba. Querían restregárselo en la cara. Sin duda, él también habría dejado que le restregaras la cara en el coño si su polla no hubiera estado palpitando de tanta necesidad. En cualquier otro momento, Derek se habría tomado su tiempo contigo, pero ahora mismo, quería arruinarte.

—No te atrevas a hacerte la inocente conmigo —te advirtió.

Aprovechó la oportunidad para empujarte hacia atrás cuando la parte posterior de tus rodillas tocó el costado del colchón. Sus manos te separaron las piernas, exponiendo tus pliegues relucientes ante él. Se bajó los pantalones, dejando que su pene se liberara de la sujeción que lo aprisionaba en sus calzoncillos.

Tu vestido se arremolinó alrededor de tu cintura mientras él acercaba tus caderas hacia él mientras se acomodaba entre ellas. La punta de su pene atravesó tus labios empapados hasta que empujó sus caderas contra las tuyas, deslizándose hacia adentro. Gritaste por el estiramiento mientras te agarrabas a su espalda. Te estabas arrepintiendo mentalmente por no haber pensado en esto antes. Tu núcleo ardía de intenso placer con cada embestida profunda y despertante.

Se aseguró de que tomaras cada centímetro de él. Se aseguró de que lo sintieras todo. Te lo merecías por la maniobra que hiciste. Sus manos te quitaron el vestido del cuerpo y lo arrojaron a un lado. No lo necesitabas más de lo que necesitabas tus bragas.

La respiración de ambos se entrecortó a medida que él trabajaba más duro su cuerpo. Estaban tan cerca y él podía notarlo por la forma en que tus paredes revoloteaban alrededor de su pene.

—Oigan, solo queríamos ver cómo estaban ustedes dos. Se fueron con tanta prisa... —anunció Scott en la puerta. Se quedó callado al instante al verlos a los dos. Derek le lanzó una mirada fulminante a Scott. Mentalmente le decía que se fuera a la mierda sin abrir la boca. No solo Scott, sino toda la manada que estaba detrás de él.

Te tensaste debajo de Derek, pero él no se detuvo. Solo se hundió más en ti como un loco privado. Se propuso seguir adelante y mostrarle a la manada a quién pertenecías, ya que ellos se habían propuesto aparecer. Derek sostuvo tus caderas en su lugar, protegiendo tu cuerpo con el suyo.

Scott se dio la vuelta rápidamente y urgió al resto de la manada a salir por la puerta. Tu cabeza se echó hacia atrás cuando se fueron. Estaba golpeando ese punto tan bien que podías sentir la acumulación en tu estómago.

—Por favor, no pares... —gritaste, gimiendo su nombre mientras tu mano se aferraba a su espalda. Te aferraste a él con todas tus fuerzas mientras lo rodeabas con tus piernas.

Te admiró mientras te desmoronabas en tu primer orgasmo debajo de él. Le diste palmadas en la espalda y te quejaste cuando él no se detuvo. Derek solo lo aprovechó y mantuvo sus embestidas fuertes contra tu punto dulce. Tan fuertes que veías estrellas cuando alcanzaste tu segundo clímax.

Casi se desplomó sobre ti después de correrse. Se rió en voz baja mientras sus labios salpicaban de besos tu pecho.

"Apuesto a que la próxima vez no olvidarás tus bragas".

Incluso en tu estado mental de estupor, no pudiste evitar la sonrisa burlona en tus labios. No tenía idea de lo que acababa de despertar.

"Apuesto a que lo haré.”