♡ "MF ! one shots

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𝐡𝐞𝐧𝐫𝐲 𝐜𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥!

Hace un par de semanas, mientras navegabas por Pornhub, te topaste con un video de bondage y realmente despertó tu curiosidad. Fuiste a Amazon y compraste un paquete de bondage lleno de bolas de mordaza, ataduras, látigos de cuero e incluso tapones anales.

Esperaste pacientemente durante un par de semanas a que llegara el paquete y, cuando finalmente llegó, estabas más preparada que nunca. Lo desembalaste y sacaste los látigos y las cadenas envueltos.

Lubricas un tapón anal vibrador y lo introduces suavemente en tu interior. Se mueve suavemente en tu interior y tu cuerpo se estremece de placer.

Colocaste los ganchos en el techo y los envolviste con el extremo de las ataduras. Ajustaste la atadura alrededor de tu primera muñeca y lograste estirarte para alcanzar la segunda atadura.

Tu polla se endurece en tu suspensorio sintiendo la tensión contra tus muñecas, la falta de movimiento y las vibraciones en tu interior.

Te retuerces, disfrutando del placer que recorre tu cuerpo hasta que oyes que se abre la puerta de tu casa.

"¡Hola! Ya volví del trabajo". La voz de Henry resuena en el pasillo hacia tu habitación.

Entré en pánico cuando me di cuenta de que no podía liberarme de las ataduras.

"¿Quién demonios intenta atarse a sí mismo?", murmuré al darme cuenta de lo estúpido que era.

"¿Dónde estás?", pregunta Henry. Normalmente, lo saludas cuando llega a casa como si fueran un matrimonio de ancianos. Henry avanza lentamente por el pasillo y se detiene frente a la puerta de tu dormitorio.

—Hola, ¿estás ahí? —dice Henry en voz baja, llamando a la puerta.

—Ponte decente, voy a entrar —dice Henry con una risita que poco a poco se va transformando en una mueca de sorpresa cuando te ve.

Cierras los ojos para intentar esconderte de la vergüenza.

"Mierda", murmura Henry, adentrándose más en la habitación, admirando tu cuerpo.

"¿Puedes desatarme?", preguntas intentando salir de esa situación.

"No", dice Henry en un tono entrecortado.

Tus ojos se abren de par en par con confusión antes de que tu vista se oscurezca lentamente. Henry cubre tus ojos con una venda sumergiéndote en la oscuridad, sientes el aliento caliente de Henry contra tu cuello.

Henry toma el látigo de borla, acariciándolo suavemente por tu cuerpo antes de golpearlo contra tu espalda, gimes de ligero dolor pero sobre todo de placer.

"¡Joder!".

Las vibraciones de tu culo y los látigos contra tu cuerpo hacen que tu polla se ponga dura como una piedra, mientras cubre tu suspensorio con líquido preseminal.

"Eres una puta de mierda. Mírate", escupe Henry, azotando tu cuerpo de nuevo.

"¡P-Por favor, fóllame!", jadeas.

"No acepto órdenes de putas y además no quiero oír hablar a un puto maricón, así que..." dice Henry con una sonrisa burlona en su rostro mientras te coloca una bola de mordaza en la boca y la ata en la parte posterior de tu cabeza, te da nalgadas en el culo haciéndote gemir.

Henry te agarra las caderas, tirando de tu cuerpo contra él y susurrándote al oído:

"¿Qué tan estúpida tienes que ser para quedarte atrapada así?", espeta Henry entre dientes. Gimes y sientes que sus manos agarran tus caderas.

Henry te azota el culo hasta que se pone rojo como un tomate, las lágrimas corren por tu rostro y salen de debajo de la máscara debido a la sobreestimulación.

"¿Quieres la polla de papi, maricón?", te susurra, y tú asientes con la cabeza rápidamente. Prácticamente suplicando por ella.

Saca el vibrador de tu agujero y lo observa palpitar, suplicando que lo llenes. Henry se quita la ropa y la tira por todo el suelo.

Él frota su punta contra tu agujero palpitante, frotando su pre-semen sobre él. Tus brazos comienzan a doler, empujándolo profundamente dentro de ti. Jadeas y tus ojos se ponen en blanco debajo de la máscara, Henry te quita la mordaza, tu boca está abierta.

"¡Joder! Henry", gritas, gimiendo al sentir la polla de Henry rozando tus paredes.

"Qué maricón de mierda", dice Henry entre dientes, dándote una palmada en el trasero mientras te embiste.

"¡Mira qué descuidada estás, zorra!", dice Henry riéndose. La saliva se te escapó de la boca, los ojos se te pusieron en blanco y se te secaron las lágrimas en la cara. Te habías obsesionado por completo con Henry.

"¡M-mi papi!".

"Sí, soy tu papi. ¡Marica!" Henry sonríe burlonamente, empujándote hacia adentro, rasga tu suspensorio y libera tu polla dura de su jaula de tela. Mientras te embiste, su mano recorre la parte delantera de tu cuerpo, masturbándote la polla.

"¡Corre para tu papi!", te susurra Henry al oído, ordenándote que te corras para él. Obedeces sus órdenes, liberas tu carga y disparas chorros de semen que caen al suelo.

Henry levanta tus piernas y te folla. La sobreestimulación de tu agujero hace que tu cerebro se vuelva papilla, la sensación de él follando tu punto G antes de disparar sus baldes de semen en tu coño de chico.

—¡Mierda! ¡Tu coño de chico me está dejando seco! —jadea Henry, tu polla se aprieta alrededor de la suya y él te embiste.

Henry apoya la cabeza en tu espalda antes de sacar su pene de ti. Te desata las ataduras y tu cuerpo se queda flácido por el cansancio. Henry levanta tu cuerpo entre sus brazos musculosos y te lleva a su cama.