♡ "MF ! one shots

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𝐛𝐥𝐚𝐢𝐬𝐞 𝐳𝐚𝐛𝐢𝐧𝐢¡

—Blaise —su nombre sonó como un gemido en su habitación. Había estado trabajando en algo durante horas mientras tú estabas acostada en su cama esperando a que terminara.

"¿Sí, cariño?"

"¿Cuándo vas a terminar?" Tu tono quejoso se extendió a tu siguiente oración.

"Cuando termine, amor. Hablamos de que tengas paciencia, ¿no?"

—Sí, pero yo... —Te interrumpió.

—No voy a tener esta conversación otra vez. Puedes esperar hasta que termine. ¿Me entiendes? —Su ​​tono era suave pero severo, así que sabías que no estaba bromeando.

"Sí, señor". Pasó una hora y él seguía escribiendo en su pergamino como si su vida dependiera de ello. La tarde se había convertido en noche y el cielo se oscureció por completo. Decidiste que habías esperado lo suficiente y decidiste tomar el asunto en tus propias manos.

Te levantaste de la cama de Blaise y entraste al baño después de agarrar una de sus camisetas de gran tamaño. Te cambiaste y te quedaste solo con su camisa y sus bragas de encaje transparente. Saliste y tus movimientos llamaron su atención.

"¿Mi amor?"

"¿Sí, señor?"

"¿Qué estás haciendo?"

"Acabo de cambiarme". Te acercaste y te quedaste de pie junto a su silla, observando cómo él marcaba un libro. Hubo un largo silencio en la habitación mientras lo observabas trabajar.

—Blaise. —Tu voz era pequeña y apenas se escuchaba.

"¿Sí, amor?”

"¿Puedo sentarme en tu regazo? Sólo quiero estar cerca de ti".

"Si vas a ser buena para mí, entonces no veo ningún problema en ello". Giró su silla para que pudieras sentarte a horcajadas sobre su regazo. Te sentaste con las piernas a cada lado de una de las suyas y le rodeaste el cuello con los brazos. Él te rodeó la cintura con los brazos. Los sonidos del lápiz al garabatear se volvieron a escuchar mientras él continuaba con su trabajo.

Mientras te acurrucabas contra él, sintiendo la necesidad en su punto máximo después de haber estado sentada esperando durante horas. Él movió la pierna en la que estabas sentada y un pequeño gemido salió de tu boca. Podías sentir el latido en tu centro mientras se ajustaba de nuevo. Estabas segura de que esta vez era para obtener la reacción de ti.

"S-señor."

"¿Sí, muñeca?"

"Estoy intentando con todas mis fuerzas ser bueno para ti."

—¿Te lo estoy poniendo difícil? —Su ​​tono era condescendiente, por decir lo menos. No dijiste nada y luego sentiste una punzada de placer recorriendo tu cuerpo.

—Las buenas chicas responden las preguntas que se les hacen.-

—S-sí, lo estás haciendo muy difícil —te quejaste mientras sus manos se dirigían hacia tu cintura.

—¿Tan necesitada estás? No pudiste esperar unas horas. —Sus manos empujaron tus caderas contra su pierna.

—Honestamente, qué patético. Quiero decir, ¿en serio, cariño? ¿Tan desesperadamente necesitabas que te tocara? —Sus manos guiaron las tuyas, apretándote lentamente contra su pierna.

—Sí, señor. Te necesito muchísimo. —Tu calor goteaba a medida que la presión contra su pierna aumentaba.

"¿Tienes tantas ganas de correrte?" Asentiste con la cabeza agresivamente. Sentiste un fuerte pinchazo cuando su mano tocó tu trasero.

—¿Qué te he dicho sobre usar tus palabras? —Apresuró un poco el paso, frotando tu clítoris cubierto por la ropa contra sus pantalones.

"Ne-necesito usar mis palabras porque eso es lo que hacen las buenas chicas, y yo soy tu buena chica".

"Así es. Ahora solo te lo preguntaré una vez más: ¿Necesitas correrte con tanta urgencia?"

—Sí. Necesito correrme con urgencia. Te necesito tanto, Blaise.-

"Si tanto me necesitas, te excitarás con mi muslo. No creo que merezcas mi polla esta noche.”