Luego de su casamiento, que causó un revuelo inesperado y un colapso absoluto en las redes sociales de todo el mundo, Louis y Harry continuaron su vida juntos en la casa que Louis había comprado hace tiempo. Aquella casa, ubicada en una zona tranquila y aislada, era su refugio, el lugar donde ambos podían ser ellos mismos sin preocuparse por las miradas ajenas. Nadie, más que sus familiares más cercanos y algunos amigos de confianza, sabían con exactitud dónde estaba ubicada, lo que les otorgaba la privacidad y seguridad que tanto anhelaban.
La casa, con sus amplias ventanas que dejaban pasar la luz natural, su jardín que los rodeaba de verde y tranquilidad, y las paredes llenas de recuerdos, era más que un hogar: era un santuario donde podían escapar del bullicio del mundo exterior. Cada rincón hablaba de ellos, de los momentos vividos, de las risas compartidas y de los silencios cómodos que solo los dos sabían entender.
Aunque el mundo exterior seguía volviendo los ojos hacia ellos, la vida diaria de Louis y Harry se había vuelto más tranquila y genuina. Habían aprendido a equilibrar sus carreras con su vida personal de una manera que les permitía disfrutar de ambos mundos. Al no lanzar sus álbumes al mismo tiempo, el espacio entre sus proyectos les daba la oportunidad de organizar sus respectivos tours con más calma, sin la presión de coincidir en fechas. Además, de esta forma, podían acompañarse unos días en los shows del otro, algo que les parecía invaluable. Esas pequeñas sorpresas, esos encuentros fugaces en el backstage, esos abrazos y besos robados entre bastidores, eran los momentos que realmente les daban fuerzas para continuar.
Por supuesto, como toda relación, la de ellos no estaba exenta de altibajos. Aunque la mayoría de las veces se entendían con una mirada, como si pudieran leer las mentes del otro, había días en los que las discusiones surgían, como es natural. A veces eran pequeños malentendidos, otras veces las tensiones acumuladas por los viajes y el trabajo pesado. Sin embargo, siempre encontraban una forma de resolverlas y regresar a su equilibrio. La comunicación se había convertido en su mayor aliada.
Pero ese día… ese día fue diferente.
Louis estaba molesto, frustrado incluso. Harry le había prometido que llegaría a México esa misma tarde, justo antes del show de Louis, para poder estar a su lado durante el concierto y acompañarlo como siempre. Habían estado hablando sobre ello durante días, ajustando sus horarios para hacer que todo fuera posible. Harry, siempre tan organizado, había asegurado que todo estaría listo para llegar sin falta a tiempo. Sin embargo, un contratiempo había hecho que Harry no pudiera cumplir su promesa. El enojo de Louis no era tanto por el retraso, sino por el sentimiento de ser dejado de lado en ese momento tan importante para ambos. Aunque Harry siempre tenía la mejor de las intenciones, había algo que a Louis le dolía profundamente: la sensación de que, a veces, el trabajo y las obligaciones podían interponerse en los momentos que más deseaba compartir con él.
Ese día cumplían su primer aniversario juntos, y aunque la emoción por la fecha era palpable, Louis no pudo evitar sentir una profunda tristeza en su pecho. A lo largo de los últimos meses, había anticipado ese día con ilusión, imaginando cómo lo celebraría junto a Harry, cómo pasarían unos días juntos, disfrutando de la calma de México, de los lugares que Louis tanto amaba y que quería compartir con él. Pero la llamada que recibió esa tarde no era la que esperaba.
Harry le había explicado que, debido a un compromiso de última hora en el estudio, no podría estar allí. Aunque sus palabras sonaban sinceras, Louis no pudo evitar que un nudo se formara en su garganta. -Te prometo que te alcanzo en Brasil, Lou- La promesa sonaba vacía, como una de esas frases que se dicen para aliviar la culpa. Louis, tratando de mantener la compostura, respiró hondo, sabiendo que la situación era un reflejo de las complicaciones que siempre habían enfrentado por sus apretadas agendas. Pero hoy, en ese día especial, la herida parecía más profunda.
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Sinfonía de Corazones
RomantikHarry, agobiado por la monotonía de su vida, sentía que necesitaba un cambio radical y urgente. Desesperado por encontrar una solución, decidió enviar un mensaje a su cantante favorito, pidiéndole ayuda en un acto impulsivo que no esperaba que tuvie...