JAMES
—Es todo por ahora. Pueden descansar —anuncié a los soldados.
— ¡Si señor! —gritaron al unisono.
Observé como todos los soldados recogían sus cosas y salían por la puerta principal. Antes de que todos se fueran recogí mis propias cosas y me aseguré de que el salón quedara en orden. Salí por la puerta y fue entonces cuando la vi. Parecía como si estuviera esperándome, se hallaba justo al lado de Max y usaba un vestido azul muy parecido al verde que tenía cuando me confesó los deseos de su madre, noté también que llevaba un carcaj de flechas colgado en su espalda y un arco sujetado a la silla de montar de Max.
—Hola —saludé. De ser cualquier otro guardia, seguramente tendría que inclinarme y hablarle con absoluto respeto, sin embargo, ella me prohibió hace varios años el ocupar ese tipo de términos
—Hola —respondió — ¿Tienes tiempo para dar un paseo?
—Es mi día libre.
—Y a pesar de eso debes entrenar con tus soldados —dijo.
Dos veces por semana tenía la obligación de entrenar con mis tropas para así mantenernos en forma. Lamentablemente esos dos días resultaban ser mis días libres. Afortunadamente no debía entrenar por mucho tiempo.
—Astuta —dije — ¿A dónde vamos?
*********
Durante el viaje no hablamos, me limité a seguirla a través del pueblo y posteriormente por el bosque. Ella no quiso decirme a donde iríamos así que no tendría caso insistir. Ahora recorríamos el bosque, una parte que yo no conocía, pero que sin duda ella sí y a la perfección. Finalmente, después de esquivar algunas ramas y evitar tropezar con las raíces de los arboles, salimos a lo que parecía ser una especie de claro. Nunca, en todos los años que llevaba en el reino noté esta parte del bosque y eso dejó una interrogante en mi mente.
— ¿Dónde estamos? —pregunté.
—No estoy muy segura. Este lugar no tiene nombre.
— ¿Cómo es que lo conoces?
—Mi madre... Ella solía traerme aquí de vez en cuando —detuvo su caballo y bajó de él. La imité.
El lugar era realmente hermoso, estaba cubierto de césped verde que parecía una alfombra natural, varios árboles de diferentes colores rodeaban el claro, más al fondo descansaba un estanque de agua cristalina, una suave brisa soplaba a nuestro alrededor y unos cuantos pájaros cantaban posados en las ramas de los árboles.
—Es hermoso —murmuré.
—Nadie más aparte de mí conoce este lugar —me miró de reojo —Eres el primero con quien lo comparto.
— ¿Debo preguntar a que se debe el honor? —sonrió.
—Supongo que quería compartirlo contigo. Aquí es donde practico mis tiros.
Varios años atrás, Elena tuvo la idea de aprender a manejar el arco y flecha, según ella le parecía interesante y así sabría defenderse en caso de ser necesario. Su padre, al ver que no renunciaría a esa idea le pidió a uno de sus hombres que la tomara bajo su tutela y le enseñara lo básico, al pasar lo años noté una completa mejora en su puntería, ella es realmente buena con el arco. Nunca supe cómo es que mejoró tanto, ahora ya tengo la respuesta.
—Vienes aquí a menudo —afirmé. Ella asintió con la cabeza.
—Quería hablar contigo y me pareció que este sería un buen lugar —confesó.
— ¿Qué sucede?
—Es respecto a la decisión de mi padre.
—Si mal no recuerdo... el príncipe Anthony llega hoy. ¿No deberías estar en el castillo?
—Llegará en unas horas. Quería hablar contigo antes de tener que pasar todo el día con él —intentó disimular su desagrado, pero no lo consiguió.
Caminamos hasta llegar al lago, donde pude comprobar que había varios pececillos en su interior. Nos sentamos en el borde, Elena comenzó a jugar con el agua, provocando leves ondas en la superficie.
—Mi padre me ha dicho que debo acompañar a Anthony el mayor tiempo posible —comenzó a decir —. Yo le dije que aceptaría sólo si te permitía acompañarnos. Y quería pedirte que durante el tiempo de la visita de Anthony...
— ¿Si? Sabes que puedes decirme —Elena suspiró.
—Yo... quiero que durante todo ese tiempo no te separes de mí. Sé que es algo excesivo pero realmente me sentiré mejor sabiendo que tú estás cerca.
—Por supuesto. No te abandonaré ni un sólo día.
—Gracias —dijo en un susurro y realmente se veía agradecida.
En vez de responder apreté suavemente su hombro en señal de apoyo. Sabía que la responsabilidad que su padre dejo caer sobre sus hombros era más de la que esperaba. No me refería a tener que pasar tiempo con el príncipe Anthony, más bien era el hecho de que debería contraer matrimonio muy pronto. Sin duda, era algo que Elena no esperaba y ya que el rey consideraba a Anthony como el mejor candidato para ella debería sentirse bajo mucha presión.
Pasamos un rato en este lugar único y hermoso. Simplemente hablábamos y nos reíamos, por un momento incluso llegué a pensar que éramos sólo dos personas como cualquier otra, personas sin responsabilidades, cargas o títulos. Solamente éramos Elena y James, ella y yo.
*********
Todo el pueblo se veía emocionado por la llegada del príncipe, una multitud se congregó en el muelle del reino esperando por su barco. Al ser mi día libre logre mezclarme con la multitud y entre susurros y vítores el barco finalmente arribo. La familia real se encontraba unos metros detrás de la multitud—unos cuantos guardias los protegían de cualquiera que se acercara— pero en cuanto Anthony bajó del barco fueron a recibirlo. Varios soldados reales tuvieron que controlar a los pueblerinos para evitar que estos se lanzaran sobre el rey o la princesa.
Anthony Hallahan bajo con paso majestuoso, sus brazos cruzados por detrás y mostrando una sonrisa que logró sacar unos cuantos suspiros de parte de las chicas y mujeres. Sus propios guardias lo acompañaban, bajaron detrás de él y de inmediato se aseguraron que ninguna persona, salvo la familia real se acercara a él.
—Príncipe Anthony —dijo el rey haciendo una reverencia ante él. Elena hizo lo mismo —. Es un honor tenerlo con nosotros.
—Rey Gyllenhaal —Anthony se inclinó en una profunda reverencia —. El honor es todo mío. Princesa, es un placer estar ante usted hoy.
Observé como el príncipe tomaba la mano de Elena y acto seguido depositaba un beso sobre ella. Elena sonrió pero su sonrisa estaba lejos de ser genuina.
—Príncipe Anthony. Me alegro de verlo después de tanto tiempo —Elena apartó sutilmente su mano de la del príncipe.
—Debe agradecer a su padre. De no ser por él esta visita no sería posible —Anthony sonrió —. No debe preocuparse, princesa. Tengo el presentimiento de que pasaremos mucho tiempo juntos.
Su sonrisa, al igual que la de Elena no era auténtica, pero si ella lo notó no lo demostró. Se limitó a asentir con la cabeza mientras sonreía. Los guardias crearon un camino desde su posición hasta el carruaje que los llevaría al palacio, lugar que a partir de ahora sería el hogar de Anthony. Él tenía razón, Elena pasaría mucho tiempo con él. Sin embargo, lo que él no sabía era que yo, a petición de la princesa, compartiría el tiempo con ellos.
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La Heredera al Trono
Historical FictionElena Gyllenhaal es una chica común... o eso quiere creer ella, Elena es la futura heredera al trono de Azelleb, por lo que su padre -el rey- decide casarla lo antes posible con algún príncipe. Sin embargo, lo único que ella quiere es tener un poco...