CAPÍTULO VEINTE

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SAKURA

Sasuke regreso del baño sin rastro de sangre y sin la camisa en sus manos. Algunas gotas transparentes recorrían su piel perdiéndose en el piso. Desordenó a un más su cabello húmedo y se sentó en el sofá para terminar su cigarro.

Como muestra de desobediencia me quede parada en el mismo lugar. Necesitaba enfrentar las dudas que me carcomían el pensamiento. Necesitaba saber a qué me estaba enfrentando. Pase saliva cuando por fin me miro a los ojos. Su distintiva mirada se llenó de soberbia, bufo con burla y toco el cenicero dando final al humo.

— Vete a tu cuarto. —Ordeno con una voz pausada y profunda. Se sirvió wiski de la botella que traía consigo.

— ¿Quiero saber que paso?

— Quedamos en que no te meterías en esto. Vete a tu cuarto, Sakura.

— ¿De quién era la sangre? —Di algunos pasos adelante. — ¿Tú no lo hiciste cierto? Dime que no lastimaste a nadie.

Frunció el ceño enfadado. Afilo su mirada ordenando en silencio que me callara. Tenía la misma expresión de cuando lo conocí. ¿De verdad mi hermana confiaba en el como para traerme aquí? No sabía que pensar ahora, hasta hace unas horas estaba entre sus brazos debajo de la sabana.

— Sakura... —Presiono con fuerza el vidrio conteniéndose. Tenía un porcentaje de esperanza que no fuera ese tipo de persona. Pero era inútil hacerme falsas ideas.

— No lo hiciste, ¿verdad?

— ¡Maldita sea!, vete a tu cuarto a hora mismo. —Se levantó de golpe intimidando mi estatura. Con la respiración pesada fue acercándose lentamente hasta que yo toque la pared. Con pocos centímetros de distancia solo pude levantar la cabeza.

— No eres mi padre para darme órdenes. Solo dime la verdad, Sasuke.

— Estas en mi casa y estoy procurando tu bien, te callas y vete a dormir.

Deposito un beso en mi coronilla como todas las noches. Creo que significaba que velaría mis sueños. Estaba cómoda con eso, pero hoy no me sentía angustiada.

— ¡No! No me voy a dormir hasta que me expliques. —Saque la hoja de mi suéter. Su asombro lo hizo tomar enseguida. Estaba claro que lo reconocía, pues en menos de cinco segundos termino hecho trizas.

— ¿Quién te dio esta mierda? —Sin poder reaccionar a tiempo me tomo de brazo. — ¡Responde!

— Eso no importa.

— Claro que importa.

— Entonces es verdad, tú eres un asesino. ¿o no es vedad lo que dice el papel?

Aun esperanzada a que dijera que no, vi sus ojos. Trate de leer esa mirada transparente que me ofreció siempre, pero hoy, justo hoy tenía una mirada con un brillo especial. De pronto esa mirada furiosa cambio a una dura y de inquebrantable semblante.

— Mañana mismo te vas.

— ¿Cómo?

— Mañana sale tu vuelo a Inglaterra. Ya estarás muy lejos de todo esto, como siempre quisiste.

Regrese la vista a los pedazos de papel tratando de entender que es lo que me dijo. Volvió a la mesita para darle un trago de su licor, tan tranquilo como si lo que menciono no tuviera poder.

— ¿O planeas quedarte aquí hasta que te atrapen? —Alzo una ceja.

— Yo...

Levanto la comisura de sus labios. Hace eso cuando tiene mucha confianza sobre el control de las cosas. Para este momento yo me sentía como un pequeño ratón quieto ante la mirada del felino. No dejaba de verme a los ojos, quería evitar el contacto, y por debilidad mire la alfombra.

NO DEBERÍAS   (SasuSaku) En Emisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora