Me enamore de mi marido

Treinta y uno.

Ma había sorprendido que Lion me ayudara a buscar quien le diera pela a Max, Pero luego Dulce me dijo que era porque el nunca estubo de acuerdo en como Max llevo las cosas.

De Magnus no supe más nada, no quería saber nada, solo que lo tenía preso. Mis padres... No pude darle sepultura como me hubiera gustado ya que sus cuerpos estaba irreconocibles y solo los creme y los dejé en la capilla familiar, sí eran mis padres biológicos, lo que pasó es que Magnus tenía la realidad alterada y el que siempre estubo en adopción fue él y en su cabeza yo era la huerfana y él el hijo querido de unos padres ausentes. No ví a Max y ya no le volví a tomar ninguna llamada, mi abogado : Luis Romeo, era el que se entendía con El abogado de Max.

Ahora están viviendo con mi amiga Abby.

Me pare de la cama y corrí al baño, ya llevaba una semana completa teniendo náuseas matutinas, me negaba a creer nada. Cuando me termine de enjuagar la boca Abby estaba en el marco de la puerta de brazos cruzados

_ ¿Cuando vas a afrontar la realidad? No porque estés en la etapa de la negación va a desaparecer lo que tienes ahí dentro _ dijo señalando mi tripa.

_No me pongas de los nervios _ dije y salí del baño ella me siguió a él cuarto que me había prestado _ es solo las secuelas de todo lo que eh pasado, ya se me quitarán.

Me senté en la cama y me abrace a mi pies, no queria pensar en lo que mi amiga ya me había dicho que era muy posible. Ella se sentó frente a mí y me extendió una caja rectangular.

_Vamos hay que salir de dudas _ era un aprueba de embarazo _ El retoño no tiene culpa de nada... Ten en cuenta que es un inocente.

Le di un manotazo a la caja y esta callo al suelo, sabía que me portaba como una perra últimamente con los que me rodeaban Pero estaba tan frustrada y dolida.

_No hay ni retoño, ni inocente.

Mi amiga suspiro.

_Bien, entonces, vamos, hay que desayunar.

Me metí entre las sabanas y negue con la cabeza.

_Tengo el estómago muy revuelto, no tengo hambre.

Abby no dijo nada, solo salió de mi cuarto.

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Había salido a buscar trabajo, no había terminado ninguna carrera gracias a las actitudes machistas de mis padres Pero con lo que sabía mínimo de secretaria o recepcionista podía conseguir algo. Me había bajado del Uber cuando la vi... No lo pensé demaciado y la aborde con la sonrisa mas dulce que pude.

_Leonor _ dijo algo sorprendida

_Hola. Podemos hablar un momento _ dije y la rubia suspiro Pero asintió.

Nos fuimos a un café y el olor me revolvió el estómago así que yo pedí un chocolate caliente.

_Tenia mucho que no te veía ni a ti ni a Max, esque acabo de regresar de viaje.

_Bueno, ya no nos volverás a ver juntos... Estamos en trámites de divorcio _ Catia elevó una ceja incrédula _ No se porque tu sorpresa, tú sabias porque motivo Max se casó conmigo _ la rubia tubo la decencia de no negarlo.

_No era yo quien debía decirte nada, después de todo él  me dejó por ti, debo confesarte que por algún tiempo te tuve rencor y pensé que merecías lo que Max hacía contigo.

_Si, claro, _ dije ya sospechaba que entre esos dos no solo había una amistad _ supongo que hice algo terrible en mi otra vida para que todos crean que me merezco todo lo que me pasó. _ trate de tomarle a mi chocolate Pero tampoco me pasó así que lo deje a un lado.