25. No fue casualidad

90 17 24
                                    

Narra Betty

Besarnos después de tantos años se sintió como estar en mi hogar. Sentía una calidez y una tranquilidad en mi pecho, así como unas ganas incontenibles de besarlo por horas.

Yo lo tenía de la nuca dejando caricias ahí mientras él me tenía de la cintura, y cada vez más nuestro beso se volvía más apasionado cuando el desespero se hacía presente.

El se separó de repente, dejándome con la respiración agitada y emocionada por más besos así.

- No fue casualidad. -soltó.

Fruncí el ceño. No se de qué está hablando.

- ¿De que hablas, Jug?

- Abrir mi editorial junto al heraldo, mudarme a Riverdale... Nada fue casualidad.

Yo seguía sin entender. - No entiendo.

- Yo quería verte, Betty... Necesitaba verte. -dijo mirando cada facción de mi cara.

Sonreí de lado al entender. Oh. Le pasa igual que a mí.

- ¿Si? ¿Por qué?

- Porque nunca sales de mi cabeza, Elizabeth. -sentí su agarre en mi cintura más fuerte. - Aún después de tanto, eres capaz de tenerme a tus pies.

No supe que decir, pero al tenerlo así, frente a mi, vulnerable igual que yo solo hice lo que los dos queríamos y volví a besarlo a boca abierta.

El me tomó del trasero lo que me llevó a dar un salto y enrrollar mis piernas en su cintura mientras me sostenía con fuerza.

Caminó dentro de la casa, pero incluso antes de entrar me apegó a una pared y se separó de mis labios para empezar a besarme el cuello con desespero.

Yo ahogué un gemido cuando me beso ahí, en ese punto de mi cuello que me excitaba de sobremanera. El me conocía a la perfección y sabía cómo complacerme.

- Gime, Elizabeth. -eso sonó como una orden y me encantaba. - Ahora que te tengo no quiero que te guardes ningún sonido.

Yo jadeé de solo escucharlo, y tomándolo del cabello para apegarlo más a mi, dejé que todos los gemidos y jadeos salieran de mi boca sin censura.

Yo solo me dejé llevar por el, por sus besos, por sus toques. Lo dejé hacerme lo que se le viniera en gana con mi cuerpo, y no me decepcionó. El tomó el mando con seguridad, metiéndose en cada rincón de mi cuerpo.

Me dejé llevar tanto que no se en que momento subimos y llegamos a su habitación. Yo estaba en la cama, desnuda y lo vi a él frente a mi quitándose los pantalones.

Oh, ya se porque volví a la realidad... Porque dejó de tocarme para desnudarse él.

Al quitarse absolutamente todo fue por un condón en su clóset y se subió sobre mi de nuevo.

- ¿Por qué te muerdes el labio? -me preguntó con tono burlón.

Yo... ¿Que? ¿Me estoy mordiendo el labio? Si. Solo porque se quitó los boxers y pude al fin ver lo excitado que estaba debajo de la ropa.

Me sonrojé al instante. - Yo... Jug, no te burles. -pedí tomándolo de la nuca de nuevo. - Y no me hagas esperar más.

El se acercó a mí entrepierna, tocando mis labios húmedos con su miembro erecto ya cubierto por el condón.

- Ha pasado mucho tiempo... ¿Crees que puedas soportar todo lo que te haré esta noche?

Tragué en seco cuando entró solo un poco en mi, estirándome luego de más de dos años sin tener relaciones sexuales.

- Jug... -jadeé con los ojos cristalizados. - H-hazlo...

- Responde. -ordenó. Dio una embestida dura haciendo que entrara todo, pero enseguida volvió a salir.

Yo gemi y asentí. - Si, Jug. Dámelo todo, esta noche.

El sonrió de lado y me besó los labios, ahora sí entrando en mi y comenzando a embestirme con fuerza y determinación.

Me abracé a él, pasando mis manos por su espalda formada, inconscientemente dejando algunos rasguños de desespero por la liberación con mis uñas largas.

Me levanto una pierna y la dejó en su hombro y, joder, empezó a pegar en un punto dentro de mí que solo él, incluso cuando éramos adolescentes, fue el único capaz de encontrar.

Era ese punto que me hacía rodar los ojos, con el que sentía que estaba en el mismo cielo y entre las estrellas. Los gemidos se descontrolaron, su agarre en mi cintura se volvió más fuerte y sus embestidas, aunque igual de duras, un poco torpes.

Cuando juntos llegamos al clímax volvimos a besarnos, y entonces fui consciente de que mi cuerpo temblaba y yo no tenía el poder de controlarlo.

Sentí que acarició mis piernas aún dentro de mi y al separarnos de ese beso, salió de mi con delicadeza.

- ¿Estás bien? -me preguntó acostándose a mi lado y abrazándome casi sobre él.

Bufé ante la pregunta. - ¿Te asusta verme temblar acaso?

El sonrió con burla. - Ni que fuera la primera vez. -me quitó el cabello de la cara, mirándonos a los ojos. - Pero preguntaba en serio... ¿Te gustó?

- Por supuesto, Jug. -dejé un beso en sus labios. - La pregunta ofende.

El rió levemente y yo dejé mi cabeza sobre su pecho. El acarició mi cabello y yo su brazo musculoso.


















Por fin JAJAJA

¿Que opinan?

Espero que les guste, bye! ✨

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Destinados | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora