27. El camino del héroe (I)

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Una risa maníaca amenazó con escapar de los labios de Alan Fisher, pero, antes de que pudiera hacerlo, el poderoso puño de Thomas lo alcanzó en el rostro y lo noqueó al instante, dándole la privacidad que sentía necesitar para la confrontación que...

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Una risa maníaca amenazó con escapar de los labios de Alan Fisher, pero, antes de que pudiera hacerlo, el poderoso puño de Thomas lo alcanzó en el rostro y lo noqueó al instante, dándole la privacidad que sentía necesitar para la confrontación que tenía por delante.

La criatura que se alzaba frente a él... su amiga, se veía confundida, adormilada tras un letargo demasiado profundo del que empezaba a despertar. Sin embargo, Tom notaba que, mientras más cedía la confusión, sus facciones se desdibujaban para reflejar otra emoción que él conocía muy bien: la furia.

Tom alzó sus manos y dio un paso al frente, intentaba comunicar que no era una amenaza, que estaba allí para ayudarla, pero Crusher gruñó en respuesta y sacudió sus pesados y musculosos brazos grises en gesto amenazador. Era difícil no sentirse intimidado al ser penetrado por sus brillantes ojos amarillos, o al observar los afilados colmillos inferiores que sobresalían por sus labios, pero la tristeza y el horror de la situación anulaban cualquier otra emoción que el joven Thomas Davis pudiera estar experimentando.

—Farah... Dios, ¿qué te ha hecho? —preguntó él, aun cuando sabía que era probable que no recibiera respuesta, pero esperando que una parte de su amiga siguiera ahí, la suficiente para escuchar su voz y despertar de la pesadilla que vivía. Para acentuar más sus palabras, el chico se quitó la capucha del traje y reveló su rostro frente a Crusher—. Vamos a conseguirte ayuda, ¿sí? Te prometo que vamos a arreglar esto.

Por un segundo, las facciones de Farah parecieron relajarse, al igual que el resto de su cuerpo. Thomas, algo más confiado, se acercó un poco más a su amiga. Sus ojos amarillentos no se quitaban de encima de él, lo observaba con la curiosidad de alguien que trataba de discernir un rostro familiar, pero largamente olvidado. Sin embargo, la mirada de Cruser pronto se desvió y sus facciones cambiaron una vez más hacia el terror y la desesperación. La chica observó su reflejo en uno de los vidrios esparcidos por el suelo, y su reacción no se hizo esperar. En un grito gutural y barbárico, Crusher arrancó con sus enormes y fuertes brazos los restos del tanque de agua que la contenía y, sin pensarlo demasiado, lo arrojó contra Mirlo, que debió de lanzarse a un costado para evitar el impacto.

Thomas comprendió entonces que la pelea sería inevitable, aunque una pregunta se instauró de inmediato en su mente: ¿cómo pelear contra a alguien a quien no quería lastimar?

Tom, estás lastimado, lo hiciste bien, pero no puedes ganar esta pelea —anunció Vincent, a la espera de que su aprendiz lo escuchara al menos una vez—. Limítate a buscar una salida del lugar. Crusher aún está confundida, no podrá seguirte si te mueves rápido. Nosotros enviaremos a las autoridades correspondientes para que se hagan cargo de ella.

—¡No! —exclamó él, mientras volvía a ponerse la capucha del traje—. No voy a dejar a Farah, no de nuevo.

Confía en nosotros, chico. Llamaremos a alguien para que... —empezó a decir Luke, pero fue interrumpido por el joven héroe.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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