El día de la fiesta

238 17 0
                                    

Llegamos y la verdad me sentía incómodo, por dos grandes razones. La primera fue que Raúl no pudo acompañarnos, así que hacía mal tercio entre José y Melissa. La otra razón fue que, extrañamente casi no conocía a nadie. Creo que el haber estado mucho tiempo fuera de México y centrado en mis estudios me hizo perder la pista de los artistas top del momento, al menos en México.

Me presenté con tantas personas que olvidé muchos nombres, pero obviamente no me pude presentar con todo mundo, pues había demasiadas personas en esa fiesta, grupos enormes de personas, famosos, no famosos, fotógrafos, e incluso me pareció ver una botarga.

Por momentos me gustaba imaginar que todos estaban ahí por mí, para recibirme, realmente la soledad del extranjero me tenía traumado.

Un poco cansado me dirigí a la barra, no sólo porque tuve que atravesar una multitud para poder llegar ahí, sino porque ver tanta gente reunida en tan poco espacio me causaba claustrofobia, aunque también quería separarme un rato de José y su pareja. Pedí un trago. Junto a mí había una joven, una muy bella joven. Parecía un poco enfadada, así que decidí hacerle plática, al final "todos estaban ahí por mí".

-¿Cansado no?

-¿Perdón?- dijo apenada y un poco sorprendida, pues jamás habíamos cruzado palabras, pero sentía como si la conociera de mucho tiempo.

-Sí, estas fiestas en las que ni puedes caminar con tanta gente- lo dije casi gritando porque la música que sonaba al fondo era un poco fuerte, al fondo sonaba "Neon Lights".

-Lo sé. Pero ¿sabes? Te acostumbras, es decir, a tal grado que hacemos un alboroto sólo porque sí.

-Es verdad, espero llegar a acostumbrarme. Por cierto, soy Alonso, Alonso Ortega- extendí mi mano para estrechar la suya que estaba completamente extendida. Y al tocarla sucedió, una extraña sensación que me estremeció.

-¿Familiar de los Río Roma?

-Exacto- sonreí porque al fin en ese mar de gente alguien pudo conocerme. Era como estar en un verdadero país extranjero, pero no, era mi país, el mismo que me vio nacer, el mismo que me vio alejarme en una bestia gigante de metal de marca Volaris.

-Son muy agradables, buenos amigos. Soy Paty, Paty Cantú.

Hermano Río Roma #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora