Nueva vida.

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-Vamos Alonso, levántate, tienes que trabajar, tienes que sacar dinero para la renta- Decía Armando mientras me descobijaba.

Ha pasado mucho tiempo, meses, desde que Paty me borró de su vida, otra vez. Decidí mudarme con un amigo a un pequeño departamento y compartimos los gastos de la renta y el alimento. No he sabido de José ni de Raúl por un buen tiempo, pero entiendo, están ocupados, les está yendo de maravilla en sus conciertos, y están preparando nuevo disco; ahora se la pasan fuera de México y cuando vuelven, naturalmente quieren sólo descansar. Así que no he tenido mucho tiempo para aprovechar con ellos, además mi trabajo no me lo permite. Trabajo ahora para una empresa televisiva calculando gastos y tomando decisiones económicas para la empresa, costos de programas, anuncios, aplicaciones, todo eso, y las ganancias que atraerá; ya sé, menudo trabajo. Se me atribuyó la preparación (económica) de un nuevo programa donde ciertos famosos participarán como capitanes defendiendo dos familias cada uno, bueno, ya saben de qué estoy hablando.

-Armando, cállate, no me molestes- dije entre sueños -¿Qué hora es?

-7:30.

-¿Siete y media? ¡Armando, demonios, ya voy tarde!

Me levanté y me preparé en tiempo récord para ir a trabajar, tenía una junta bastante importante. Tomé mi auto y me dirigí a toda velocidad hasta la oficina. Una vez fuera de mi auto corrí como loco por los pasillos hasta el sitio donde se supone sería la reunión, pero llegué justo a tiempo.

-Disculpen la tardanza. –Me paré en la puerta esperando que mi jefe me pasara por encima y me corriera.

-Señor Ortega, ya sabe que debe estar a tiempo...

-Lo sé, pero tuve un contratiempo y...

-Sólo pase y siéntese en silencio.

Después de arduo trabajo al fin han sido destapadas las estrellas que serán tanto capitanes como jueces. Caminé alrededor de la larga mesa que estaba en el lugar mientras me ruborizaba, pues estaba muy apenado, era la primera vez que llegaba tarde. Llegué a mi lugar y me senté sin mirar a nadie y una vez en mi asiento levanté la mirada y frente a mí estaban José y Raúl. Mi corazón se detuvo por un momento y luego latió muy rápido. ¡Hay Dios! ¿Y estos qué? José vio mi expresión y quiso echarse a reír, pero sólo sonrió apretando los ojos y ruborizándose también, las fans y yo sabemos perfectamente la cara que hace. Giré mi cabeza con la misma expresión y los vi de uno por uno: A José, al Rúl, a Hannah, a Ashley, a Pee Wee, a Espinoza, a Christian, a Ana, a María, a Noel... Y finalmente en una esquina, muy atenta a todo lo que decían y tomando sus notas estaba ella, con sus pequeños lentes, con su cola de caballo, estaba ahí, era ella, no había duda, claro que era ella, me puse pálido cuando...

Hermano Río Roma #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora