Capítulo 11

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¡Hola! No sabia si actualizar hoy o el viernes, pero finalmente me decidí por hoy, así que aquí tienen el onceavo capitulo de la novela, espero que les guste y si fue así, háganmelo saber, no saben cuan feliz me pone sus comentarios.  Ah y por favor no seas un lector fantasma. ¡Disfruten la lectura!

Al principio se tensa y no responde, pero no tarda mucho en empezar a mover sus cálidos labios sobre los míos, creando un dulce beso. Noto su mano en mi mejilla para después profundizar el beso, poco a poco se torna demandante y presiento que Peeta había querido esto desde hace mucho y no puedo negar que una parte de mí también lo había hecho. Mi acto por querer desaparecer el dolor; funciona, todos mis recuerdos se han esfumado de mi cabeza y ahora lo único que puedo pensar es en Peeta, en sus labios y en la agradable sensación que crea en mi interior. Lentamente y debido a nuestra necesidad por coger más aire, nos separamos pero dejando nuestras frentes unidas y mezclando nuestras agitadas respiraciones, sé que no debí hacerlo, al menos no por esa razón, pero no me pude detener, lo único en lo que pensaba era desaparecer mi dolor y los labios de Peeta fueron mi única salida. Fueron como un bálsamo que me ayudaron a extinguir el ardor de mis profundas cicatrices. Esperaba los flashes de las cámaras que captaran el momento de una actuación y una mentira más, pero en este momento soy plenamente consciente de que no estoy actuando, lo bese porque quise, no para tener que probarle nada a nadie. Nose que decirle, así que me quedo callada.

—¿Por qué fue eso?—pregunta un poco desconcertado

—Yo...no lose—susurro, aunque la verdad si lose, pero no pienso decírselo.

Peeta se limita a asentir y me limpia una lágrima de la mejilla

—Al menos has dejado de llorar—hace una pausa mientas me acaricia el labio interior con su pulgar—Tus labios están más suaves después de que lloras

***

Después de bañarme y tratar de quitar el color rojo de mis ojos, sin éxito, me visto dispuesta a dormirme y querer desaparecerme en el mundo de los sueños. Peeta no me ha hecho más comentarios al respecto, no es como si no hubiera pasado, pero creo que trata de no darle tanta importancia ¿Debería yo de dársela? No lose, porque pienso que primero tendría que saber lo que siento por él y dejar el beso en segundo plano.

Me siento un poco más tranquila con lo que me dijo Peeta, es como si necesite que alguien me lo diga para yo poder creerlo. Para poder creer que no fue totalmente mi culpa, aunque no hubiera lanzado la flecha Snow hubiera encontrado otra razón para bombardear el Distrito y castigarlos a ellos por mis actos.

No quise mostrarme débil ante Peeta, ante nadie, nunca lo he querido, no quiero que la gente vea lo débil y vulnerable que puedo llegar a ser, lo rota que estoy por dentro, pero todas las veces que he dejado que Peeta me vea de esa manera es porque de alguna forma, él puede comprender mi dolor, él sabe cómo es perder a alguien y quedarte con la impotencia de no haber podido hacer nada para salvarlo. Nose cual caso es peor, si el de el que ni siquiera supo cuando sucedió o el mío, que lo vi todo frente a mis ojos. Pero ciertamente nadie puede describir con palabras el intenso dolor que te parte el alma al perder a un ser querido, porque no puede compararse con una quemadura, un golpe o una cortadura, al final sabemos que tiene cura, incluso han encontrado cura al perder alguna extremidad, ¿Pero a este tipo de dolor? Podría decir que solo el tiempo lo cura y aun así no hay garantía.

***

—Nos besamos

Bufo. No se lo pensaba decir, pero como Haymitch es muy perceptible. Noto que algo pasaba.

—¿Y eso es algo relevante? Es decir, ustedes ya se han besado ¿Por qué esta vez es diferente?

—Porque antes nos obligaban a besarnos, a probarle a Panem que estábamos enamorados y ahora no.

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