Hola! Como están? Por fin vuelvo a actualizar, como les dije en el capitulo pasado, me he retrasado con la historia, así que ahora los capítulos tardaran más en estar listos, pero los sigo haciendo con la misma dedicación así que espero que sigan leyendo y les siga gustando. Muchas gracias por sus votos y comentarios, en verdad me animaban mas el día. En fin, ¡Disfruten la lectura!
Algunas veces en las últimas noches, cuando me terminaba de tranquilizar después de haber despertado de una pesadilla, Peeta ha hecho lo mismo que hacia en las noches del tren; me besa. La primera vez que lo hizo, volví a estar en el tren, en ese vagón en donde sus brazos me protegían y me daban la seguridad que creía que ya nadie podía darme. En donde por unos instantes, sus labios podían lograr que mi miedo a que le hicieran daño a mi familia y mi desesperado intento por hacerle creer a Snow de nuestro amor, desapareciera dejando en su lugar una profunda paz, la cual se esfumaba al separarme de sus brazos por las mañanas.
Nunca me había detenido a analizar esos besos, al principio no lo hacia porque sabía que solo confundirían lo que sentía por el y por Gale, además de que me traerían mas problemas de los que ya tenía, después, cuando el Capitolio se lo llevo, ese tipo de recuerdos fueron los que hicieron que no huyera al bosque, porque no podía irme sin antes saber con certeza que estaba muerto, cuando lo rescataron fue un duro golpe darme cuenta cuánto lo habían cambiado, cómo habían logrado hacer que me odiara, por consiguiente todas esas noches en el tren, pasaron a convertirse en recuerdos que hubiera querido olvidar, de nada servía guardarlos en mi memoria porque solo me hacían ver lo que había perdido y que no lo había apreciado como se merecía en su momento.
Finalmente, después de la guerra lo único que ocupaba mi cabeza era Prim y en escasos momentos en los que pensaba en el, pensar en las noches en el tren y en todos los momentos en los que estuvo conmigo solo me traían mas angustia y ansiedad. Pero ahora... ahora nose con seguridad como sentirme al respecto. El sabe que aún no tengo las cosas claras en mi cabeza, por eso nunca hace mención de lo que siente por mí ni me pregunta qué es lo que siento yo, se muestra paciente y comprensivo y soy plenamente consciente de que no merezco que me trate así.
El mar de sus ojos, el tranquilizante pero constante latido de su corazón, sus fuertes y protectores brazos y sus cálidos y suaves labios, hacen de Peeta a la perfecta personificación de la tranquilidad o al menos la mía. Cada vez que pienso en todo lo que ha hecho por mi y en todo lo que yo le he hecho, me siento totalmente culpable y horrible.
Pero a pesar de todo lo que ha pasado, de sus intentos por asesinarme, sigue siendo mi fuente de tranquilidad, porque se con seguridad que el nunca me lastimaría intencionalmente; me lo ha demostrado muchas veces.
Hasta ahora no ha vuelto a suceder, no ha vuelto a convertirse en muto, sinceramente no tengo miedo de que vuelva a convertirse ni de que vuelva a tratar de hacerme daño, pues se que lo detendría antes de que algo peor pasara, de lo que tengo miedo es de ver como la culpabilidad se lo traga vivo después de darse cuenta de que ha vuelto a tratar de matarme. Y no sabría como lidiar con eso... y a decir verdad ¿Seria capaz de hacerle daño para tratar de evitar que me asesine? Teniendo en cuenta mis reacciones anteriores, la respuesta sería no. No pensaba con claridad y no sabía que hacer. La única forma de saberlo sería que sucediera de nuevo, pero no tengo ganas de comprobarlo, no tengo ninguna intención de averiguar si ahora sí sería capaz de detener a Peeta en uno de sus episodios.
***
Salgo del quemador y me dirijo a la Aldea, siento cómo el viento alborota los cabellos sueltos de mi trenza y el sol no resulta bochornoso a esta hora del día. Llego a la casa y en la entrada se encuentra el gato mas feo que he visto en mi vida, este maúlla y da vueltas alrededor de mis piernas, abro la puerta y Buttercup se me adelanta corriendo en dirección a la cocina. El propósito de su visita no podría ser mas claro. Le sirvo las sobras de ayer y me dirijo a la habitación para darme un baño.
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Siluetas
FanfictionHistoria sobre antes y un poco despues del Epilogo de Los Juegos del Hambre: Sinsajo Los personajes pertenecen a la autora Suzanne Collins (Borrador)