Capítulo 15

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¡Hola! Aquí les traigo un nuevo capitulo, espero que les guste. Muchas gracias por todos sus votos y vengo a pedirles que, si pueden, me comenten como les va pareciendo la historia, en serio lo apreciaría mucho. Cualquier comentario en verdad, no saben cuando me anima y me emociona. En fin, disfruten la lectura!

La cuchilla pegaba en la tabla de madera pausadamente, cortando los vegetales. Las burbujas se creaban y explotaban con rapidez en la olla de agua hirviendo. La cuchara chocaba con la taza mientras esta daba vueltas, revolviendo la sustancia cafesosa. Mientras las grandes y agiles manos de Peeta amasaban con experiencia la masa verdosa y yo miraba con desagrado la taza de café después de haber terminado de cortar el pescado, Annie nos contaba cómo había sido el parto, además de la reacción de Johanna cuando sucedió.

—Estábamos en el mercado buscando ropa para él bebe cuando se me rompió la fuente, recuerdo que Johanna soltó una maldición y rápidamente se puso a buscar a Ahala que se había perdido entre la gente y al no encontrarla me dijo que me quedara en mi lugar, yo estaba muy asustada como para no hacerle caso, pero no tardo ni 5 minutos en encontrar a alguien que me llevara al hospital. A pesar de que íbamos en coche, fue el camino más largo de vida, —agrega con una sonrisa—cuando llegamos Johanna se puso a dar órdenes a todo el mundo para que me atendieran, cuando ya estaba instalada en la habitación, fue la Sra. Everdeen quien me ayudo a la hora del parto. Cuando Ahala llego al hospital, tomo el lugar de Johanna al ver que no podía soportar seguir allí conmigo en la habitación.

—No me imagino a Johanna haciendo todo eso—comenta Peeta sonriendo

—Si estaba asustada no lo demostró, supongo que porque yo ya estaba asustada por las dos.—dice riendo, yo también hubiera reído sino hubiera sido por lo que se me había quedado en la cabeza.

—¿Mi madre estuvo contigo en el parto?—le pregunto dejando de menear la cuchara

—Sí, se portó muy paciente y amable.—responde Annie vaciando las verduras cortadas en la olla.

Me limito a asentir.

—Me pregunto por ti—continua Annie haciendo que levante la vista—Le dije que les había mandado la invitación pero que no sabía si vendrían o no.

—Nose porque lo hizo, ella tiene mi número, si hubiera querido saber sobre mí, simplemente me pudo haber llamado.—mascullo en un tono de reproche.

Silencio. Nadie se atreve a agregar o responder algo, así que digo:

—Creo que ya es hora de cocer el pescado para agregarlo ¿No creen?

Ambos asienten, así que dejando la taza de café sin beber en la mesa, me pongo a cocer el pescado. Annie nos siguió contando sobre cuando Finn nació, dice que fue un niño muy saludable dentro de lo que cabe, cosa que me recordó a cómo eran los partos en el 12, mi madre ayudo a muchas embarazadas de la veta pero la mayoría nacían enfermos o con bajas defensas a causa de que sus madres no se alimentaban como debían. En casos extremos, solo vivían un par de horas. Si no hubiera sido por la carne que cazaba mi padre en el bosque, seguramente Prim y yo también hubiéramos nacido así. Y gracias a los juegos y a esa triste realidad, fue que me decidí a nunca tener hijos. Me percato de que mi decisión respecto a ese tema, no ha cambiado y seguramente nunca cambiara.

También menciona que es un bebe muy tranquilo, y que le da todo lo que ella necesita para seguir adelante. Supongo que a él es a quien se aferra para volver a la realidad cuando su cabeza le da una mala jugada. En este momento se encontraba en la habitación con Ahala, quien había evitado estar en el mismo lugar que yo a toda costa, no nos habíamos vuelto a dirigir la palabra, y no es que yo la ignorara, si no que tenía cosas más importantes en las que pensar. Como por ejemplo, la última conversación que tuve con Peeta, soy muy consciente de que no debí de decirle aquello, el ya no me alcanzo a responder, ya que Annie nos llamó para bajar a la cocina y ya no hablamos más del tema. Últimamente he estado tan confundida respecto a mis sentimientos que no sé qué hacer para hacerlos desaparecer de nuevo, porque sé que si no hago algo, tarde o temprano ambos saldremos lastimados.

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