¡Hola! Aquí les traigo la parte 19, espero que les guste! Y gracias a todos por sus votos y comentarios!
No quería creer que había sido cierto. Las ganas de despertar de esta pesadilla que se burlaba de mí eran desesperantes. Había vuelto a ese punto muerto en donde no sabía qué hacer y en donde no sabía en qué lugar me dejaba todo esto con respecto a Peeta.
—Toma Katniss, te sentirás mejor con esto.—decía Annie tendiéndome un vaso de agua con una pastilla que seguramente Ahala le había dado.
Les pareció algo innecesario llevarme al hospital a mí también, puesto que mis heridas no eran tan graves y porque creían imprudente ponernos a Peeta y a mí en el mismo lugar ya que Paylor me conocía lo suficiente como para saber qué haría lo posible por verlo. Así que me quedé en casa de Annie a cuidado de Ahala y de otra enfermera a quien me habían asignado que no tardaría en llegar.
—Bueno, creo que pudo haber sido peor—dijo Johanna examinándome.
—Les juro que yo no escuché absolutamente nada—exclama Annie— después de haber acostado a Finn, platiqué un momento con Peeta y después me quede sumamente dormida.
—Yo estaba ebria y somnolienta más que nada cuando el ruido de un golpe interrumpió mi sueño, logre vislumbrarla en el suelo arrastrándose lejos de Peeta así no me quedó otra que intervenir. De no ser por mí descerebrada tal vez no estarías aquí.
—Y de no ser por ti, tal vez Peeta nunca se hubiera puesto así—le contesté tratando de contenerme.
—¡Sí anda échame la culpa! Pero bien sabes que no tenía ni una jodida idea de que él estuviera escuchando. Aunque para serte sincera déjame decirte que quizá te lo merecías, quizá esto es lo que necesites para que abras los ojos de una vez por todas.
—¡Johanna!—exclamó Annie—A ver, aquí nadie tuvo la culpa, fue un accidente y gracias al cielo no pasó a mayores. Peeta se recuperará al igual que Katniss y todo estará bien. Ahora vamos Johanna dejemos que Katniss descanse un poco.
En cuanto las dos salieron, note que el analgésico que Annie me había dado ya estaba surtiendo efecto porque comencé a sentirme algo adormilada. Eso sería lo mejor puesto que si me quedaba despierta no iba a parar de pensar en lo que había sucedido y como esto irrefutablemente iba a cambiar las cosas de una manera u otra. Admito que no debí haber culpado a Johanna, sabía que no lo había hecho a propósito, Annie tenía razón, había sido un accidente pero me sentía molesta y quería desquitarme con alguien. No tenía idea de cómo iban a ser las cosas ahora ni de lo que pasaría, aunque si podía asegurar que iba a ser lo que fuera por hablar con Peeta lo antes posible, el problema era que, conociéndolo, dudo mucho que él quisiera hablar conmigo.
No me di cuenta en que momento me quedé dormida hasta que un rechinido me despertó. No pude descifrar la sorpresa que me causó ver a mi madre entrar por aquella puerta puesto que era una de las últimas personas que esperaba ver. Me miró de pies a cabeza y cerró la puerta con lentitud detrás de ella.
—¿Qué estás haciendo aquí?—cuestioné con brusquedad.
—Me enteré de lo que pasó. La presidenta Paylor solicitó la presencia de una enfermera para venir contigo y yo me ofrecí.—respondió en tono bajo, sorprendida también de la forma en la que la había recibido. —¿Cómo te sientes?—preguntó al ver mi silencio.
—Bien, he pasado por cosas peores, esto no fue nada.—respondí recelosa.
—Pero pudo haber sido peor, ya lo sabes. Me comunicaron que habían estado viviendo juntos desde hace meses, ¿No crees que algo como esto pudo haber pasado en ese tiempo? ¿Quién iba a detenerlo Katniss?
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Siluetas
Fiksi PenggemarHistoria sobre antes y un poco despues del Epilogo de Los Juegos del Hambre: Sinsajo Los personajes pertenecen a la autora Suzanne Collins (Borrador)