Capítulo 8

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Hola! aquí les traigo un nuevo capítulo espero que les guste.

Abro los ojos y me percato de que estaba gritando, me agarro el cabello con fuerza, esperando que el dolor me ayude a despertarme del todo, pues siento que aun escucho el siseo y veo las rosas salpicadas de la sangre de Finnick. De repente siento los brazos de Peeta en mis hombros "Era una pesadilla, estas bien, no te pasara nada" me repite una y otra vez.

Con delicadeza, hace que mis manos suelten los mechones de cabello y las pone entre las suyas, cierro los ojos con fuerza tratando de quitarme de la cabeza la imagen de mi compañero muerto ante mí, sin que yo pueda hacer nada, ya no lo soporto, ya no soporto seguir viendo a las personas morir por mi. Ya no.

Abro los ojos cuando siento los cálidos labios de Peeta en el dorso de mi mano, se lleva mi mano a su boca y le deposita un tierno beso, al igual que hizo con la otra. Levanto la vista y me encuentro mirándolo. Durante un instante, el mundo desaparece llevándose consigo el miedo anterior. En un impulso, retiro mis manos de las suyas y me le acerco aún más, lo abrazo rodeándolo con mis brazos, colocando mi cabeza en el hueco de su cuello, Peeta se sorprende pero al cabo de un rato corresponde a mi abrazo, rodeándome por la cintura, enterrando su cabeza en mi cabello. Un cosquilleo interior se va cerrando al sentir su respiración llegar hasta mi cuello, nose cómo es que llegamos a estar así, pero de lo que si estoy segura es de que no seré la primera en soltarme.

—¿Dónde estabas?— le pregunto al recordar que no se encontraba conmigo en la cama cuando desperté de la pesadilla

Entonces rompe el abrazo.

—En la cocina, no podía dormir

—¿Una pesadilla?

Asiente. ¿Cómo es que nunca me doy cuenta cuando las tiene?

—¿De que tratan?—murmuro

Peeta vacila, nose porque le pregunte, pero me da curiosidad.

—Las más comunes son sobre perderte

Frunzo el ceño

—¿Cómo es que después de todo lo que has vivido tus pesadillas aún sean sobre perderme?

Tarda unos segundos en contestar

—Porque ese es mi mayor temor

Tiene miedo de perderme. Aun lo tiene. No se me ocurre nada que decirle así que solo vuelvo a abrazarle. Además ¿Qué puedo decirle después de algo así? Es verdad que yo tampoco quiero perderlo pero nose si decírselo, pues nose lo que implicaría. Por eso no dejo que lleguemos a momentos como este, que solo logran confundirme. Se separa de mí y se levanta ¿Mi silencio le molesto?

—Peeta...—le llamo al ver que sale de la habitación

Entra de nuevo y se acuesta en su lado de la cama

—Está bien, no esperaba que me respondieras

Suspiro ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? ¿Por qué no podemos quedarnos cómo estamos sin necesidad de complicar las cosas? Peeta ha hecho mucho por mí, así que lo menos que puedo hacer es ser honesta con él, pero no es solo eso lo que tanto trabajo me cuesta, sino lo que implicaría decirle lo que siento.

—¿De que tratan las tuyas?— me pregunta haciendo que me sorprenda pues nunca lo hace, nunca me ha preguntado por ellas, seguramente porque ya se imaginaba de qué trataban

—Esta vez soñé la muerte de Finnick

Peeta no responde, solo se me queda viendo; serio. Entonces agarra mi mano y tira de ella con suavidad para atraerme a él, me subo completamente a la cama y me recuesto en su regazo. Bueno, al menos sé que ya no esta molesto.

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