d i e c i o c h o.

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Wise men say only fools rush in
but I can't help falling in love with you
Shall I stay
would it be a sin
If I can't help falling in love with you

Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes
some things are meant to be
take my hand, take my whole life too
for I can't help falling in love with you

[...]

Tyler se encontraba recostado en la camilla de la enfermería de su colegio. La enfermera le había aplicado un calmante para poder dormirlo en lo que llegaba la familia de Tyler para llevarlo a su hospital particular.

El sedante comenzaba a perder su efecto en Tyler, el cual, estaba despertando lentamente.

- Tyler, cálmate, respira hondo. - una dulce voz retumbó en los oídos de Tyler. La enfermera, una mujer algo mayor, de aproximadamente unos 60 años.

- ¿Qué pasó? - preguntó tartamudeando, mientras su cabeza comenzaba a perforarlo.

- Un intento de crisis, nada que un sedante no pueda calmar. - le ofreció una pastilla, con una gran sonrisa en su rostro.

Tyler tomó la pastilla de las pálidas y delgadas manos de la enfermera del colegio. Lo colocó en su boca y recibió un vaso con agua, igualmente de las manos de la enfermera. Sintió la pastilla áspera pasar por su garganta.

- Gracias.

- Es un placer, cariño. - sonrió.

Cariño. Le recordó a Josh. Recordó que estaba con el antes de la crisis, recordó las suaves manos de Josh recorriendo su espalda, y los delicados besos que plantó sobre su cuello. Un escalofrío recorrió por su espalda, estaba seguro que sus mejillas estaban ruborizadas. Tenía que controlar sus pensamientos si no quería pasar una vergüenza frente a la enfermera del colegio.

- Disculpe, señora... - tartamudeó. - Necesito ir al sanitario.

La enfermera lo volteó a ver, con una mirada cálida. Hizo un ademán con su mano, asintiendo. Tyler aprovechó, y rápidamente se dirigió hacia el baño. Recorrió los vacíos pasillos del colegio, intentando aun ser más invisible.

Entró al baño, y miró su imagen en el espejo, distorsionado a su parecer. Piel realmente pálida, labios resecos, ojeras pronunciadas.

Abrió el lavabo, y recogió un poco de agua que caía del grifo del lavamanos. Remojó su rostro en la pequeña posa que formaban sus manos y talló, tratando de despejar su mente. No había escrito en un par de días, quizá en un par de semanas.

Llenó el lavabo del baño, y miro su reflejo en el agua. Su rostro borroso. Era como lo veía a el, y a sus demonios. Un escalofrío le recorrió la espalda de golpe, la piel se le erizó por completo.

Se alejó, caminando de reversa hasta chocar con una de las puertas de los cubículos del baño. Asustado por su propia causa, salió del baño rápidamente.

- ¡Tyler! - gritó la voz de un chico. Tyler se volteó y cruzó miradas con Zack, su hermano.

Rápidamente, corrió hacia su hermano y lo estrujó por el torso, sintiéndose protegido.

Esquizofrenia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora