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Era una noche común, una presentación, cenar en el backstage con los dos pequeñines y regresar a casa para poder conciliar algo de sueño.

El castaño había estado raro los últimos días, y Josh tenía miedo sobre ello. Los dos pequeños notaban como su padre se excluía de la familia en general, sin mencionar que podían oírlo llorar por las noches al regresar a casa.

Tampoco era algo muy extraño o inusual, ya habían visto algunas veces a escondidas como su papi Josh abrazaba a papi Tyler y trataba de calmarlo.

Al pequeño Nico le molestaba como los amigos de Alex siempre estaban tras de él, siendo hipócritas y queriendo ir de visita cada que podían, solo para conseguir un autógrafo o una foto con alguno de sus padres.

Ciertamente era incomoda la fama que ambos tenían. El tío Zack siempre le decía que era algo bueno, y que gracias a esos trabajos, podía tener todos los juguetes que quería, aún así, esto no terminaba de agradarle.

— ¿Papi? - hablo el pequeño, mientras jugaba con la pasta que había sobre su plato. — ¿Puedo hablar contigo en privado?

El tintado volteo a ver a Tyler y a Alex, quienes estaban metidos en su comida y en su celular respectivamente.

Josh asintió levemente, y ayudó al pequeño Nico a bajar de su asiento, para después tomarlo por el torso y subirlo hasta su cuello, en donde el pequeñín tomó asiento.

Cuando llegaron a la habitación, Josh cerró la puerta.

— Bien, aquí estamos pequeño - Josh lo dejo sobre la cama y se hincó frente a él. — ¿Qué pasa, campeón?

El pequeñín jugaba nervioso con sus dedos, mientras tenía la mirada gacha.

— ¿Por qué decidieron formar la banda?

Josh tomó una bocanada de aire, y sonrío, tomando una de las manos pequeñas del niño.

— Bien, papi Tyler decidió que quería ayudar a las personas...

— Si papi quería hacer eso pudo volverse un doctor, ¡no tenía que comenzar una banda y volverse famoso! - exclamó el niño, abriendo ambos brazos. — Papi está triste, puedo notarlo y eso no me gusta ni un poquitito.

Josh se quedó perplejo. Las palabras no salían de su boca, y sabía que el pequeño Nico no era tan fácil de engañar como alguna vez lo habían hecho con Alex cuando era más pequeño.

— Nico, yo...

— ¿Por qué está tan triste papi? - interrumpió al tintado. — ¿Acaso no le dices que lo quieres?

Joshua tomó asiento junto al pequeño, y después lo colocó sobre sus muslos.

— Se lo digo todos los días de mi vida, desde que éramos amigos. - murmuro Josh, a pesar de que no fuera del todo cierto.

El pequeño asintió, y frunció el ceño con la mirada baja.

— ¿Por qué papi Tyler tiene tantas cicatrices sobre su piel? - preguntó  de manera inocente. — ¿Acaso resbaló o tuvo algún accidente?

Y fue ahí donde el tintado se quedo pálido.

— De pequeño... Mientras jugaba con el tío Zack, trato de alcanzar una pelota y resbaló, por eso tiene tantas cicatrices sobre sus brazos. - El tintado mintió, tratando de sonar convincente.

Esquizofrenia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora