t r e i n t a y s e i s.

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I disguise
And I will lie
And I will take my precious time
As the days melt away
As I stand in line
And I die as I wait as I wait on my crime
And I'll try to delay what you make of my life
But I don't want your way,
I want mine
I'm dying and I'm trying
But believe me I'm fine
But I'm lying,
I'm so very far from fine

[...]

- ¿Qué mierda pasó? - exclamó Josh, bajando la mirada y dejando derramar un par de lagrimas por sus mejillas.

- No lo sé.

[...]

Tyler fue despertado a causa de los rayos del sol que entraban por las ranuras de la vieja casita del árbol.

Había dormido ahí, sin avisarle a nadie, en secreto, como solía hacerlo.

Sin preocuparse por Josh, sin preocuparse por su hermano, sin preocuparse por el mismo.

Tomó asiento, haciendo crujir de forma extraña la madera húmeda que se encontraba debajo de su cuerpo. Talló sus ojos y miró a su alrededor, con los ojos entrecerrados debido a la luz que chocaba contra su rostro.

Entumido, bajó con cuidado los mohosos escalones de madera.

No traía consigo más que la ropa que traía puesta. No celular, no dinero, mucho menos su cuaderno de poemas. Quizá su alma seguía con el; sin embargo, ya no le pertenecía.

And I, I can feel the pull begin
Feel my conscience wearing thin
And my skin,
It will start to break up and fall apart 

Tuvo un momento de inspiración. Palabras fluían de su boca como cascadas. No podía evitarlo, era su don, aquel que todos admiraban y él no podía comprender el por qué.

Lo que la gente consideraba un don, él, lo consideraba una maldición.

Escuchó hojas secas crujir bajo el peso de alguien en el bosque. No estaba sólo.

Comenzó a sudar en frío; salía vapor de sus respiraciones, las cuales eran agitadas y violentas.

- ¿Hola? - exclamó, con la voz cortada de miedo.

Silencio. Nadie contestó.

Pudo escuchar como las pisadas se acercaban, cada vez más rápido y más pesadas.

Se paralizó, se quedó completamente inmóvil. Aquella sombra comenzó a tomar forma frente a sus ojos. Con lágrimas en los ojos, se dejó estrujar por aquella persona, sin corresponder. Sintió la fuerza con la que esa persona corrió hasta el, chocando cuerpo con cuerpo. Formándose uno solo.

Tyler podía ver que demás gente comenzaba a tomar forma. Pasaron de ser simples sombras a personas de carne y hueso. Podía ver que sus bocas de movían, y se formaban distintas sonrisas de alivio en sus rostros; sin embargo, no podía escuchar nada. Estaba en punto muerto.

Sus párpados le pesaban.

[...]

Cualquier persona considera un hogar, aquel lugar en donde nos sentimos pertenecidos; y una casa, simplemente a la estructura.

Tyler despertó chocando su vista con el techo de su cuarto, en el departamento de Josh y de él.

Desorientado, notó que había alguien más en la habitación.

- Buenos días, Ty.

Tyler observó fijamente al chico de cabellera carmín. Sin decir palabra, se sentó al borde de la cama, mirándolo con cierto rencor.

Josh se sintió incómodo frente a ese gesto. Carraspeó y rascó su nuca de manera nerviosa.

- Bien,yo... Sólo entré para ver si querías algo de comer...

- De ti no quiero nada, por favor, déjame solo.

- Tyler - lo llamó Josh. - Basta, por favor, basta, ¿Qué rayos te hice para que seas tan frío repentinamente?

- Amarme.

[...]

La noche comenzaba a hacerse presente. La temperatura descendió aún más, calando los huesos de Tyler.

Ahora era aún más misterioso. Comenzaba a usar gorros, chaquetas aún más oscuras y en exclusiva, ropa negra.

Nadie sabía su mente de la forma en que conocían su nombre, nadie conocía su corazón en la manera que conocían su rostro.

Josh caminaba a su lado, resonando los pasos de ambos sobre el pavimento húmedo. Muy poca gente caminaba por las calles, y como era de costumbre, Tyler miraba a todos lados de forma misteriosa. Como si hubiera cometido algún asesinato.

- Bien, creo que llegamos. - soltó Josh, alzando la mirada al letrero que se encontraba afuera del lugar.

- ¿Por qué venimos a la librería a estas horas?

- Quería ver a la chica linda que atiende el mostrador - soltó Josh, con una sonrisa en su rostro. Tyler lo miró de reojo y bufó. Josh estalló en carcajadas, y tomó ambas mejillas de Tyler entre sus manos. - Es broma, te tengo una sorpresa.

Ambos chicos entraron al pequeño establecimiento. El olor que había allí era embriagador. Humedad combinada con los estantes de madera y a libros viejos. Las tablas de madera crujían bajo los pies de los clientes, lo que te daba una atmósfera de paz.

Tyler se sentía relajado. Sacó una de sus manos del bolsillo de su chaqueta y comenzó a pasar sus dedos por las pastas de los libros.

- Ty, ven aquí. - lo llamó Josh. Tyler se dió la vuelta y camino hacia dónde Josh se encontraba. Josh le extendió una pequeña caja y alzó las cejas, en señal de indicarle que lo abriera.

Tyler obedeció, y observó el contenido detenidamente. Frunció el ceño y sacó una pequeña libreta con pasta de cuero algo viejo y desgastado.

- ¿Qué es esto? - preguntó Ty, con una sonrisa confundida en su rostro.

- Verás... Una vez, me platicaste que siempre fue como un deseo personal tener una libreta como esta, y pues... Batallé por encontrarla pero, aquí está.

Tyler miraba estupefacto a Josh. Lo había tratado tan mal los últimos días, lo había hecho pasar la preocupación de su vida y aún así, este lo mimaba y le mostraba su amor. Como siempre lo hacía.

- Y bien... ¿Te gusta?

- Me encanta.

Josh sonrió.

Esquizofrenia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora