capítulo 25

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Nunca pensé que fuera él, trote más de dos horas, solo para olvidarlo,ahora quedará como un héroe ante todos, escuchaba los gritos de los conductores al pasar, pero los ignoraba por completo, seguía pensando en mi héroe, pero escuche que me defendía, decidí salirme de mis pensamientos, veía que el me hablaba, yo solo lo miraba confundida, sin decir ninguna palabra, trate de levantarme pero no pude, casi caigo de nuevo al suelo, pero Martin alcanza de tomarme la cintura.
Me ayudó a levantarme, me sentía débil, a quien se le ocurre trotar 2 horas, sin nada de comida en su estómago.

Martin:¿ estas bien?¿ Por qué trotabas? Te vez pálida ale, te ayudo en algo,RESPONDEME POR LA MIERDA ALEJANDRA, ESTOY PREOCUPADO.

- espera espera, ¿por qué sabe que trotaba?¿se preocupa por mi ? Qué, sin duda estaba peor cada día, Martin era el culpable.. sin duda pensé eso y le respondí por fin a ese tonto.

Yo: gracias por salvarme, pero estoy bien, prefiero irme a casa.

Martin: por fin hablas niña, pensé que te habían comido la lengua los ratones.

Yo: lo siento debo irme.

Intente dar un paso más, pero con la caída me esguince el tobillo,además de estas sin energía, me dolía todo, seguí mi camino como una moribunda, siempre digna, di 3 pasos toda orgullosa, hasta que alguien me toma en brazos, abrí los ojos como plato, era Martin que me había tomado en brazos caminaba como si nada, hasta que me sienta en una banquita, diciéndome que lo esperara, iría a comprar algo, que ni siquiera me moviera o estaría muerta.

- el se fue, ya se vía más lejos, podía escapar de él, pero recordé sus palabras" si te mueves, eres mujer muerta", además de eso me dolía mucho el pie, tenia hambre y estaba pálida, todo para trotar, termine de esta manera, vi desde lejos a martín acercarse con una bolsa en la mano.

Martin: toma, un sándwich y un jugo, se nota de lejos que no has comido nada en todo el día, pero a la linda se le ocurre ir a trotar, mejor dicho correr.

-yo solo lo miraba, primero extrañamente por que después de pasarme algo de comida, me dejó a la orilla de la banca y él al otro extremo, me tomo la pierna, para ver mi tobillo, se veía algo hinchado, sacó de sus bolsillos una crema, primero me dolió, pero me perdí en su miraba mientras trataba de ayudarme, miraba sus ojos, lindos ojos, alejandra córtala, su boca, alejandra pensaba cada vez que seguía viéndolo, pero en ese momento el habla, mientras yo me hacía la tonta mirando para otro lado.

Martin: deja de mirarme, me pones nervioso, llevas 5 minutos viéndome como una tonta alejandra, deja algo para las demás.

-mierda pensé, tan notoria era?, se había dado cuenta.

Yo: ¿Qué? Por que estaría viéndote? Viendo a un tonto?

- sentí un suave golpe en mi hombro, mientra él reía.

Martin: deja de decirme tonto.

Yo: no puedo, lo siento, ya te di las gracias por todo lo que rutas haciendo por mi, aunque seas un mujeriego, pero para mi y a quedaste como un tonto.

El se acerca a mi, me mira fijamente a los ojos y me dice: ya deje de ser mujeriego linda, alguien me hizo cambiar.

- me puse roja como un tomate, peor que un tomate, él al ver me así, solo río.
No me dio tiempo para poder reírme, se agachó ante mí y...

¿No me mientes verdad ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora