Capítulo 15

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15.
Rápidamente me subí al auto de Noru, quien vino a recogerme en cuanto Ioan logró comunicarse con él. Mi madre se acercó a la ventana del vehículo para despedirse. Noru bajó el vidrio de mi ventana y mamá me extendió una bolsita con un pote de plástico en su interior, el cual contenía la cena un tanto quemada. Tras despedirnos de mi madre y poner el auto en marcha, cruzamos el puente de entrada al pueblito y nos dirigimos a la capital del reino de espadas. Noru me puso al tanto de todo lo que ha sucedido: Me despidieron de mi empleo en el minimarket por haber faltado muchos días al trabajo, saqué el segundo lugar de mi generación en la carrera, y tengo plazo hasta el próximo martes para programar mi práctica antes de la titulación. Alfred, una vez que retornó al palacio, anunció el duelo, el cual se llevará a cabo mañana por la tarde en el campus poniente del palacio real de espadas. Aun me buscan los guardias, y ahora su intención es aniquilarme para que así no pueda interponerme en los planes de los malvados primos de Al.

Mientras me encontraba en esa extraña sensación en la que luchas por no quedarte dormido, pero a la vez estás en un lugar en el que sabes que si duermes no pasará nada malo, Noru y Ioan charlaban acerca de sus vidas, y se ponían al tanto de todos estos años en que no se habían encontrado. Sonrió. A pesar de todo lo que está sucediendo, estoy feliz de que los chicos se encuentren nuevamente, ya que a pesar de ser los tres amigos, siempre se llevaron mejor ellos dos, y a veces incluso quedaba al margen de sus chistes o pláticas. Siempre, de niño, fui más introvertido. A no ser que Scott o Francis me molestasen, en ese caso, les hacía notar mi furia, y les tiraba maldiciones que siempre Salían fallidas, para que luego mi madre me regañe por "usar magia en público" cosa que está prohibida en este reino.

Abro mis ojos, levanto levemente la cabeza para observar n que tramo del camino estamos, y por qué nos detuvimos. Observo que estamos en la fila para la cabina de peaje, y hay un par de militares reales, con cara de pocos amigos, inspeccionando en algunos vehículos. Noru mira hacia atrás, y con ayuda de Ioan, me cubren completamente con una menta. Avanzamos un poco, y yo procuro no moverme ni hacer ruido. Cuando llegamos el inicio de la fila, los guardias pidieron la identificación de Noru y de Ioan. Ambos les entregaron sus documentos, y una vez que los inspeccionaron y se los devolvieron, preguntaron si habían visto o sabían noticias de un muchacho que, al describirlo, concordaba exactamente con migo. Se trataba de mí. Ambos negaron con la cabeza, y Ioan dijo que si sabía algo, avisaría a la policía real. Luego de esto, cancelaron en la cabina el dinero del peaje, y arrancaron rápido, cuidando de no exceder el límite de velocidad, pero de todos modos arrancaron muy rápido. Descubrí mis ojos y cabello. Estaba nervioso. Si tenían esos tipos por todo el reino, se me haría mucho más difícil poder entrar al palacio y detener el duelo.

Tan solo estamos a treinta minutos de la ciudad, y a unos cuarenta y tres de nuestro piso. Extraño a mi gatito, no lo he visto desde que me fugué hace algunas semanas. También quisiera explicarle todo a Antonio, y lograr de una vez por todas reestablecer el equilibrio en mi vida, aunque el problema realmente es que ya no podré restablecerla tal y como era. Me guste o no, me duela o no, Alfred Jones es parte de mi vida ahora, y debo hacerle saber que yo también quiero ser parte de la suya. No me importa echar todos mis años de esfuerzos en los estudios a la basura. Mientras logre arreglar las cosas con Alfred, nada más importa, y es que realmente él es especial para mí; fue el primer chico al que le di todo, me entregué en cuerpo y alma ante él, lo dejé apoderarse de mis pensamientos, sueños y deseos. Pero lo más importante, me preocupa mucho más la felicidad de él que la mía, por eso es que he tomado la decisión de arruinar el duelo, ya que si Alfred es feliz siendo un empresario libre y soltero, sin preocuparse por el trono ni nada extra, no me importaría pasar el resto de mi vida en un calabozo, o ser desterrado a aquel mitológico lugar donde no hay reinos, sino que un par de islas llamadas "Islas Joker" lo único que quiero realmente, es que Alfred sea feliz. Supongo que eso es el amor, porque si lo es, con el dolor de mi orgullo, tendré que admitir que estoy profundamente enamorado de ese gordo idiota, aun así, no se lo voy a decir, por imbécil. Solo a él se le ocurre dejarme tirado de esa manera, me lastimó la manera en que lo hizo, aunque haya sido para protegerme. Por lo mismo es que ahora voy a arriesgarlo toque do por él.

♤ Cardverse :  Reino De Espadas  S.XXI || UsUk ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora