♤ Cardverse : Reino De Espadas S.XXI || UsUk ||

Capítulo 23

23.

Aquella mañana había amanecido más fría que de costumbre. Una extraña sensación recorrió mi piel, y me dio la impresión de que algo malo sucedería... o habría un gran cambio. Miro a mi lado, y Alfred no estaba. Tragué saliva fuertemente, y me levanté. El día estaba nublado, y se podía observar que la niebla se apoderaba del reino. Prefiero no pensar en que algo malo sucederá, ya que hoy es el primer día en el que desempeñaré mis tareas como reina.... Ah no me gusta aquella palabra, pero lamentablemente, debo aceptar lo que soy.

Luego de una ducha y un desayuno completo, regreso a la habitación para colocarme aquel largo abrigo azul. Yao me hace entrega de un I spad Air, con el que administraré mis tareas, y me mantendré en contacto con el rey y el consejero. Intento adaptarme a esta cosa, la vedad es no manipulo un dispositivo de pantalla táctil desde hace mucho. Lo bueno, es que tiene una sensibilidad que me facilita el adaptarme a dicho Tablet. Camino cabeza agacha, tratando de contactar a Alfred, no obstante choco con alguien, y mi nuevo gadget cae al piso.

-¡Eres idiota o estás ciego!

-Oh... lo siento mon ami, no me di cuenta que venías con esa cosa.

-Imbécil... regresa a tu estúpido reino

-Hon hon hon, lo siento, me he tomado vacaciónes, y al parecer a tu novio no le molesta que me quede unos días.

-Para tu información, es mi esposo, estúpida rana

-No te amargues el día, además, está muy ocupado poniéndose al día con los asuntos reales.

-Bien, entonces no le molestará si salgo a caminar por la ciudad.

-No creo que a los guardias les agrade, no después de la amenaza y....

-Me da igual, prefiero eso a estarme topando todo el día con tu fea cara

-Grosero... no sabes lo que es la moda y el gran estilo del monarca de diamantes, mara refleja glamour y belleza que es demasiado para este mundo y...

dejé a Francis hablando solo de lo "grandioso que es" no le gana ni a mi hermano, y es cierto, Peter le ganó en un juego de gato. Logro escabullirme hasta llegar al jardín primario, el problema, es que la entrada está demasiado vigilada. Lo que quiero es salir a observar los problemas cotidianos de la gente, para poder ayudarlos desde el peldaño más alto, a las personas humildes que más lo necesitan.

Veo una chiquilla de grandes lentes, un poco pasada de kilos y con frenos pasando por fuera, me oculto tras un arbusto, y recito un antiguo conjuro que proporciona belleza momentánea. Mi cuerpo brilla, y posteriormente observo que la muchacha se transforma en una chica rubia, levemente bronceada, de grandes y pronunciadas curvas. Los guardias la quedan mirando, ella se acerca a hacerles una consulta, y todos se acercan a ella, lo que me da tiempo para salir del palacio.

Tomo un taxi, y le pido que me lleve al mercado central. El taxista me mira como si me conociera de algún lugar, pero sigue hasta llegar al mercado. Bajamos el parque, y llegamos a la zona normal de la ciudad, donde la clase media se hace notar. Me bajo frente al mercado central, que está delante del terminal de buses. Me paseo por este lugar, con el traje de reina. Las personas me miran, pero no logran reconocerme, y no es de esperarse, ya que no he sido presentado como tal, eso será esta noche. Primero me acerco a un local ambulante de ropa para niños, donde atiende una señora de edad avanzada, con muletas, sentada en una silla. Me acerco a ella, con la excusa de comprar un trajecito para bebé, que más tarde se lo regalaré a Yao.

-Disculpe señora, cuánto cuesta este trajecito.

-Dos mil quinientas espadas.

No es tan caro, compro el trajecito, y luego comienzo con mi invstigación.