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Neta, las adoro chicas. En menos de dos días las lecturas llegaron a 1.12k

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Era muy pesada, tenía ganas de darle un buen golpe en la cara.

-Como sea, no hubo mucho.

-¿Qué dices? ¡Estoy en casa de una fulana molesta y desconocida!

-¿Y? No es tan malo. Tienes todos tus órganos en su lugar, estás viva y no estás siendo subastada en internet.

Se acabó la cerveza de un trago y prosiguió a tomarse la otra lata. Esta tipa...comenzaba a asustarme.

-Como sea, será mejor que te vayas, de seguro mamita y papito están preocupados por su princesita.

-Creen que estoy en casa de Diana.

-No me importa si creen que estás con el conejo de pascua, largo de mi casa.

-¿Qué? Tú eres por quien estoy aquí...

-¿Yo? Fuiste tú, princesa, la que suplicó sexo.

-¡Soy hetero! Jamás pediría algo como eso, y menos a una amargada como tú.

-Mierda, no seas tonta ¿quieres?

-Eres...¡odiosa!

-Lo mismo digo. Lárgate.

-¡No!

-¿Qué dices?

-¡No sé donde estoy! ¡Y no tengo dinero para el taxi!

-Mierda-suspiró molesta-Te llevaré a casa. Ve por tus cosas, quiero tu lindo trasero en el auto en 5 minutos, así que apúrate.

Agarró las llaves que había sobre la barra y salió azotando la puerta tras de sí.

Que molesta.

Agarré mi maleta y caminé a la puerta, no sin antes caerme por culpa de un montón de pinceles.

***
El automóvil era un Platina gris, estaba desordenado, lo cual no me sorprendió. Bolas de papel por todos lados, lápices tirados, envolturas, latas de cerveza, colillas de cigarro, etc.

-¿Qué edad tienes?-pregunté mientras ella hacia el encendedor a un lado, suspiró, dejando escapar humo con olor a tabaco de sus labios...de sus carnosos y deseables labios.

-¿Importa?

Tosí y bajé la ventana.

-Sí.

-No, no importa.

-¡Achú!-estornudé.

-¿Qué te pasa?

-No me gusta el olor a cigarrillo, no lo soporto, me revuelve el estómago...

Me interrumpió besando mis labios y exhalando algo de esa porquería dentro de mi boca.

-¡No hagas eso!

Ella regresó a su posición natural en su asiento.

-No te quejes, princesita.

-Esa cosa pudre los pulmones.

-¿Y? Ayuda de mientras.

-¿Ayudar?

-Concentración e inspiración. Las bailarinas más destacadas fuman, sabes.

Me exalté un poco.

-¿Cómo lo sabes?

-Pues las...

-No, no...¿cómo sabes que soy bailarina?

-Dar vueltas, moverte de puntitas, verte bonita y usar esa ropa ajustada no te hace bailarina, princesita.

-¿Eh?

-Se necesita coordinación y talento, dos cosas de las que careces.

-¿Y tú cómo puedes saber eso?

-Tropiezas y pisas mucho a tus compañeras, te quedas hasta tarde practicando, pero no es suficiente, tus movimientos son bruscos...

-¿Cómo sabes todo eso?

-Un pajarito me lo contó-detuvo el auto-Llegamos.

-¿También te dijo dónde vivo?

-No, este mensaje me lo dijo.

Sacó mi celular de no se donde. Estaba en mi WhatsApp, en la conversación que tenía con Brad.

-¡Oye! Dame eso-se lo arrebaté.

-No deberías dar tu dirección a ese idiota, es un perro en celo.

-No opines de mi vida.

-Como quieras, es tu vida. No vamos a vernos de nuevo, y a mi me da lo mismo que termines siendo vendida a un rico pervertido o embarazada. Es tu jodida vida, haz lo que quieras...

Le di una bofetada, haciendo que en su mejilla quedase la marca de mi mano. Abrí la puerta.

-¡Tonta!

Azoté la puerta y caminé a mi casa. Esa tipa estaba loca.

La odiaba mucho, mucho, mucho, muchísimo.

Ash.

No tenía derecho de opinar de mi vida.

Para mi buena suerte mis padres no estaban en casa. Así que subí a mi recámara y le envié un mensaje a Diana.

***

Ya me había duchado 3 veces y ese desagradable aroma a cigarro estaba aún en mi cabello.

-Que asco-hice pucheros frente al espejo...y por primera vez noté algo. En un costado de mi pecho izquierdo tenía un horrible chupetón-Rayos.

Esa gruñona me había hecho un chupetón.

Por lo menos no me lo hizo en un lugar más visible.

-¡Paula!-escuché que gritó mi mamá desde la sala. Rayos. Habían regresado y yo aún apestaba a cigarro.

***

-¿Qué huele así?

-N...no lo sé.

-Paula, no te debes bañar en perfume, ese era carísimo.

-Lo lamento.

-Por ciento...¿qué tal te fue ayer? ¿Les gustó la película?

-La película-¿qué rayos le había dicho Diana?-Oh, sí, sí.

-¿Cuál vieron?

-Oh...pues...

Diana me había metido en un gran aprieto.

Por accidente [yuri]  {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora