viii. Un amigo que lo compartió todo.

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∗Harry∗

Cuando finalmente me quedé solo con mi hermano en la casa decidí ir a verle. Estaba en el escritorio haciendo los deberes, cuando entré me miró un momento y me sonrió. Se parecía mucho a mi madre cuando sonreía. Me acerqué y me senté a su lado. Me fijé en que estaba dando inglés y que estaba muy concentrado.

-¿Tienes examen? -pregunté y él me miró.

-No, pero la profesora nos mandó muchos deberes -contestó un poco molesto-, porque un niño estaba haciendo el tonto nos castigó a todos poniéndonos muchos ejercicios.

-Esa profesora la tuve yo cuando iba a tu curso -miré los apuntes de Kevin, era muy limpio y ordenado-. Me hacía lo mismo.

-Es muy mala -empezó a reírse y luego me miró con seriedad-. Harry, ¿tú me puedes ayudar?

-¿Ayudar? -pregunté y luego volví a ver su cuaderno- ¿Qué problema tienes? Tú siempre has aprobado inglés sin mi ayuda.

-No, no -negó haciendo que volviera a verle, estaba muy serio- con algo personal... del colegio.

-¿Qué pasa? -fruncí el ceño- ¿Acaso te has peleado con alguien?

-No es eso... solo quiero un consejo de una persona mayor -me quedé dudando un poco, yo ni siquiera tenía 18 años, supuse que se refería porque era el único hombre con el que hablar-. Tú... ¿cómo le dijiste a tu novia que lo fuera?

-Kevin -suspiré llevándome la mano a la frente- esa chica no es mi novia.

-Bueno... ¡imagínate que te gusta! -alcé una ceja, no entendía a mi hermano para nada- y le vas a decir que le quieres... ¿qué le dirías?

-Yo no digo esas cosas -respondí molesto-eso es para niñatos.

-¿Enserio? -noté a mi hermano como desilusionado.

-Kevin -él me miró triste- ¿qué te pasa? No sé que tiene que ver esa mocosa con esto.

-Nada, solo era un ejemplo -contestó él- es que...-

-¿Es que qué?

-Me... me... -mi hermano estaba ruborizado y yo estaba mirándole impaciente esperando una respuesta- ¡Me gusta una niña de mi clase, Harry!

-¿Una niña? -intenté aguantarme la risa y mantener la compostura-. Pero si sólo tienes nueve años, Kevin.

-¿Eso que tiene que ver? -preguntó intrigado.

-Tiene que ver en que eres un niño todavía -contesté un poco molesto.

-Pensé que las edades no importaban.

-Eso es cuando hay una gran diferencia de edad y sobre todo cuando no eres un mocoso -luego resoplé-. ¿Qué hago yo hablándote de estas cosas?

-Porque eres el mejor hermano del mundo -aparté la mirada de él, ya volvía hacer su juego de siempre-. Y como eres el mejor de todos debes saber sobre muchas cosas de estas... ¡y seguro que me las puedes contar!

-Para eso esta nuestra madre -intentaba no caer en su juego de "eres el mejor hermano del mundo" que lo solía decir para que cediera y acabara comentándole, pero no, no de mujeres, menos de niñas-. Ahora deja de pensar en esas tonterías y sigue con tus deberes si mañana no quieres que tu profesora te ponga el doble.

-Vale -dijo resignado y yo salí de la sala.

Cuando iba hacia mi habitación oí el timbre de la puerta. Bajé las escaleras hasta la entrada y abrí para ver quien era. Se trataba de Louis, no recordaba haber quedado con él en mi casa.

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