ix. El primero de todos.

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∗Harry∗

Estaba en el salón con mi hermano viendo la tele. Él quería ver una película y yo decidí verla con él, no sabía que hacer después de la visita de Louis. Nos sentamos en el sofá y empezamos a verla. Miré la hora y eran las seis y media de la tarde. Pensaba en dónde se encontraba mi madre, hacía mucho que estaba en la comisaría y eso era para preocuparse. Como si me leyera la mente oí la puerta de casa abrirse, tanto Kevin como yo miramos a la entrada del salón esperando que nuestra madre pasara.

Se escuchó la puerta cerrarse y en menos de un minuto mi madre entró en el salón. Kevin se levantó del sofá y fue corriendo a abrazarla.

-¡Mamá! -dijo con un tono alegre-. Pensaba que ya no venías.

-No tenías que preocuparte, cariño, tú madre está aquí. -escuché la dulce voz de mi madre mientras acariciaba el rostro de Kevin-. Y te he traído una cosa.

-¿Una sorpresa? -preguntó emocionado, mi madre sacó una pequeña bolsa y se la dio. Kevin sacó algo que estaba envuelto en papel de regalo, lo rompió y de repente su sonrisa se hizo más grande-. ¡Wow! ¡Es el juego que quería!

-¿Te gusta? -preguntó ella y mi hermano asintió.

-¡Mucho! ¡Te quiero, mami! -Kevin la abrazó con fuerza, después se separó y vino corriendo hacia mí-. ¿Has visto, Harry? ¡Tengo un juego nuevo!

-Genial, Kevin -contesté mientras me levantaba del sofá-. Luego si quieres los probamos.

-¡Sí! -dijo muy animado.

-Harry -miré a mi madre que estaba sonriendo-, ven a la cocina, tengo que contarte algo.

Seguí a mi madre hasta la cocina, parecía estar contenta. Cuando salí del salón mi madre se llevó una bolsa que estaba apoyada al lado de la puerta. Cuando llegamos la dejó encima de una mesa y me sonrió.

-Tampoco me olvidé de tí -abrí la bolsa y me encontré una pelota de baloncesto-. La que tenías está muy vieja. Espero que te guste.

-¿Por qué? -pregunté volviendo a dejar la pelota dentro de la bolsa.

-Hay que celebrarlo, Harry -sonrió ella, yo no entendía nada-. Tu padre seguirá cumpliendo su condena.

-¿No le han dado la condicional? -ella negó, eso me alivió-. Pero algún día tendrá que salir.

-Quedan dos años para eso -mi madre se acercó a mí-, pero me han dicho algo horrible.

-¿El qué? -la miré interesado mientras ella se echaba en un vaso un poco de agua.

-Ha mandado a un abogado para ir preparando durante estos dos años todos los papeles para tener a Kevin -apreté fuerte mis puños mientras la veía beber.

-Eso no puede ser -dije molesto y ella dejó el vaso mientras me miraba-. ¡Kevin ni siquiera sabe que él está en la cárcel!

-Harry -noté el roce de mi madre tocando mi rostro-. ¿De verdad crees que tiene posibilidad de conseguirlo? El único padre para Kevin eres tú, no se separará jamás de ti.

-Pero yo no debería ser para él como su padre... ¡si no como su hermano mayor! Lo que realmente soy -me separé de mi madre-. Voy a salir.

Mi madre me dijo algo pero no lo pude oír porque salí corriendo. Antes de irme tomé dinero que tenía en una chaqueta y salí a la calle. Cuando vi un taxi lo paré y le di una dirección. Estaba todavía molesto y colérico, mi padre quería la custodia de un niño que malamente se acordaba de él.

Llegué a un edificio enorme y gris, le di el dinero al taxista y me bajé. En la entrada ponía "Cárcel". Miré el reloj y eran las siete y media, por lo que ponía los horarios de visita finalizaban a las nueve. Entré y me dirigí donde me indicaban los carteles, un guardia me paró.

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