Ya era muy tarde, el cielo estaba oscuro y nosotros caminábamos por las desiertas calles. Harry se ofreció a acompañarme a casa porque decía que podía ser peligroso que volviera sola cuando había oscurecido. Con tan solo el brillo de la luna caminábamos dejando que su luz nos alumbrara, mezclándose con las farolas de las calles. Yo me aferraba al brazo derecho del ojiverde y él con las manos en los bolsillos de sus pantalones. Ninguno parecía querer hablar, conociéndole él no sería el primero en decir algo, pero yo tampoco tenía intención de romper el silencio con algo que puede que lo entorpezca, porque no se me ocurría nada y si hubiera dicho algo seguro sería una tontería para sólo recibir una mirada. Al menos estaba agradecida de que él me dejara que me abrazara a su brazo sin decir nada.
De repente oí música a un volumen insoportable, paré de caminar y me solté del brazo a Harry. Miré a mi derecha, aquel sonido venía de aquella casa grande, delante de mí, de color blanca y que tenía todas las luces encendidas, en cada ventana se veía a varias personas bailando. Yo recordaba ese lugar... tras aquellas paredes yo también me encontré alguna vez en el pasado.
-Seguro que más de uno entra en coma etílico -miré a Harry, que como yo, observaba la casa... ¿acaso él también estuvo algún día tras esas paredes?-. Sigamos andando, será mejor no estar cerca antes de que venga la policía.
-¿La policía? -pregunté viendo como su mirada se posaba en mí.
-Con ese volumen seguro que algún vecino ha avisado, y con este tema son muy rápidos -agaché la mirada, no sabía que me ocurría pero sentía como tristeza dentro de mí.
Sentí el brazo de Harry sobre mi cintura, rodeándola con toda delicadeza, no pude evitar una sonrisa leve. Le miré a sus ojos esmeralda para luego apoyar mi cabeza en su hombro y empezar a caminar. Nunca pensé que él y yo estaríamos alguna vez así, y menos en la calle. Podía, por suerte, sentirme orgullosa, sabía que Harry no cambiaría para nada y que estaría allí siempre que yo lo necesitara. Claro que yo también le apoyaré y ayudaré cuando él lo necesite, aunque no me lo diga.
Después de diez minutos llegamos a mi casa, paramos frente a la puerta de la entrada y allí, quietos, uno enfrente del otro, nos intercambiábamos miradas. Sentí el roce de su mano agarrando la mía mientras poco a poco notaba su cercanía, su aliento rompía con el mío y finalmente sus labios se juntaban con los míos. Su cálido roce y su dulce sabor me hacían sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo. Su boca devoraba la mía con lentitud y con pasión que sentía como si mis labios fueran derritiéndose. De repente se separó de mí con brusquedad, no entendí por qué pero le ví mirando a la entrada de mi casa. Miré para ver que pasaba y ví a mi madre con una sonrisa de oreja a oreja. Mis mejillas se volvían igual de rojas como las de Harry.
-¡Nora! -dijo mi madre con una felicidad inimaginable. ¿Tanta ilusión hace ver a su hija besarse con un chico?
-Mamá -suspiré y aparté la mano que me agarraba Harry-. ¿Llevas mucho aquí?
-Tranquila, cielo -mi madre miró al castaño. ¿Este es tu novio? Sí que es guapo el muchacho.
-Es Harry -le presenté-. Ella es mi madre.
-Encantada -ví la mano de mi madre extendida y Harry se la dio, no sabía que ahora ella saludara de esa manera.
-¿Y a qué tanta felicidad? -pregunté cambiando de conversación, notaba a mi novio algo incómodo.
-¿Cómo que a qué tanta felicidad? -la sonrisa de mi madre era cada vez más intensa-. Cielo... ¡te vas a Nottingham!
-¿A Inglaterra? -pensé dudosa-. ¿Por qué? No me irás a llevar a un colegio privado ¿verdad?

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adiction » h.s
Fanfiction❝ -Harry tú... tú sabes cual es mi problema, ¿verdad? -La verdad es que tus problemas me importan poco. -Me refiero a las drogas. -Si te juntas con esa panda, todo el mundo sabe que acabarás enganchada a esas mierdas. -¡Harry! -ella me agarró del br...